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Reforma laboral. Opciones

Creo que ya estamos todos un poco quemados...

Creo que ya estamos todos un poco quemados...

Vamos al toro de la reforma laboral, tal y como prometí el otro día:

Estas son las opciones que se barajan para hacer más eficiente el mercado laboral en España y espero de vosotros, por favor, que me digáis cual es vuestra preferida:

-1- Despido libre y alto subsidio de desempleo, al estilo danés. El subsidio va menguando, de modo que cuantas más veces te quedes en el paro más te costará la cotización la próxima vez. Si no has estado en el paro nunca, la cotización es barata.

-2- Impuestos por despidos. El despido es libre, pero el trabajador recibe un subsidio superior al que hay ahora, aunque siempre fijo. Lo que el trabajador recibía de indemnización por despido lo recibe ahora el Estado y lo usa para pagar mejores subsidios. Esta idea significa que la gente no se hará despedir a partir de cierta edad, porque cuesta lo mismo despedir a unos que a otros y no están más protegidos los más antiguos. En teoría, ayuda a los jóvenes.

-3-  Cuentas de jubilación o despido. Cada mes, el empresario y el Estado aportan una cantidad a nombre de una cuenta del trabajador. Esa cantidad será mayor a medida que aumenta la antigüedad. Si el trabajador es despedido, esa será su indemnización. Si no es despedido, todo lo que haya en esa cuenta va a su jubilación. La conclusión es que los que hayan sido despedidos menos veces acaben cobrando una pensión superior.

-4- Despido no libre, creciente. El despido empieza por 12 días de salario por año trabajado al principio y crece en dos días por cada año que se haya trabajado, hasta un máximo de 45. La cantidad es fija, sin distinción entre despido procedente e improcedente.

-5-Despido como el actual, pero acortando la diferencia entre despedir a un joven y a uno mayor. El subsidio de desempleo sería mucho mayor, pero llevaría aparejada la obligatoriedad de trabajar en tareas sociales para poder percibirlo, y sólo por un tiempo. La idea es no dar nunca dinero por estar en casa o pasarse a la economía sumergida. Sólo se paga al que esté ocupado, aunque sea contando piedras, pero nunca en su casa.

-6- No hacer nada, que sea lo que Dios queira, y el que venga detrás que arree. Parece la favorita del Gobierno, pero hay dudas sobre su viabilidad.

Hay más, desde luego, y si a alguien se le ocurre algo  que la explique por favor.

¿He conseguido ser breve?

Competencia y presupuestos

Ya está bien de ideas y soluciones infantiles...

Ya está bien de ideas y soluciones infantiles que sólo ayudan a perder...

Hoy me voy a poner serio: decir que los problemas de España se arreglan rebajando el sueldo a los políticos suena muy bien, pero no deja de ser una chorrada. Lo mismo que decir que todo se arregla subiendo los impuestos a los ricos.

A veces nos gustan tanto estas soluciones, por justicieras, por cainitas o porque nos lo pide una víscera, que el hígado empieza a ser el órgano con el que pensamos de modo más habitual. Y por ese camino lo único que conseguimos es quedar fuera del verdadero debate.

Gruñimos, despotricamos, pedimos tontadas surrealistas y dejamos en manos de los de siempre las opciones que verdaderamente pueden servir de algo, quedando nosotros al margen de la discusión real. Como los niños en una discusión de adultos.

Y no. Vamos a hablar en serio, o por lo menos yo voy a intentarlo. Vamos a hablar de lo que verdaderamente mueve las grandes cifras.

En España tenemos el problema de que nuestros productos no son competitivos y las empresas prefieren marcharse a otros sitios.

Tenemos el problema de que nadie quiere poner una empresa porque son demasiados los riesgos y pocas las ventajas.

Tenemos el problema, en suma, de que no se crea empleo.

Hay que buscar una solución real, porque rebajar el sueldo a los políticos no llega para ahorrar ni el 1 % de lo que necesitamos. Está bien, vale, pero ahorramos el 1 %, y no es serio discutir en primer lugar sobre el 1 %

Aumentar los impuestos a los ricos ni siquiera supone ese 1 %, porque no estamos ya en los tiempos en que el dinero está atado y bien atado. Si se suben los impuestos a los ricos, los ricos se llevan su dinero y podemos perder incluso más de lo que ganamos. Esa medida nos encanta porque hasta los ateos son católicos por aquí y detestan la riqueza. Ser pobre es elegante, según parece, y la riqueza es obscena. No lo juzgo: pero los ricos se marchan de los sitios donde no los quieren, y se llevan su dinero y sus empresas. Las cosas como son: no podemos seguir pensando en los tiempos en los que el dinero no se podía mover.

