Siguiendo en nuestra línea de ofreceros de vez en cuando las aportaciones de expertos en el mercado de la vivienda y la hipoteca, entrevistamos hoy a don Pedro Hernández Olmo, ex-secretario de la Cámara de la Propiedad, y creador del blog http://pedrohernandezabogado.blogspot.com/. Además es un autor de un diccionario del alquiler, por lo que os recomendamos que no desaprovechéis esta ocasión para preguntarle lo que sea.
Sin más, os dejo con él:
-¿Qué situación atraviesa en estos momentos el mercado del alquiler de viviendas?
El alquiler de viviendas en España, a mi juicio, está distorsionado por dos factores negativos endémicos:
La existencia de los llamados alquileres de “renta antigua”, es decir aquellos supuestos en que el arrendamiento por obra de la Ley de Arrendamientos (TRLAU1964) ha quedado prácticamente transformado en un usufructo vitalicio y casi gratuito para el beneficiario; a la promulgación de la LAU1994 se afirmó que existían en España 500.000 arriendos de renta antigua, en muchos de los cuales ni siquiera pudo el casero actualizar la renta aunque fuera minimamente .
La lentitud de la Justicia , ya que es de sobra conocido que iniciar un procedimiento de desahucio por falta de pago puede tener un pronóstico de duración similar al que tiene “el fin de la crisis”
CH -¿Es buen momento para alquilar?
A pesar de lo dicho es evidente que la única solución para la mayoría de las personas que necesitan vivienda ahora es el alquiler, teniendo en cuenta el cerrojazo de los créditos hipotecarios.
CH- ¿Le aconsejaría a un propietario que pusiera en alquiler su vivienda?
Para un propietario que con motivo de la crisis se encuentre en dificultades para atender el pago de su hipoteca, teniendo en cuenta las ventajas fiscales, puede ser aconsejable sacar esa vivienda al mercado de alquiler, habría que contemplar distintos elementos para esa decisión:
Cumplimiento del tiempo mínimo de vivienda habitual suya, ya que caso contrario tendrá que devolver a la AEAT las deducciones de las que se haya beneficiado con sus intereses.
Solvencia del aspirante a arrendatario. A mi juicio la mejor fórmula es un buen aval bancario, para evitar el trabajo de averiguar esa solvencia, ya se encargará la entidad avalista.
CH- ¿Y a un inquilino?
Para el inquilino como queda dicho, es posible que en la mayor parte de los casos sea la única solución, solamente debe tener en cuenta, la experiencia señala que muchas veces se olvida, la inexistencia actual de arrendamientos “para siempre”.
Por otra parte es innegable la mayor protección fiscal y de subvenciones al inquilino
En los últimos meses se han dado innumerables casos de gente que ha perdido su trabajo y no puede hacer frente a la hipoteca, por lo que decide poner su casa en alquiler. Cuando alguien está en estas terribles circunstancias y sabe que tiene que para vivir a partir de entonces tiene que echar mano de amigos o familia, me temo que no sopesa ninguna otra cosa que no sea salir de la situación que le provoca tanto agobio. Una cosa es la teoría y otra verte en esa tesitura.
En esos casos hay que hablar con el banco, irse a casa de la abuela, o lo que sea.
Yo recomiendo pensar en los viejos. Es increíble, pero son la facción más dura de la sociedad.
Más dura en el sentido de “resistente”, creo que quieres decir, Rural. No me extraña. Algunos, los mayores, vivieron una guerra, y la mayoría de los que quedan vivieron la posguerra, y eso, me temo, endurece a cualquiera y, sobre todo, lo prepara para superar cualquier dificultad.
Está visto que la situación económica no es la mejor, y muchas familias se ven con la necesidad de alquilar su casa para no perder la vivienda. Las prisas y la imperante necesidad de poner la propiedad en alquiler pueden llevar a más problemas, si no se escoge a un inquilino solvente.
Entiendo que lo de pedir el aval bancario a tu futuro inquilino puede aportar seguridad, pero entre el aval bancario, el mes de fianza (cuando no son dos meses), y la justificación de ingresos nos dejan muy poco margen a los jóvenes que, como yo, somos mileuristas y aún así tenemos el valor de irnos de casa de nuestros padres.
Lo tenemos muy difícil, pero si lo que uno busca es independizarse de sus padres hay muchas fórmulas, por ejemplo compartir piso. Yo es lo que voy a hacer en breve, estoy buscando de hecho. Lo que pasa es que queremos todo tipo de comodidades y que nos lo den hecho. Si no se puede, no se puede. Hay que dejar de lamentarse y poner en una balanza las prioridades de cada uno; yo lo tengo claro: vivir mi propia vida.
Hombre, no todos buscamos que nos lo den todo hecho. Yo me acabo de independizar hace 6 meses y no me gustaba la opción de compartir piso.
Primero solicité la ayuda del gobierno para jóvenes, 210 euros al mes, y una vez concedida alquilé el piso, el problema es que a día de hoy no he visto ni un solo euro a pesar de estar concedida y he leido el foros que hay gente que les han tardado hasta 17 meses en hacerles el primer pago.
Me parece un problema bastante grande porque de poco sirve si luego te pagan de golpe 4000 euros, el problema es vivir el día a día.
pues menudo panorama nuberu.encima que la medida lo que produjo en el 90% de los alquileres fue un aumento de 200 euros a favor del propietario,ademas de eso seria hasta los 35 años nada mas(me parece)y esos 200 euros,lo que tu dices,en algunos casos ahi que anticiparlos,porque el gobierno lo suelta cuando puede,y con 35 años cuando se quite la ayuda esos 200 euros no los volvera a bajar el casero,aunque por suerte en los proximos años la gran oferta de alquiler que esta empezando a haber hara que baje el precio.
