Todos los que hemos vivido en España durante los últimos 10 años hemos conocido esta situación. Un cliente cualquier acudía a una entidad financiera a solicitar un préstamo hipotecario para una vivienda, y salía con un préstamo hipotecario por encima del 100% del valor de tasación de la vivienda para que se pudiera comprar, por ejemplo, un coche.
Esta era una práctica que nos sorprendía a los apócrifos, pero que seguía funcionando sin que ningún analista ni ningún experto pusiera la voz en grito, más allá de pequeñas críticas sucintas. Una práctica que ahora el Banco de España ha puesto en cifras, y que pone de manifiesto que en nuestro país también hemos vivido el fenómeno subprime, subprime a la española.
El fenómeno de las subprime a la española está relacionado con el hecho habitual de que las entidades financieras concedieran hipotecas por encima del 80% del valor de tasación de la vivienda, límite marcado por los analistas como situación de estabilidad. Más allá de ese límite el riesgo que corre la entidad financiera de morosidad o de pérdida por depreciación de la vivienda es elevado.
Pues bien, aprovechando que lo importante era la venta, y no tanto la calidad de la venta, los vendedores de hipotecas despachaban sus productos a diestro y siniestro sin las necesarias restricciones, y ello acompañado de la ceguera de los clientes que sólo veían lo que querían ver, es decir, el dinero que les entregaba el banco, ayudó a fomentar el concepto de las subprime a la española.
¿Cuál es el problema?
Que ahora hay que pagar los excesos del pasado, y lo pagan las entidades financieras con la falta de liquidez provocada por el exceso de viviendas en sus balances, lo pagan los clientes que contrataron las hipotecas por encima del 80% del valor de tasación quedándose sin su vivienda, y lo pagamos el resto de ciudadanos por el cierre absoluto del grifo del crédito al que estamos abocados por parte de las entidades financieras.
En definitiva, nos encontramos de lleno dentro de la crisis que las subprime generaron, pero no las subprime en Estados Unidos sino las subprime a la española.
No sólo lo pagamos los españoles con el cierre del crédito, sino también con el famoso FROB. De todos modos, yo estoy seguro de que va a haber default de Grecia e Irlanda (si no pueden devolver 1, ¿cómo van a devolver 1,5?) y que habrá una quita de las deudas soberanas (y a ver si tenemos suerte los ciudadanos y también nos beneficiamos de la quita).
Pero me temo que no, que el Estado deberá menos, el banco deberá menos y los demás deberemos lo mismo. Todo para asegurarnos que la libre competencia, el libre mercado y esas chorradas que no interesan a los cárteles que nos manejan puedan seguir campando a sus anchas.
Siempre el más perjudicado es el ciudadano, no sé como se las arreglan