La discusión, por tanto, según todos los expertos, se centra en la reforma del mercado de trabajo.  Hay que hacer que ofrecer trabajo en España, o creárselo uno mismo, sea una cosa atractiva e interesante. No se crea trabajo por decreto ni por ayudar a los demás, ni porque sí.  El empleo se crea cuando a alguien le interesa crearlo y se convence de que le valdrá la pena asumir los riesgos que eso supone. Y Si ese alguien es sólo el Estado, ya sabéis lo que pasa.

¿Qué proponéis?

Este miércoles os contaré las posibilidades que se maneja, además de no hacer nada, que es la que más le gusta al Gobierno. Pero de momento, vamos a ver cuales son nuestros puntos de partida.

Os leo.

Subsidio vivienda y emancipación

Hastalos jueguetes crecen, y entonces pasan a ser un pcoo monstruosos...

Hasta los juguetes crecen, y entonces pasan a ser un poco monstruosos...

Los jóvenes españoles no se van de casa, y aunque muchos de ellos prefieren incrustarse en la teta de los padres por comodidad, o porque exigen empezar en el mismo punto de partida al que sus padres llegaron después de treinta o cuarenta años de esfuerzos, lo cierto es que muchos, la mayoría, no se emancipan porque no pueden.

La relación entre los salarios y los costes de la vivienda hace pensar que trabajamos en un país y cruzamos la frontera para ir a dormir a otro por las noches, porque de los contrario es imposible comprender qué piruetas han podido hacer la oferta y la demanda para generar esos precios y esos salarios. Y además a la vez.

En todo caso, el Gobierno ha tomado en serio el problema (o eso ha dicho) y ha creado una modalidad de subsidio de vivienda para ayudar a que los jóvenes salgan de casa de sus padres.

El subsidio vivienda o renta de emancipación se rige, en resumen, por estas condicones:

—Pueden ser candidatos al subsidio vivienda las personas con trabajo y una edad de entre 22 y 30 años con ingresos brutos anuales menores de 22.000 euros. Se dan por válidos, además de a los trabajadores por cuenta propia o ajena, a los becarios, los parados que reciban prestación o quienes reciban pensión por incapacidad. O sea: que hay que tener ingresos, pero no se mira mucho de dónde vienen.

— El importe de la ayuda es de de 210 euros mensuales (cantidad revisable), durante un máximo de cuatro años, y sólo para viviendas en régimen de alquiler. Nunca para compra o hipoteca. Los cuatro años máximos pueden ser seguidos o discontinuos. Ojo a esto.

—El contrato de alquiler tiene que estar a nombre del joven que solicita la ayuda.

—Se pueden pedir también 600 euros como préstamo para hacer frente a la fianza. Cuando te devuelvan la fianza devuelves el préstamo.

—Los que soliciten este subsidio vivienda no pueden ser propietarios de otra vivienda, ocupada o no, ni tener un patrimonio mayor de 180.000 euros.

Esto es lo que hay en teoría.

De lo que se tarda en cobrar esa ayuda y de quién se la queda en realidad, ya habláis vosotros. Yo es que hoy vengo contenido y no quiero ponerme a hablar de las diferencias entre emancipación y manumisión.

Quien no lo vea claro, que busque en un diccionario.

Rentas del trabajo y rentas del capital

Grupo contestario comprando pancartas.

Grupo contestario comprando pancartas.

Las rentas del trabajo son la suma de todo lo percibido por los trabajadores de un país en concepto de salarios. Las rentas del capital son el conjunto de lo obtenido por el capital en concepto de beneficios, intereses y dividendos.

¿Y a qué viene esto? Os preguntaréis.

Pues a que este reparto de las rentas ha sido muy desigual en España en los últimos treinta años, de modo que las empresas han ganado más cada vez, permitiéndose crecer en el exterior y comprar empresas de otros países, mientras que el salario real de los españoles se ha visto congelado.

De esta ecuación, en última instancia, procede la desccordinación entre los precios de la vivienda, por ejemplo, y los salarios de los trabajadores, y de aquí procede también nuestra sensación de ser más pobres cada día.

Como las altas instancias se dieron cuenta de ello, se promovieron dos soluciones que no le costasen dinero realmente al capital. De ese modo nos tendrían callados y podrían mantener o incrementar su parte del pastel:

Sustituir los ingresos pro capacidad de endeudamiento. Antes usted podía comprar poco, y ahora puede comprar mucho más porque los préstamos y las hipotecas han bajado una burrada. Es cierto, pero sólo una manada de grandes imbéciles puede picar en eso sin darse cuenta de que el dinero hay que devolverlo.