Peor aún, es solo hasta los 30 años y puedes recibir la ayuda un máximo de 4 años.
Es cierto que en muchos casos se aumentó el precio del alquiler al contar que el inquilino tendría la ayuda, pero el problema más grande es lo que se tarda en pagar porque yo cuando busco un piso se el precio y hago el calculo del precio del alquiler menos la cantidad de dan de ayuda y lo ajusto a lo que puedo pagar, el problema es tener que esperar tanto tiempo a cobrarlo.
Precisamente las condiciones son que no llegues a unos ingresos máximos, que seas Jóven, es decir que no tengas muchos recursos, por eso mismo ellos deberían de tener un poco de cuidado en esto ya que como dije anteriormente amí no me sirve de mucho que luego me ingresen 3000 o 4000 euros de una vez porque anteriormente tienes que apretarte el cinturón por no recibir este dinero.
razon tienes,porque esa ayuda va dedicada a jovenes en precario,y mientras esa espera, pueden pasar acontecimintos desagradables,por ejemplo quedarse sin el 30% de su renta por estar en el paro,una operacion de la mascota,cualquier causa deriba en una situacion critica,y si encima el gobierno chulea los 200 euros cuando quiera llegar la caballeria,ya estaran todas las cabelleras cortadas.
la administración es una especie de rémora o de lastre, en todo, con sus constantes retrasos.
Si no conseguimos que la administración pague en tiempo y forma, ¿por qué ibamos a hacerlo el reto?
Hinchar artificialmente los precios de un alquiler en base a una potencial subvención que recibirá el inquilino es una medida poco inteligente por parte de los propietarios, máxime cuando muchos alquileres están bajando por el IPC y, en otros casos, los arrendadores y los arrendatarios renegocian a la baja para uno conservar el inquilino y el otro para mantener su casa y ahorrarse buscar una nueva donde instalarse para pagar menos.
Claro que sí. Si no vives tu propia vida nadie va a vivirla por ti. Yo me he independizado recientemente (en septiembre) y cada día me alegro más de haberlo hecho. No tenía cuenta vivienda ni mucho dinero ahorrado y tampoco lo premedité con tiempo así que me he ido de alquiler compartiendo piso con otros dos chicos y estoy muy contento: ahora soy libre.
Esas cosas se arreglan con una ley que diga que sino pagas sales, por la ventana, en 48 horas.
A veces, el exceso de defensa del inquilino es un ataque al pobre inquilino.
hola me gustaria saber cuantos años serian para no devolver las deducciones,no entiendo muy bien esto
“Cumplimiento del tiempo mínimo de vivienda habitual suya, ya que caso contrario tendrá que devolver a la AEAT las deducciones de las que se haya beneficiado con sus intereses.”
y tambien en que consiste el aval bancario,bueno mas o menos esto se lo que es,el propietario pide aval bancario por ejemplo de 6 meses y si el inquilino no paga se va descontando de esos 6 meses,pero no tengo claro que ocurre cuando pasan los 6 meses,¿se va el inquilino al dia siguiente?
desconfio mucho de poner mi casa en manos de un extraño,si me decidiera a alquilarsela a alguien,me parece que tendria que hacer un contrato que no llegue al año,por 11meses y aval bancario de esa misma duracion,y prorrogarlo otros 11 meses y 11 meses,quizas seria muy exigente,pero es que solo tengo una casa,¿que condiciones pediriais si tendriais una casa para alquilar?teniendo en cuenta que de cada 10 inquilinos 1 no paga,pero tampoco se va.
—–>Asier, el aval bancario que yo sepa es que tu metes la renta de un año por ejemplo, en el banco, y éste te cobra intereses(entre un 1% o así), de esta forma el banco te avala en casos como el que se menciona de arrendamiento de pisos. Lo malo que con el aval no puedes deshauciar, ya que ya has cobrado, tendrias que esperar a gastar el montante total de ese aval antes de poder ejecutar la orden de deshaucio, es decir, tendrias una orden de deshaucio en marcha y tu mientras tanto sin poder cobrar.
Mistaken, no sabía que con el aval no se puede desahuciar. Mi familia está pensando en alquilar un piso que tiene en propiedad y les he comentado que ahora tienen más garantías, puesto que dentro de poco entrará en vigor la denominada ley del “desahucio express”. Me gustaría que me explicara alguien un poquito más esta norma, si es posible, puesto que si con el aval no es posible el desahucio me imagino que habrá otros aspectos que desconozco.
tengo un cacao bastante amplio montado tambien 😀 mis padres tienen una lonja alquilada y han exigido aval bancario por 11 meses,que es la duraccion del contrato firmado,de esa manera no arriesgan apenas,cada 11 meses se hace otro contrto de 11 meses,porque los contratos de 1 año pueden traer complicaciones,yaque beneficia la ley del inquilino.
aplaudo la decision de mis padres,y al que no le gusten las condiciones,que se busque otra cosa,que esto no es ninguna ong.
Así es Asier, un propietario que alquila su vivienda no es una hermanita de la caridad que está para ayudar a los desfavorecidos, y tus padres hacen muy bien en cubrirse las espaldas, teniendo en cuenta cómo está el patio y las malas experiencias de muchos propietarios de inmuebles en alquiler. Pero también hay que ser inteligente y, si tienes un realquilado que paga de forma puntual y mantiene el piso en buenas condiciones (sin subarrendar habitaciones ni ese tipo de cosas), hay que cuidarlo para que te dure mucho tiempo.
