Desde que el Banco Central Europeo (BCE) ha hundido el Euribor junto con el costo de las hipotecas a tipo variable, los españoles comienzan a adquirir más préstamos a tipo fijo.
El Euribor era el índice económico por excelencia en los años anteriores a la crisis de 2008, especialmente por los ciudadanos españoles que tenían pensado adquirir su vivienda por medio de una hipoteca. Incluso poco antes de la crisis, ya para el año 2008, el Euribor logró sostener un alza constante hasta llegar al 5.8% ese año, lo que por supuesto, incidía en el costo de los préstamos hipotecarios.
En la actualidad, a más de una década de la crisis, el Euribor se encuentra navegando en índices negativos, cerrando en el mes de junio a su mínimo histórico, en el -0.19%.
No obstante, los intereses bajos en Europa son como una bocanada de aire para los hipotecados españoles, por lo que resulta bastante extraño que justo ahora que el Euribor está dando buenas noticias a los consumidores, los españoles empiecen a fijar su interés en la contratación de hipotecas a tipo fijo, abandonando así el uso del Euribor.
Un blindaje contra el aumento de los intereses
Este movimiento de tipo conservador tiene como objetivo blindar la economía familiar contra aumentos repentinos de los tipos de interés en un futuro cercano. Lo curioso al respecto, según la tendencia de los datos presentados, es que los intereses no dan muestra alguna de que puedan subir, sino que por el contrario, están bajando y va a pasar mucho tiempo para que esta tendencia cambie.
Otro dato importante a tener en cuenta, es que con las nuevas regulaciones de la Ley Hipotecaria, los bancos comenzaron a elevar los precios de las hipotecas incluso antes de que entrara en funciones la nueva ley, como si trataran de prepararse anticipadamente contra los efectos de la misma.
Los efectos de la nueva Ley Hipotecaria sobre el aumento de los precios
De esta forma, lo que empezó como un proyecto de ley para proteger al consumidor, ha terminado incidiendo de forma negativa, pues ahora las hipotecas son más caras que antes, aumentando su costo, por ejemplo, un 0.7% frente a abril de 2018. Dicho aumento, según los datos reportados, se debe primordialmente a un enfrentamiento sostenido entre el Banco de España y el Gobierno Central.
El gobierno de Pedro Sánchez promovió la nueva Ley Hipotecaria con la finalidad de ganar puntos ante los electores españoles, al introducir importantes cambios legislativos a favor de los consumidores en materia de crédito inmobiliario y compra de vivienda, lo cual por el contrario de lo que se esperaba, ha terminado por repercutir negativamente, encareciendo las hipotecas 30 puntos básicos. En este sentido, el gobierno coincide en que las hipotecas a tipo fijo están aumentando, pero no acepta del todo que las medidas de la Nueva Ley Hipotecaria sean una de las principales causas de dichos incrementos.
Al final, los bancos no se atreven a dar un pronóstico preciso respecto a la pregunta de si las hipotecas continuarán al alza o si por fin se verán beneficiadas por la caída del Euribor, lo cual no deja de sorprender ya que el BCE continúa manteniendo los tipos al mínimo, precisamente buscando mejorar la economía mediante el aumento de los créditos y la facilidad para que los ciudadanos puedan acceder a los mismos.