Abaratar lo que yo llamo la juguetería. Los bienes realmente necesarios disparan su precio, pero la electrónica, cierto tipo de entretenimiento y algunos artículos de ocio se han abaratado considerablemente.

¿Cual es el objetivo coincidente de ambas medidas? Que la gente tenga impresión de prosperidad. Impresión, pero no dinero.

Para cruzar el río nos han convencido de que no hay nada mejor que la foto del puente. Pero el puente no, que eso es suyo.

Bueh.

Crecimiento económico sostenible (Una tontería como un pino)

Nos podemos ir al términomedio, pero no va a ser plan...

Nos podemos ir al término medio, pero no va a ser plan...

Hoy, como ya habéis visto, declaro ya mis intenciones desde el título.

Voy a hablar de ese concepto que tanto gusta a los economistas y a los políticos, y voy a hacerlo desde una óptica que creo que os sorprenderá.

El desarrollo económico capitalista está basado en el crecimiento. Para que la economía funcione correctamente, es necesario que haya un incremento del PIB. Cuando no es así, decimos que nos encontramos en fase de estancamiento, y si el crecimiento es negativo, o sea, si decrecemos, se dice que estamos en recesión, como sucede actualmente.

La pregunta que nadie hace es: ¿hasta donde es posible este crecimiento?

Si tenemos que la Humanidad entera vive en un planeta y que este planeta es un sistema cerrado y finito, entonces el crecimiento tiene un límite. El límite teórico es el uso de todos los recursos y rincones del planeta para la producción económica, pero todos sabemos que el límite práctico es mucho más corto porque antes de utilizar todos los recursos nos habremos ido a a tomar por el saco.

Por tanto, el crecimiento, por definición no puede ser NUNCA sostenible. El crecimiento es limitado y su presunta sostenibilidad es un imposible lógico y una estupidez.

En todo caso podemos avanzar por el camino del desarrollo, que es la transformación de lo que se produce, y no su aumento.

Pero de momento no van por ahí los tiros. Y con nuestro actual sistema (o con los que alternativamente se conocen) no es posible el desarrollo sin crecimiento, y mucho menos, muchísimo menos, la erradicación de la pobreza.

¿Y por qué os cuento esto en un blog de hipotecas? Porque ignorar este principio lógico y matemático ha sido lo que ha llevado al mercado inmobiliario a donde está.

Todo es más fácil que sumar dos y dos, parece.

Vivir por encima de las propias posibilidades (un análisis)

Imagen que nos hacemos de nosotros mismos. Y luego, claro, hay cosas que no cuadran....

Imagen que nos hacemos de nosotros mismos. Y luego, claro, hay cosas que no cuadran....

Somos muchos los que decimos que el verdadero origen de esta crisis se encuentra en la alegría con que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Sin embargo, tengo la impresión de que cuando repito esa frase la gente de este foro entiende algo muy distinto de lo que realmente quiero decir, o al menos, algo de un alcance menor.

Aprovecho que soy el que debe explayarse en explicaciones para profundizar en ello.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestras posibilidades me refiero a que compramos lo que no podemos comprar, nos vamos de vacaciones a a donde no nos podemos ir y sostenemos costumbres y caprichos de ricos, cuando en realidad no lo somos. Me refiero a eso, sí, pero también a algunas cosas más.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestras posibilidades me refiero a que disponemos de unos servicios sociales que no nos podemos pagar, nos permitimos libertades como condonar deudas a otros países y atendemos a todo el mundo en nuestra sanidad o nuestra educación, aunque el nivel real de ingresos de nuestra sistema no llegue realmente para ello. Quizás necesitemos una cura de humildad para recordar cuales son las realidades estruycturales de este país, al margen de fondos europeos y explosiones temporales de algunos sectores como el de la construcción, la vivienda y la hipoteca.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestra posibilidades me refiero a que exigimos unos salarios y nos exigen unos precios por lo que compramos, ya sean pisos u otros bienes, en nada acordes a nuestro nivel real de producción o a nuestro nivel real de renta. Los precios de la vivienda no tenían nada que ver con los salarios del español medio, y los salarios de muchos, muchísimos españoles, no tienen nada que ver con lo que en el mercado mundial de la mano de obra se paga por ese trabajo.