En mi blog tengo explicado el llamado desahucio expres.
gracias mistaken,esque no tenia muy claro el tema,supongamos que se pide aval de 6 meses,una vez pasados los 6 meses que me pagaria el banco,si el inquilino me paga el mes siguiente,tampoco podria echarle,porque me esta pagando,pero si 2 meses despues dejaria de pagarme,me parece que tendria un problema,yaque el aval bancario se habria extinguido.
es normal que los propietarios no saquen pisos al mercado de alquiler,porque hay mucha confusion sobre esto.una cosa que no es logica ni normal,esque uno se endeude para comprar una vivienda y sino paga en 6 meses tiene embargado hasta el apellido,en cambio el que alquila y no paga se le permite estar disfrutando de esa casa hasta 2 años depende de lo rapido que vaya el juicio,y despues de traumatizar durante ese tiempo al propietario,al dia siguiente,ya esta buscando oto pringado para vivir del cuento,mientras a esa gentuza se les permita vivir como burgueses,no saldran pisos en alquiler que abaraten los precios para todos.
Lo de la renta antigua es como el que se compró una casa durante estos años: mala suerte. Al igual que la gente no planificó que los precios de las viviendas iban a caer y se han endeudado para cincuenta años, los caseros tampoco pensaron en la devaluación de la peseta. El que asume riesgos, que se responsabilicé. ¿O si yo me juego todo mi dinero a que España le gana a San Marino y luego pierden me lo van a devolver?
el problema de la gente afortunada que paga una renta antigua,es que si paga 12 euros al mes,el casero no creo que le vaya a realizar mejoras,y los sitios en los que viven muchas veces tienen mas humedad que una cueva,entra el frio en plan corriente por todos lados,lo que no veo logico es que el propieario vaya a invertir 5 kilos en dejar la estructura y el interior confortable para que alguien lo use.ahi un conflicto entre propietario e inquilino,uno quiere que se vaya y el otro uiere que le arregle la casa y pagar 12 euros,las cuentas no salen,claro que tampoco se como anda la ley y si el propietario esta obligado a realizar arreglos o mejoras,pero no seria justo,es mi opinion.
Lo que sería justo es que al inquilino le dejasen realizar las reformas que viese oportunas con su dinero. La gran mayoría de los inquilinos son ancianos de avanzada edad, así que les vale la pena esperar (aunque queda muy mal decirlo) a que fallezcan o se marchen a vivir con sus hijos. Si no fuera así, casi que valdría la pena ofrecer el piso en propiedad por una cantidad simbólica.
seria una posible opcion,al ser una ley tan antigua,es muy dificil cambiarla(claro que no se que puntos forman dicha ley)pero el propietario de la casa dudo que este de acuerdo en permitir que los inquilinos arreglen la casa para que esten mas agustito,si pagan 12 euros mes,lo logico es que piensen que es injusto no actualizar la renta que cobran a como esta ahora el mercado del alquiler,y que si el inquilino saca tajada,muy bien ,esta en su derecho,pero a partir de eso,facilidades las justas.
Vale, de acuerdo, pero por la misma regla de tres, el que apostó por una carrera sin saliodas y está en el paro, que no venga pidiendo ayudas, ¿no?
Cada cual que se responsabilice de lo suyo, decías…
Lo que no es admisible es que existan esas leyes ultra desfasadas. No es lógico que alguien pague 12 euros o los que sean por un alquiler, como tampoco lo es que a un arrendatario que no pague no se le pueda echar así como así. Las leyes están para velar por el bienestar de todos y no para generar conflictos absurdos.
Yo discrepo de nuestro especialista, pues no creo que se pueda decir que el mercado del alquiler esté distorsionado por los alquileres de renta antigua. Me parece muy exagerado, y más a estas alturas, cuando el mercado inmobiliario está tan desarrollado que se ha doblado sobre sí mismo y se ha roto.
Cuando en el sector hay millones de viviendas vacías esperando inquilinos o dueños, que queden unas cuantas rentas antiguas (aunque sean medio millón) no distorsiona nada.
Lo que sí lo distorsiona es nuestra cultura inmobiliaria, que está muy orientada a la propiedad y poco al alquiler.
Lo que nos cuenta el entrevistado no es mucho más de lo que ya sabemos, o suponemos, la mayoría. Ahora mismo no es un buen momento para nada, debido a la escasez de dinero y la inseguridad laboral; pero lógicamente, es más fácil conseguir un piso en alquiler que comprarte uno. Yo creo que, dentro de un tiempo prudencial, los alquileres empezarán a bajar porque habrá mucha oferta (las casas que no se venden pasarán a ponerse en alquiler). Una buena consecuencia de la crisis será que muchos precios inflados volverán a ser reales y normales, y sobre todo, asequibles.
Bajará todo, empezando pro los sueldos, con lo que el esfuerzo, o el dolor, como quieras, permanecerán constantes o incluso subirán….
Está claro que los currantes no nos vamos a ir de rositas. Si los precios bajan, es lógico que los salarios también lo hagan, sobre todo los de los trabajos con menos valor añadido. Por lo tanto, será mejor que algunos nos hagamos un nuevo agujero en el cinturón, a expensas de lo que pueda pasar.
Me temos que en eso tiene razón Rural, primero bajarán los sueldos, luego los alquileres.
Ya se ha dicho varias veces, el diferencial de productividad se ajusta o 1) con más horas por el mismo salario o 2) devaluación de la moneda o 3) salarios menores por el mismo trabajo o 4) aumento de la tasa de paro.
Como ni las opciones 1 y 2 son viables, sólo quedan la tercera o la cuarta. Porque lo que está claro que ajustarse se va a ajustar nos guste o no.
😀 tienes razon,como ves esta clarisimo que va a haber ajustes jijiji
Madrid sube el Metrobús a 9 euros desde enero
El billete de diez viajes cuesta en la actualidad 7,40 euros
un pequeño ajuste del 21 %,esto si que es intentar incentivar el uso del transporte publico, !perfecto!
¡Yo no tengo más agujeros en el cinturón, Atemporal! Al margen de bromas, la realidad es que para mi empresa este ha sido el peor año de su historia, con catorce despidos definitivos y cuatro empleados que ahora trabajan a tiempo parcial, entre ellos yo. La verdad es que ya no me puedo apretar más el cinturón, como para cobrar menos estamos.
Esperemos que sea como pronosticas, Ignatius, porque clamaal cielo que la gente no pueda salir de casa de sus padres ni siquiera alquilando una casita normal. Mi sobrina ha optado también por la opción de compartir piso con unas amigas que estaban en su situación porque ella sola no llegaba ni a pagar una tercera parte de lo que le pedían por un pequeño estudio, eso sí, en el centro de Madrid.
Es que alquilarse un piso en el centro de Madrid es impensable, Nacho, con los sueldos que se nos ofrecen hoy en día, seamos o no titulados. Yo al final me fui a vivir a un pueblo a las afueras de Madrid y bueno, me tengo que levantar antes, pero al menos no siento que me toman por imbécil pagando la mitad de mi sueldo por un alquiler.
Bueno, lo que la burbuja inmobiliaria iba a explotar estaba claro(miremos casos “recientes” boom inmobiliario de Florida, la mitica crisis de 1929). La cosa es que si el poder adquisitivo también disminuye….de nada valdrá que los pisos caigan y cuesten menos…..la cuestión ahora es irnos recuperando y curar la economía poco a poco. Además, les está bien empleado a los que se endeudaron ahsta las cejas para poder comprarse un coche de nosecuantos millones,o los que llamaron a esas agencias que les prometian dinero inmediato pero con enormes comisiones, si hubiesen actuado con dos dedos de frente, estariamos un poco menos fastidiados.
A toro pasado todo es más fácil. No obstante, creo que todos pecamos un poco en el sentido de dejarnos llevar por la euforia y la sensación de falsa riqueza. El que tenía un piso se compraba una casa, el que tenía un cochecito normal se compraba un “SUV” y el que se había ido siempre de camping se marchaba al Caribe. Eso sí, todos pidieron un crédito para ello.
Creo que ya lo dijo Ladríllez por ahí: nos sustituyeron la capacidsad de compra por la capacidad de endeudamiento y picamos como nabos.
Si el gobierno es incapaz de actuar con “un poquito de frente” como dice mistaken en la actual situación cuando es innegable que esto a reventado, anda que lo iban a hacer antes cuando se les avisaba.
Y la última, lo de Javier Borderías… ¿aun queda alguien que piensa que este PSOE no es de lo peor que le ha pasado a España?
http://www.youtube.com/watch?v=bhehP9eYLbg&feature=player_embedded
Y luego respondan ¿existe la censura?
de verguenza,ya se notaba que estaba predispuesta y con las orejas tiesas para acallar cualquier posible salida de tiesto.esa señora ya estaba en preaviso,para acallar lo que algunos no quieren que se diga.
Lo mas fuerte es que poco antes se habló de “libertad de expresión” – han quedado retratados… una vez más.
La libertad de prensa
George Orwell
Este libro fue pensado hace bastante tiempo. Su idea central data de 1937, pero su redacción no quedó terminada hasta finales de 1943. En la época en que se escribió, era obvio que encontraría grandes dificultades para editarse (a pesar de que la escasez de libros existentes garantizaba que cualquier volumen impreso se vendería) y, efectivamente, el libro fue rechazado por cuatro editores. Tan sólo uno de ellos lo hizo por motivos ideológicos; otros dos habían publicado libros antirrusos durante años y el cuarto carecía de ideas políticas definidas. Uno de ellos estaba decidido a lanzarlo pero, después de un primer momento de acuerdo, prefirió consultar con el Ministerio de Información que, al parecer, le había avisado y hasta advertido severamente sobre su publicación. He aquí un extracto de una carta del editor, en relación con la consulta hecha:
«Me refiero a la reacción que he observado en un importante funcionario del Ministerio de Información con respecto a Rebelión en la granja. Tengo que confesar que su opinión me ha dado mucho que pensar… Ahora me doy cuenta de cuán peligroso puede ser el publicarlo en estos momentos porque, si la fábula estuviera dedicada a todos los dictadores y a todas las dictaduras en general, su publicación no estaría mal vista, pero la trama sigue tan fielmente el curso histórico de la Rusia de los Soviets y de sus dos dictadores que sólo puede aplicarse a aquel país, con exclusión de cualquier otro régimen dictatorial. Y otra cosa: sería menos ofensiva si la casta do-minante que aparece en la fábula no fuera la de los cerdos.* Creo que la elección de estos animales puede ser ofensiva y de modo especial para quienes sean un poco susceptibles, como es el caso de los rusos. »
* No está claro quién ha sugerido esta modificación, si es idea propia del Sr. X… o si proviene del propio Ministerio. Pero parece tener marchamo oficial. (Nota de G. Orwell.)