Cuando digo que vivimos por encima de nuestras posibilidades me refiero a que tenemos diecisiete comunidades autónomas, cuarenta y cuatro diputaciones y más de tres mil ayuntamientos, porque nos gusta que nos quede el papeleo cerca y porque nos gusta decir que somos muy nuestros. Me refiero a que tenemos docenas de universidades, muchas de ellas con muy pocos alumnos, me refiero a que nos parece más cómodo bajar la ratio de alumnos por profesor antes que imponer orden y disciplina en las aulas. Me refiero a que abrimos un aeropueto en cada capital de provincia, sea rentable o no, porque el erario público asume las pérdidas. Me refiero, en suma, a que preferimos el gasto al esfuerzo, porque somos ricos, y los ricos mejoran las cosas con gasto, no con inteligencia.

A todo eso me refiero. Y seguro que a vosotros se os ocurren más ejemplos.

Acuerdos y alianzas entre los partidos para solventar la crisis

Debajo de la alfombra no cabe ni una deuda más...

Debajo de la alfombra no cabe ni una deuda más...

Estos días, ya lo habréis oído, hasta el rey pide un acuerdo entre los principales partidos para sacar adelante un plan común que nos ayude a salir de la crisis. Es hora de salvar diferencias y arrimar todos el hombro en aras de un bien común. Es hora de olvidar los intereses particulares y tratar de salir unidos de esta situación preocupante. Es hora de aportar voluntad de diálogo y de tomar medidas valientes y eficaces que hagan a España más fuere y más competitiva.

Es hora de todo eso, y de los peces de colores. Y de que Marco encuentre a su madre, de paso.

De lo que es hora es de determinar de una vez qué puñetas hacemos, porque hay varios puntos de vista. Os los expongo, y me dais vuestra opinión:

-1- Si el Gobierno existente se encuentra incapaz de resolver los problemas con los que se encuentra, que dimita de una puñetera vez, cobre su pensión vitalicia por no hacer nada y que se vaya a tomar daikiris a las Bahamas, pero que no joda.

-2- Si la oposición no tiene nada mejor que proponer que la dimisión del gobierno, para eso nos quedamos como estamos. Y si lo tiene, ya nos contarán a qué coño están esperando, porque no han abierto la boca para proponer nada, acertado o equivocado, aunque sólo sea por miedo a encontrarse con el rechazo de una parte de la población.

El partido del gobierno se aferra a la opción 2, para seguir gobernando con la ayuda de la oposición, y la oposición se aferra a la opción 1 para que se convoquen elecciones anticipadas. El gobierno sabe que tendrá que tomar decisiones impopulares y quiere repatir la mierda con la opsición. La oposición sabe que se deben tomar medidas impopulares, y quiere quie el gobierno corra con todo el gasto, que para eso gobierna.

¿Y cómo se concilian ambas opciones?

El que lo sepa que lo diga, porque va a ser necesario, y enseguida.

Por cierto: queda la opción 3 que no menciona nadie: que da igual quién gobierne, porque nuestro problema no viene de los políticos, que son nefastos, sino del modelo administrativo del país, que ha hecho incontrolable el gasto e inaplicable cualquier reforma.

Esa es la mía, por cierto.

 

 

 

Sistema Mixto (II) Nazismo y China. Los fallos del sistema

El sistema mixto genera extrañas imágenes, y extraños eventos.

El sistema mixto genera extrañas imágenes, y extraños eventos.

 Hablar de los fallos del sistema mixto es casi como hablar de las virtudes de la dictadura. Todo funciona más deprisa y más coordinado, pero sin libertad, oprimiendo a la gente y creando grandes bolsas de arbitrariedad.

El sistema mixto sólo es posible en una sociedad muy cohesionada en la que todos los agentes económicos entiendan que sus fines coinciden. Al convivir dentro del sistema la planificación pública y la propiedad privada, esta coincidencia de fines sólo es posible mediante una presión extrema por parte del Estado, que se siente legitimado para aplastar cualquier resistencia individual.

Los logros económicos del nazismo nunca hubiesen sido posibles sin la amenaza implícita o explícita de una visita de la GESTAPO al que no supiera interpretar correctamente las directrices de la autoridad. El capitalismo se basa en la idea de que si cada uno defiende su interés propio, la suma de todos esos esfuerzos egoístas será el bien común; en el sistema mixto, esta idea, aún presente, se refuerza con el miedo: si haces las cosas bien te irá bien, y te harás rico, pero si haces lo que no debes no sólo puedes quebrar y arruinarte, sino que vendrán a buscarte unos tipos de uniforme (y cuando terminen contigo hasta la Muerte te apartará con la cuchara). O sea que zanahoria y palo combinados, pero en grado extremo. Como ejemplo, cabe destacar que la economía China genera tanta confianza que se  nutre de nuestro apoyo tácito, y que los nazis levantaron Alemania a base de vender deuda pública a Francia, Inglaterra, Holanda y Estados Unidos, donde apoyaron de manera entusiasta su política económica, respaldada por una seriedad y una solvencia ejemplares. El dato curioso es que ni la Alemania nazi ni China han dejado JAMÁS de pagar una deuda. Otra curiosidad: la guerra mundial empieza en 1939, pero Alemania sigue pagandos los intereses de sus bonos del Estado a franceses e ingleses hasta bien entrado 1940. Matarnos, sí. Dejar de pagar, no. Seriedad.  🙂

Pero volvemos a lo que decíamos: si la codicia es un impulso poderoso, la combinación de codicia y terror tiene una fuerza formidable. De ahí la eficacia de este tipo de sistema, y lo poco deseable que resulta.

En el caso Chino, os propongo una pregunta para que reflexionemos juntos: ¿Por qué sigue siendo tan barata la mano de obra después del crecimiento y la prosperidad de estos años?, ¿no decimos siempre que cuando la gente empieza a vivir un poco mejor exige mejores condiciones de vida?, ¿por qué no pasa en China?

La clave es su feroz dictadura: pueden producir barato porque nunca avanzarán lo suficiente para que la gente quiera trabajar un poco menos o en mejores condiciones. En esta clase de regímenes, lo que quiera la gente da igual, porque no están pensados para la gente.

En el caso China, una cultura milenaria de sumisión y silencio, ayuda al régimen. En el caso alemán, un pueblo culto, moderno y perfectamente tecnificado, el rencor por lo sufrido, la sensación de superioridad sobre sus vecinos (cabe preguntarse si ha desaparecido del todo hoy en día)  y la decidida voluntad de vengarse del mundo entero sirvieron de galvanizantes para un desarrollo y un despegue difíciles de igualar. “Acabaremos con ellos. Los haremos caer, aunque sea envenenados por el polvo de nuestros huesos” dijo una vez un líder nazi en un discurso, y esa idea, presente en el subconsciente colectivo fue suficiente para que una nación entera lo soportara y lo sufriera todo. Esa idea, y el hecho de que eran un país con 240.000 ingenieros, lo que supone una fuerza  pensante con un valor añadido difícil de cuantificar y que se mostró de nuevo en todo su vigor en la posguerra.

En cualquier caso, es imposible el sistema mixto en libertad. Genera corrupción, genera arbitrariedad y genera el nacimiento de elites económicas, técnicas y culturales que pisotean impunemente a sus semejantes, convirtiéndolos en simples herramientas desechables. En el sistema mixto, se le da TODO al que vale, y un pico y una pala, como mucho, al que tiene unas capacidades un poco inferiores.

El sistema mixto es una economía de guerra desarrollada en tiempos de paz. Una emergencia permanente. Un vivir provisional.

Para mí, no gracias.

Conspiración contra España

 

Así son los juegos de los gandes.

Así son los juegos de los grandes.

Supongo que casi todos habéis oído hablar estos días de la conspiración de los especuladores internacionales contra las finanzas y la deuda pública española. El rumor cobró tanta fuerza que hasta nuestro Gobierno se vio en la necesidad de ir a la City londinense para tratar de convencer a los mercados de nuestra solvencia.

Lo cierto, en cualquier caso, es que en poco menos de diez días la Bolsa española ha sufrido un descomunal batacazo y nuestra deuda pública ha pasado de ser una inversión segura a tener que pagar unas importantes primas de riesgo. Estas primas de riesgo se miden mediante los CDS (Credit Default Swaps), que son una especie de pólizas de seguros para el caso de que el deudor no pueda hacer frente a sus obligaciones, y lo cierto también es que los CDS de la deuda española se han disparado en las últimas fechas lo que, una vez más, y van tres mil, nuestra deuda pública es más cara y menos atractiva.

Desde mi punto de vista, y aquí estoy para darlo, frases como “vienen a por nosotros” o “han olido la sangre” son meras exageraciones, o mejor dicho, modos sensacionalistas de decir que los especuladores bajistas han visto en la debilidad de la confianza española una presa fácil para sus maniobras.

Siendo objetivos, y eso deberíamos ser, hay que reconocer que la economía española puede ir mejor o peor, pero no inspira confianza, y esa falta de confianza se traduce en una facilidad extrema para hacer caer las cotizaciones y sacar una buena tajada.

Siendo objetivos, lo que hay que reconocer es que no hay ninguna conspiración contra España, sino que se trata simplemente de la Ley de la Gravedad: las cosas caen por su peso, y el nuestro empieza a ser excesivo para sostener una imagen de salud financiera.