Asuntos de esta clase son siempre un mal síntoma. Como es obvio, nada es menos deseable que un departamento ministerial tenga facultades para censurar libros (excepción hecha de aquellos que afecten a la seguridad nacional, cosa que, en tiempo de guerra, no puede merecer objeción alguna) que no estén patrocinados oficialmente. Pero el mayor peligro para la libertad de expresión y de pensamiento no proviene de la intromisión directa del Ministerio de Información o de cualquier organismo oficial. Si los editores y los directores de los periódicos se esfuerzan en eludir ciertos temas no es por miedo a una denuncia: es porque le temen a la opinión pública. En este país, la cobardía intelectual es el peor enemigo al que han de hacer frente periodistas y escritores en general. Es éste un hecho grave que, en mi opinión, no ha sido discutido con la amplitud que merece.
Cualquier persona cabal y con experiencia periodística tendrá que admitir que, durante esta guerra, la censura oficial no ha sido particularmente enojosa. No hemos estado sometidos a ningún tipo de «orientación» o «coordinación» de carácter totalitario, cosa que hasta hubiera sido razonable admitir, dadas las circunstancias. Tal vez la prensa tenga algunos motivos de queja justificados pero, en conjunto, la actua-ción del gobierno ha sido correcta y de una clara tolerancia para las opiniones minoritarias. El hecho más lamentable en relación con la censura literaria en nuestro país ha sido principalmente de carácter voluntario. Las ideas impopulares, según se ha visto, pueden ser silenciadas y los hechos desagradables ocultarse sin necesidad de ninguna prohibición oficial. Cualquiera que haya vivido largo tiempo en un país extranjero podrá contar casos de noticias sensacionalistas que ocupaban titulares y acaparaban espacios incluso excesivos para sus méritos. Pues bien, estas mismas noticias son eludidas por la prensa británica, no porque el gobierno las prohíba, sino porque existe un acuerdo general y tácito sobre ciertos hechos que «no deben» men-cionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa británica siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos temas importantes. Pero esta misma clase de censura velada actúa también sobre los libros y las publicaciones en general, así como sobre el cine, el teatro y la radio. Su origen está claro: en un momento dado se crea una ortodoxia, una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas sin discusión alguna. No es que se prohíba concretamente decir «esto» o «aquello», es que «no está bien» decir ciertas cosas, del mismo modo que en la época victoriana no se aludía a los pantalones en presencia de una señorita. Y cualquiera que ose desafiar aquella ortodoxia se encontrará silenciado con sorprendente eficacia. De ahí que casi nunca se haga caso a una opinión realmente independiente ni en la prensa popular ni en las publicaciones minoritarias e intelectuales.
En este instante, la ortodoxia dominante exige una admiración hacia Rusia sin asomo de crítica. Todo el mundo está al cabo de la calle de este hecho y, por consiguiente, todo el mundo actúa en consonancia. Cualquier crítica seria al régimen soviético, cualquier revelación de hechos que el gobierno ruso prefiera mantener ocultos, no saldrá a la luz. Y lo peor es que esta conspiracion nacional para adular a nuestro aliado se produce a pesar de unos probados antecedentes de tolerancia intelectual muy arraigados entre nosotros. Y así vemos, paradójicamente, que no se permite criticar al gobierno soviético, mientras se es libre de hacerlo con el nuestro. Será raro que alguien pueda publicar un ataque contra Stalin, pero es muy socorrido atacar a Churchill desde cualquier clase de libro o periódico. Y en cinco años de guerra -durante dos o tres de los cuales luchamos por nuestra propia supervivencia- se escribieron incontables libros, artículos y panfletos que abogaban, sin cortapisa alguna, por llegar a una paz de compromiso, y todos ellos aparecieron sin provocar ningún tipo de crítica o censura. Mientras no se tratase de comprometer el prestigio de la Unión Soviética, el principio de libertad de expresión ha podido mantenerse vigorosamente. Es cierto que existen otros temas proscritos, pero la actitud hacia la URSS es el síntoma más significativo. Y tiene unas características completamente espontáneas, libres de la influencia de cualquier grupo de presión.
El servilismo con el que la mayor parte de la intelligentsia británica se ha tragado y repetido los tópicos de la propaganda rusa desde 1941 sería sorprendente, si no fuera porque el hecho no es nuevo y ha ocurrido ya en otras ocasiones. Publicación tras publicación, sin controversia alguna, se han ido aceptando y divulgando los puntos de vista soviéticos con un desprecio absoluto hacia la verdad histórica y hacia la seriedad intelectual. Por citar sólo un ejemplo: la BBC celebró el XXV aniversario de la creación del Ejército Rojo sin citar para nada a Trotsky, lo cual fue algo así como conmemorar la batalla de Trafalgar sin hablar de Nelson. Y, sin embargo, el hecho no provocó la más mínima protesta por parte de nuestros intelectuales. En las luchas de la Resistencia de los países ocupados por los alemanes, la prensa inglesa tomó siempre partido al lado de los grupos apoyados por Rusia, en tanto que las otras facciones eran silenciadas (a veces con omisión de hechos probados) con vistas a justificar esta postura. Un caso particularmente demostrativo fue el del coronel Mijáilovich, líder de los chetniks yugoslavos. Los rusos tenían su propio protegido en la persona del mariscal Tito y acusaron a Mijáilovich de colaboración con los alemanes. Esta acusación fue inmediatamente repetida por la prensa británica. A los partidarios de Mijáilovich no se les dio oportunidad alguna para responder a estas acusaciones e incluso fueron silenciados hechos que las rebatían, impidiendo su publicación. En julio de 1943 los alemanes ofrecieron una recompensa de 100.000 coronas de oro por la captura de Tito y otra igual por la de Mijáilovich. La prensa inglesa resaltó mucho lo ofrecido por Tito, mientras sólo un periódico (y en letra menuda) citaba la ofrecida por Mijáilovich. Y, entre tanto, las acusaciones por colaboracionismo eran incesantes… Hechos muy similares ocurrieron en España durante la Guerra Civil. También entonces los grupos republicanos a quienes los rusos habían decidido eliminar fueron acusados entre la indiferencia de nuestra prensa de izquierdas; y cualquier escrito en su defensa, aunque fuera una simple carta al director, vio rechazada su publicación. En aquellos momentos no sólo se consideraba reprobable cualquier tipo de crítica hacia la URSS, sino que incluso se mantenía secreta. Por ejemplo: Trotsky había escrito poco antes de morir una biografía de Stalin. Es de suponer que, si bien no era una obra totalmente imparcial, debía ser publicable y, en consecuencia, vendible. Un editor americano se había hecho cargo de su publicación y el libro estaba ya en prensa. Creo que habían sido ya corregidas las pruebas, cuando la URSS entró en la guerra mundial. El libro fue inmediatamente retirado. Del asunto no se dijo ni una sola palabra en la prensa británica, aunque la misma existencia del libro y su supresión eran hechos dignos de ser noticia.
Creo que es importante distinguir entre el tipo de censura que se imponen voluntariamente los intelectuales ingleses y la que proviene de los grupos de presión. Como es obvio, existen ciertos temas que no deben ponerse en tela de juicio a causa de los intereses creados que los rodean. Un caso bien conocido es el tocante a los médicos sin escrúpulos. También la Iglesia Católica tiene considerable influencia en la prensa, una influencia capaz de silenciar muchas críticas. Un escándalo en el que se vea mezclado un sacerdote católico es algo a lo que nunca se dará publicidad, mientras que si el mismo caso ocurre con uno anglicano, es muy probable que se publique en primera página, como ocurrió con el caso del rector de Stiffkey. Asimismo, es muy raro que un espectáculo de tendencia anticatólica aparezca en nuestros escenarios o en nuestras pantallas. Cualquier actor puede atestiguar que una obra de teatro o una película que se burle de la Iglesia Católica se exponen a ser boicoteados desde los periódicos y condenados al fracaso. Pero esta clase de hechos son comprensibles y además inofensivos. Toda gran organización cuida de sus intereses lo mejor que puede y, si ello se hace a través de una propaganda descubierta, nada hay que objetar. Uno no debe esperar que el Daily Worker publique algo desfavorable para la URSS, ni que el Catholic Herald hable mal del Papa. Esto no puede extrañar a nadie, pero lo que sí es inquietante es que, dondequiera que influya la URSS con sus especiales maneras de actuar, sea imposible esperar cualquier forma de crítica inteligente ni honesta por parte de escritores de signo liberal inmunes a todo tipo de presión directa que pudiera hacer-les falsear sus opiniones. Stalin es sacrosanto y muchos aspectos de su política están por encima de toda discusión. Es una norma que ha sido mantenida casi universalmente desde 1941 pero que estaba orquestada hasta tal punto, que su origen parecía remontarse a diez años antes. En todo aquel tiempo las críticas hacia el régimen soviético ejercidas desde la izquierda tenían muy escasa audiencia. Había, sí, una gran cantidad de literatura antisoviética, pero casi toda procedía de zonas conservadoras y era claramente tendenciosa, fuera de lugar e inspirada por sórdidos motivos. Por el lado contrario hubo una producción igualmente abundante, y casi igualmente tendenciosa, en sentido pro ruso, que comportaba un boicot a todo el que tratara de discutir en profundidad cualquier cuestión importante.
Desde luego que era posible publicar libros antirrusos, pero hacerlo equivalía a condenarse a ser ignorado por la mayoría de los periódicos importantes. Tanto pública como privadamente se vivía consciente de que aquello «no debía» hacerse y, aunque se arguyera que lo que se decía era cierto, la respuesta era tildarlo de «inoportuno» y «al servicio de» intereses reaccionarios. Esta actitud fue mantenida apoyándose en la situación internacional y en la urgente necesidad de sostener la alianza anglorrusa; pero estaba claro que se trataba de una pura racionalización. La gran mayoría de los intelectuales británicos había estimulado una lealtad de tipo nacionalista hacia la Unión Soviética y, llevados por su devoción hacia ella, sentían que sembrar la duda sobre la sabiduría de Stalin era casi una blasfemia. Acontecimientos similares ocurridos en Rusia y en otros países se juzgaban según distintos criterios. Las interminables ejecuciones llevadas a cabo durante las purgas de 1936 a 1938 eran aprobadas por hombres que se habían pasado su vida oponiéndose a la pena capital, del mismo modo que, si bien no había reparo alguno en hablar del hambre en la India, se silenciaba la que padecía Ucrania. Y si todo esto era evidente antes de la guerra, esta atmósfera inte-lectual no es, ahora, ciertamente mejor.