  Decir que hay una conspiración cuando sólo somos el eslabón más débil de la cadena es una tontería: no nos atacan porque nos odien: nos atacan porque nos ven fáciles de romper y porque ven, sospechan, intuyen, que nuestro Gobierno no tiene capacidad de reacción. Por debilidad, por lentitud y por estupidez.

¿Lo digo más claro?

Los sistemas Económicos (III). El sistema mixto (Nazismo y China)


Este es Hjalmar Schacht, el inventor del mecanismo. Echadle un ojo y pensad si os parece de fiar...

Este es Hjalmar Schacht, el inventor del mecanismo. Echadle un ojo a ver si os parece de fiar...

Después de hablar del capitalismo y el colectivismo (socialismo y comunismo), abandonamos el terreno de los sistemas económicos conocidos para adentrarnos en otros inventos un poco más raros, y quizás un poco más tenebrosos, pero creo que es necesario hablar de todo, aunque sólo sea para que se conozcan las otras opciones que se han seguido a lo largo de la historia.

El sistema mixto lo puso por primera vez en marcha el ministro de economía nazi Hjalmar Schacht en 1933, tras la victoria de Hitler en las elecciones generales de aquel año. Como curiosidades, os contaré de él que nunca fue miembro del partido nazi, sino del SPD (de la oposición) y que fue absuelto en Nurenberg porque no encontraron cosa seria de la que acusarle.

Quizás os parezca raro que Hitler diese la cartera de economía a un tipo que no era de su partido y que le había combatido enérgicamente en la campaña electoral, pero hay que entender la mentalidad del partido nazi, del propio Hitler y de la época, dejando a un lado los arquetipos: eligió para todos los puestos al que consideró mejor, y punto. Si alguien se negaba a aceptar el puesto, eso era una traición a la patria, a la que todos tenían el deber de servir sin pensar en ideologías. Incluso puso al mando de la GESTAPO al mismo comisario de policía que lo había enchironado a él en 1924, así que con eso está todo dicho.

Explicar en qué consiste el sistema mixto de Hjalmar Shchat es muy fácil. Lo difícil es detallar su funcionamiento, y no puedo meterme en eso en profundidad, así que espero resumirlo de manera que se entienda algo:

El sistema mixto consiste en que toda la industria, el comercio y la distribución AL POR MAYOR queda en manos del Estado o regulado férreamente por el Estado, y todo lo que sea AL POR MENOR queda en manos de la propiedad privada en absoluta libertad para hacer cada cual lo que quiera.

Tras esta premisa fundamental, el sistema mixto del nazismo se apoyaba en los siguientes pilares:

-El tipo de cambio de la moneda se fija en Boletín Oficial, y depende de la actividad. Dependiendo de lo que compres o vendas, así será el tipo de cambio. Puedes cambiar las divisas que quieras, pero declarando la operación que vas a realizar, y dependiendo de la operación así será el cambio, que no es nunca ni fijo ni libre.

La fiscalidad de las plusvalías es feroz. La del trabajo y el beneficio empresarial son muy bajas, pero si compras un bien (un piso, oro, o lo que sea) y lo vendes en menos de un año, el Estado se lleva el 90 % de la diferencia entre el precio al que compraste y el precio de venta. Si son 2 año, el 80 %, si son 3, el 70 % y así sucesivamente. Si pasan 10 años, todo lo que saques es para ti. El comercio al por menor de una lista de bienes (bienes comerciales, en general) está exento y se considera beneficio empresarial, como en nuestros días.

La producción al por mayor se regula desde el Ministerio de Economía, mediante planes trienales o quinquenales. Esto regula las materias primas y casi toda la industria de más de 30 trabajadores. Por debajo de ahí, cada cual puede invertir o no, poner una empresa de camiones o una churrería, como mejor le venga.

-La propiedad privada es intocable, pero no se admiten bienes ni recursos muertos. La tierra o se cultiva, o se arrienda. Los pisos se ocupan o se alquilan, etc.La ley decía exactamente: “la propiedad será siempre privada y siempre al servicio de los intereses nacionales”, lo que, por supuesto, trajo consigo no pocos conflictos. Cómo se resolvían esos conflictos lo imagináis de sobra: arbitrariedades, injusticias, persecuciones, etc. En todo caso, podían obligarte a alquilar tu casa o a que tu fábrica produjese cacerolas en vez de cucharas, pero no te la expropiaban.