Volviendo a mi libro, estoy seguro de que la reacción que provocará en la mayoría de los intelectuales ingleses será muy simple: «No debió ser publicado». Naturalmente, estos críticos, muy expertos en el arte de difamar, no lo atacarán en -el terreno político, sino en el intelectual. Dirán que es un libro estúpido y tonto y que su edición no ha sido más que un despilfarro de papel. Y yo digo que esto puede ser verdad, pero no «toda la verdad» del asunto. No se puede afirmar que un libro no debe ser editado tan sólo porque sea malo. Después de todo, cada día se imprimen cientos de páginas de basura y nadie le da importancia. La intelligentsia británica, al menos en su mayor parte, criticará este libro porque en él se calumnia a su líder y con ello se perjudica la causa del progreso. Si se tratara del caso inverso, nada tendrían que decir aunque sus defectos literarios fueran diez veces más patentes. Por ejemplo, el éxito de las ediciones del Left Book Club durante cinco años demuestra cuán tolerante se puede llegar a ser en cuanto a la chabacanería y a la mala literatura que se edita, siempre y cuando diga lo que ellos quieren oír.
El tema que se debate aquí es muy sencillo: ¿Merece ser escuchado todo tipo de opinión, por impopular que sea? Plantead esta pregunta en estos términos y casi todos los ingleses sentirán que su deber es responder: «Sí». Pero dadle una forma concreta y preguntad: ¿Qué os parece si atacamos a Stalin? ¿Tenemos derecho a ser oídos? Y la respuesta más natural será: «No». En este caso, la pregunta representa un desafío a la opinión ortodoxa reinante y, en consecuencia, el principio de libertad de expresión entra en crisis. De todo ello resulta que, cuando en estos momentos se pide libertad de expresión, de hecho no se pide auténtica libertad. Estoy de acuerdo en que siempre habrá o deberá haber un cierto grado de censura mientras perduren las sociedades organizadas. Pero «libertad», como dice Rosa Luxemburg, es «libertad para los demás». Idéntico principio contienen las palabras de Voltaire: «Detesto lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo». Si la libertad intelectual ha sido sin duda alguna uno de los principios básicos de la civilización occidental, o no significa nada o significa que cada uno debe tener pleno derecho a decir y a imprimir lo que él cree que es la verdad, siempre que ello no impida que el resto de la comunidad tenga la posibilidad de expresarse por los mismos inequívocos caminos. Tanto la democracia capitalista como las versiones occidentales del socialismo han garantizado hasta hace poco aquellos principios. Nuestro gobierno hace grandes demostraciones de ello. La gente de la calle -en parte quizá porque no está suficientemente imbuida de estas ideas hasta el punto de hacerse intolerante en su defensa- sigue pensando vagamente en aquello de: «Supongo que cada cual tiene derecho a exponer su propia opinión». Por ello incumbe principalmente a la intelectualidad científica y literaria el papel de guardián de esa libertad que está empezando a ser menospreciada en la teoría y en la práctica.
Uno de los fenómenos más peculiares de nuestro tiempo es el que ofrece el liberal renegado.
Los marxistas claman a los cuatro vientos que la «libertad burguesa» es una ilusión, mientras una creencia muy extendida actualmente argumenta diciendo que la única manera de defender la libertad es por medio de métodos totalitarios. Si uno ama la democracia, prosigue esta argumentación, hay que aplastar a los enemigos sin que importen los medios utilizados. ¿Y quiénes son estos enemigos? Parece que no sólo son quienes la atacan abierta y concienzudamente, sino también aquellos que «objetivamente» la perjudican propalando doctrinas erróneas. En otras palabras: defendiendo la democracia acarrean la destrucción de todo pensamiento independiente. Éste fue el caso de los que pretendieron justificar las purgas rusas. Hasta el más ardiente rusófilo tuvo dificultades para creer que todas las víctimas fueran culpables de los cargos que se les imputaban. Pero el hecho de haber sostenido opiniones heterodoxas representaba un perjuicio para el régimen y, por consiguiente, la masacre fue un hecho tan normal como las falsas acusaciones de que fueron víctimas. Estos mismos argumentos se esgrimieron para justificar las falsedades lanzadas por la prensa de izquierdas acerca de los trotskistas y otros grupos republicanos durante la Guerra Civil española. Y la misma historia se repitió para criticar abiertamente el hábeas corpus concedido a Mosley cuando fue puesto en libertad en 1943.
Todos los que sostienen esta postura no se dan cuenta de que, al apoyar los métodos totalitarios, llegará un momento en que estos métodos serán usados «contra» ellos y río «por» ellos. Haced una costumbre del encarcelamiento de fascistas sin juicio previo y tal vez este proceso no se limite sólo a los fascistas. Poco después de que al Daily Worker le fuera levantada la suspensión, hablé en un College del sur de Londres. El auditorio estaba formado por trabajadores y profesionales de la baja clase media, poco más o menos el mismo tipo de público que frecuentaba las reuniones del Left Book Club. Mi conferencia trataba de la libertad de prensa y, al término de la misma y ante mi asombro, se levantaron varios espectadores para preguntarme «si en mi opinión había sido un error levantar la prohibición que impedía la publicación del Daily Wor-ker». Hube de preguntarles el porqué y todos dijeron que «era un periódico de dudosa lealtad y por tanto no debía tolerarse su publicación en tiempo de guerra». El caso es que me encontré defendiendo al periódico que más de una vez se había salido de sus casillas para atacarme. ¿Dónde habían aprendido aquellas gentes puntos de vista tan totalitarios? Con toda seguridad debieron aprenderlos de los mismos comunistas.