Los extranjeros tienen los mismos derechos y deberes que un huésped en un hotel. Pagan su cuota y tiene derecho a lo que al cuota estipule. Y nada más. La letra pequeña, por supuesto, estaba en saber a quiénes consideraban extranjeros, pero eso es salirse del ámbito económico y no quiero escribir una enciclopedia.

En la actualidad, este sistema ha sido copiado de manera casi textual por el gobierno chino. Tan llamativa es la copia que en algunos textos legales chinos aparecen siglas equivocadas, correspondientes a organismos alemanes de los años treinta, como RB, AB (Ferrocarriles del Reich, Autopistas, etc.).

Como ya me alargo demasiado, sigo otro día. Ya diréis en los comentarios qué os parece este engendro híbrido.

El comunismo como alucinación colectiva y su resistencia frente la realidad (un epílogo sociológico).

A alguna gente no parece importarle gran cosa la realidad.

A alguna gente no parece importarle gran cosa la realidad.

Prometí un día contaros una anécdota y creo que no hay mejor ocasión que esta:

Estaba yo en Checoslovaquia en el año 92, haciendo turismo en tren. Por supuesto, era pobre como una rata, así que me gustaban los países del Este, donde la gente era aún más pobre que yo, o igual, y podía incluso permitirme lujos asiáticos como tomar un café y una cerveza de vez en cuando en los bares de los indígenas.

Recuerdo que me alojaba en un hotel en el quinto pino, al final de Holesovice (por si alguien lo conoce) y que el portero de noche era un viejo de largas barbas blancas que hablaba seis idiomas, y casi todos mal. Según me dijo, en la cárcel había aprendido español para leer a Cervantes, francés para leer a Flaubert e inglés para leer a Fielding. Además, hablaba checo, porque era la lengua de su país, ruso, porque eran los que mandaban en su país, y alemán, por todo lo que había pasado y lo que pudiera pasar. Os lo cuento casi textual, para que veáis que mentalidad y qué puntería tenía el viejo. ¡Y qué retranca!

 Me dijo también que dormía mal y que su pensión de jubilación era ridícula, y que así, uniendo los dos problemas, se había hecho portero de noche de un hotel para solucionarlos ambos a la vez. Todo un personaje.

Pues bien: en mi tercera o cuarta noche en el hotel, me quedé un rato a hablar con él, y me dijo: “Checoslovaquia es el país más triste del mundo, porque desde el año 38 que llegaron los nazis, hasta el año 90 que se fueron los rusos, nunca hemos tenido libertad. Un año antes que a ningún sitio vinieron aquí los nazis, y luego nos liberaron los rusos. ¡Qué mala suerte!”

-Es triste, sí, le dije yo, dándome cuenta de que tenía razón.

“Muy triste. Porque los nazis iban a tu casa, te encarcelaban, te torturaban y te asesinaban”

-Sí. Fatal. La verdad le respondí.

Y luego llegaron los comunistas, que te encarcelaban, te torturaban y te asesinaban. Pero los nazis permitían emigrar, y por eso los henos echado tanto de menos. ¡Cómo los hemos echado de menos!”

Eso me dijo, y creo que tiene que ser suficiente, porque lo cierto es que si lo piensas, es verdad.

¿Cómo tiene que ser un régimen y un sistema económico y político para que la gente eche de menos a los nazis?

Y sin embargo, ya lo veis, sigue habiendo gente que pertenece a un partido comunista. El comunismo, por tanto, no parece un sistema que se apoye en realidades, o en promesas siquiera, o en un pasado brillante. En su pasado hay hambre, miseria, muerte, asesinato y océanos enteros de dolor y opresión, pero no le afecta. Nadie puede ir por la calle diciendo que es nazi (y me parece lógico, después de lo que hicieron) pero a la gente no le da vergüenza llevar una bandera roja, o decir que es miembro del Partido Comunista. Cualquier otra ideología o sistema que hubiese asesinado a la cuarta parte de personas, o destruido la vida de una décima parte de seres humanos de los que destrozado el comunismo estaría eternamente condenada, pero el comunismo no. ¿Por qué?

Porque el comunismo parece comportarse como una alucinación colectiva (tipo religión), o como un instinto depredador del alma humana. No se le puede combatir con razones, porque no atiende a razones. No se le puede combatir con la economía, porque aspira a quedarse con lo tuyo. Su triunfo, quizás eterno, es que ofrece la legalización del robo, y siempre habrá seres humanos a los que eso les ponga en movimiento y les aporte una esperanza de mejorar a costa de su vecino. Todos conocemos a personas que nunca nos robarían, pero que votarían encantadas a un partido que propusiera robarnos y matarnos. ¿no es cierto?