La tolerancia y la honradez intelectual están muy arraigadas en Inglaterra, pero no son indestructibles y si siguen manteniéndose es, en buena parte, con gran esfuerzo. El resultado de predicar doctrinas totalitarias es que lleva a los pueblos libres a confundir lo que es peligroso y lo que no lo es. El caso de Mosley es, a este efecto, muy ilustrativo. En 1940 era totalmente lógico internarlo, tanto si era culpable como si no lo era. Estábamos entonces luchando por nuestra propia existencia y no podíamos tolerar que un posible colaboracionista anduviera suelto. En cambio, mantenerlo encarcelado en 1943, sin que mediara proceso alguno, era un verdadero ultraje. La aquiescencia general al aceptar este hecho fue un mal síntoma, aunque es cierto que la agitación contra la liberación de Mosley fue en gran parte ficticia y, en menor parte, manifestación de otros motivos de descontento. ¡Sin embargo, cuán evidente resulta, en el actual deslizamiento hacia los sistemas fascistas, la huella de los antifascismos de los últimos diez años y la falta de escrúpulos por ellos acuñada!
Léase el prólogo a la Rebnelión enla Granja, que se mondará, Dabeman.
Es más: lo voy a buscar y se lo cuelgo aquí.
Permítame otra cita, Dabeman, a riesgo de que me llame pesado:
Las preguntas que se nos hacen van simplificándose y exacerbándose. Llevan a disyuntivas, como lo muestran las elecciones. La libertad de «decir no» es restringida sistemáticamente. Está destinada a dejar patente la superioridad de quien hace las preguntas. Y se ha convertido en un riesgo que se asume en un sitio tácticamente equivocado. Lo dicho no pretende ser una objeción contra su significado moral. La emboscadura representa una nueva respuesta de la libertad. Los hombres libres son poderosos, aunque constituyen únicamente una minoría pequeñísima. Nuestro tiempo es pobre en grandes hombres, pero produce figuras. La amenaza configura pequeñas minorías selectas. Junto a las figuras del Trabajador y del Soldado Desconocido aparece una tercera figura, el Emboscado. El miedo puede ser vencido por la persona singular si ésta adquiere conocimiento de su poder. La emboscadura, en cuanto conducta libre en la catástrofe, es independiente de las fachadas político–técnicas y de sus agrupaciones. La emboscadura no contradice a la evolución, sino que introduce libertad en ella mediante la decisión de la persona singular. En la emboscadura la persona singular se confronta consigo misma en su sustancia individual e indestructible. Esa confrontación expulsa el miedo a la muerte. Aquí las Iglesias no pueden dar más que asistencia, pues, en su decisión, la persona singular está solitaria, y el teólogo puede, ciertamente, hacerla cobrar consciencia de su situación, mas no sacarla de ella. El emboscado atraviesa por su propia fuerza el meridiano cero. En las esferas de la medicina, del derecho y del empleo de las armas la decisión soberana corresponde al emboscado, quien tampoco en la moral actúa de acuerdo con doctrinas y se reserva la aceptación de las leyes. El emboscado no participa en el culto del crimen. El decide la naturaleza de su propiedad y el modo de afirmarla. Es consciente de la inatacable profundidad desde la que también la Palabra otorga una y otra vez plenitud al mundo. En eso está el cometido del «Aquí y ahora».
Ernst Jünger
Disfrazado de fábula, Rebelión en la granja es uno de los mejores libros que he leído en mi vida y no sólo por el prólogo sino por todo en general. Os recomiendo fervientemente que lo leáis, es como El Principito, que cada vez que lo lees le encuentras significados nuevos que también dependen del momento de vida que estás atravesando.
Los beneficios son todos para el inquilino. Para el propietario nanay de la china. Amigos tengo yo que más de un quebradero de cabeza se han llevado porque no podían echar de su casa a los tipos que se habían metido en ella y la habían destrozado.
Y a los jóvenes les diría yo que sólo si es completamente necesario se vayan de alquiler. Pero no lo aconsejo, ya que me parece que es tirar el dinero a la basura. Gastarse muchos euros en algo que nunca va a ser tuyo. Y si puede ser meterse varios en plan comuna hasta que la situación económica mejore.
Carmelo, dices que uno no debe irse de alquiler a no ser que sea totalmente necesario. Yo creo que, según y como te lo plantees, a veces es totalmente necesario, sobre todo para vivir tu vida y enriquecerte con nuevas experiencias que jamás habrías tenido en casa de tus padres. Es cierto que muchos propietarios tienen verdaderos quebraderos de cabeza con sus inquilinos, pero no me negarás que alquilan porque obtienen beneficios de esa renta. ¡Ya me gustaría a mí tener un piso y alquilarlo!
Como en cada ocasión nos proporcionas información muy útil, gracias por ello. Pues como bien se ha mencionado a causa de la crisis y por la desigualdad tan profunda que existe en el reparto de las riquezas , a los individuos no les queda otra opción , que rentar algún lugar donde puedan vivir , el simple hecho de imaginar que lo puedan comprar es absurdo . El Estado Español y claro los demás regímenes del mundo, deberían de otorga esa seguridad a los que conforman su ciudadanía, el gobierno se creó con el fin de hacer propicio el desarrollo de los individuos y claro sufragar todas sus necesidades , pero bueno como todos lo sabemos, esto queda solo en teoría. Los encargados del poder no hacen otra cosa que moverse por sus pasiones y con ello me refiero a satisfacer todos sus deseos por más aberrantes que parezcan (como juntar millones de euros sabiendo que nunca los podrán gastar), pues el narcisismo y la falta de empatía hacia los demás, siempre ha sido la tendencia dominadora en los pueblos.