El odio a los semejantes, la envidia, el rencor, el cainismo, la inquina a los que son mejores, el deseo de machacar al que destaca, al diferente o al que tiene ideas propias no son, en absoluto, patrimonio exclusivo del comunismo. Ni mucho menos. Pero ningún sistema como el comunista ofrece a la gente que vive enfangada en esas pasiones una oportunidad tan buena de tomar revancha contra los otros y arrastrarlos por el barro. Y además en nombre del pueblo, de la igualdad y de otras muchas absoluciones. Te permite ser malo y a la vez te absuelve. ¿qué mas se puede pedir? Esta es, para mi y para algunos otros autores, la razón sociológica de la supervivencia del comunismo como idea, a pesar de sus crímenes y sus estrepitosos fracasos pasados. Y el caso es que otra cosa no se explica.

Como ya bato todos los records de longitud de un artículo, termino con una frase del viejo del hotel: “si quieres saber quién es un miserable, es fácil: pregúntale por mayo del 68. Si te habla de París, es un canalla. Mayo del 68, para los amantes de la libertad, fue Praga. La valiente y sangrienta Primavera de Praga”

Por si os sirve.

Los fallos del colectivismo IV (la necesidad como criterio de reparto)

Puestos a inventar necesidades, hay ideas para todos los gustos...

Puestos a inventar necesidades, hay ideas para todos los gustos...

Una de las premisas fundamentales de los sistemas colectivistas, en especial de los socialistas y comunistas, es la máxima: “se debe exigir a cada cual según su capacidad y dar a cada cual según su necesidad”

Dentro de la serie sobre los fallos del comunismo, quisiera analizar esta idea, aunque más bien me parece una mentalidad, o una forma de ver el mundo.

Por mi parte, y siendo todo lo objetivo que puedo, quiero decir una serie de cosas, que espero que me rebatáis con argumentos lógicos, porque lo cierto es que estoy acostumbrado a que me lo discutan con razones religiosas. Así que, por favor, dejad el catecismo a un lado, y pensemos. Os lo ruego.

-La pobreza no es una condición moral. No pienso como los calvinistas, que creen que el pobre es malo, porque Dios no permitiría pasar necesidad a un hombre virtuoso. Y tampoco pienso como los católicos, que creen que antes pasará un camello por el ojo de una aguja que entre un rico en el reino de los cielos. Por eso os dije que dejéis un rato el catecismo en casa y me digáis si ser pobre es un rasgo moral. Yo creo que es indemostrable tal cosa. Ser pobre es ser pobre. Y ser pobre es una mierda. Pero no dice nada de la moralidad.

-La necesidad no da derecho a nada: lo que otorga derechos es el esfuerzo, el cumplimiento de unos deberes o incluso el simple hecho, convenido de forma tácita, de pertenecer a una sociedad o país (lo que también impone obligaciones). Pero la necesidad, en sí, no otorga derechos. Que yo necesite un coche para ir a trabajar, aunque lo necesite imperiosamente, no me da derecho a exigirlo, ni a coger el de otro, ni a pedir que me lo presten. Necesitar una vivienda no significa que otro la tenga que pagar.

Las necesidades son ilimitadas y pueden crearse o extenderse a voluntad. Esta es uno de los pilares de la economía. De hecho, la economía se define según algunas escuelas como la disciplina que estudia la distribución de recursos limitados entre necesidades ilimitadas. Dicho esto, un sistema que reparte el fruto del esfuerzo de todos entre los que más lo necesitan, lo único que está haciendo es incentivar la queja, la picaresca y la corrupción. Un sistema en el que para conseguir más basta con sufrir más en vez de trabajar más, se va al carajo necesariamente.

A riesgo de que me tiréis piedras, os citaré un ejemplo sangriento: en la guerra entre los tutsis y los hutus, en Rwanda y Burundi (1990-1994) ambos bandos combatientes utilizaban las matanzas de civiles como modo de aprovisionar a sus ejércitos, pues sabían que después de cada matanza llegaría la ayuda humanitaria de Occidente y podrían así dar de comer a su tropa.

La necesidad, por tanto, no puede ser un baremo de distribución, a riesgo de que las necesidades se multipliquen y la miseria, la enfermedad o la simple estupidez lleguen a ser estados deseables, de los que se puede obtener más que del trabajo, el estudio o la salud. Cuando es más rentable cortarse un pie que estudiar una carrera, un país no tarda en quedarse cojo.

Por lo demás, hay ejemplos de sobra en nuestra sociedad de gente que convierte la necesidad en un modo de explotar al resto.

Es vuestro turno.