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Se multiplican los morosos

Horizonte temporal de la banca

Horizonte temporal de la banca

Tranquilos, que no voy a hablar de los ayuntamientos , de las comunidades autonomías ni de otros establecimientos públicos. Si os apetece conocer una visión de eso, hay pro ahí un artículo curioso sobre cómo las administraciones convierten en prestamistas a los proveedores y de sus efectos.

Yo, como este sitio va de bancos, hipotecas y créditos financieros, me voy a referir solamente a esa clase de deudas.

Como era de esperar, la tasa de morosidad de crédito concedido por bancos, cajas, cooperativas de crédito y otros establecimientos financieros ha vuelto a subir para situarse en noviembre, el último dato conocido, en el 5,68%

Este porcentaje, aterrador si lo pensamos detenidamente, es el más alto desde 1996. Según esos mismo datos del Banco de España, la suma de la deuda total con bancos, cajas y otros chiringuitos financieros asciende ya a 1,84 billones de euros, que representa casi el doble del PIB español anual. Y ojo: aquí no se cuenta la deuda exterior ni la deuda pública, así que ya sabéis de dónde ha salido buena parte de la prosperidad de estos años pasados : de gastar lo que no teníamos.

Ya os habia dicho el porcentaje y lo podíais calcular vosotros mismos, pero así las cosas, el monto total de lo impagado asciende a 100.000 millones de euros, de momento.  Si tenemos en cuenta que el Gobierno ha tenido que hacer el pino para rebajar 15.000 millones el gasto público (y no lo va a conseguir) imaginad ahora cómo están los bancos y las cajas de ahorros con una deuda impagada como la que os acabo de contar.

¿Comprendéis ahora pro qué se tientan la ropa antes de conceder una hipoteca?

Los bancos y cajas están en la encrucijada: si prestan, se arriesgan a no cobrar. Si no prestan, ¿a qué se dedican, si el gremio de los churreros está también muy competido?

Pues eso.

Más beneficios y menos trabajo

 

Cuando todo estaba por las nubes, a nadie le pareció raro que volasen los peces.

Cuando todo estaba por las nubes, a nadie le pareció raro que volasen los peces.

Todos los sabíamos, pero nos lo acaban de confirmar: según la OCDE, en 2011 puede producirse una recuperación de los resultados de las empresas, pero sin que eso afecte positivamente a las cifras de desempleo. La salida de esta crisis, por tanto, podría producirse sin que se apreciase una mejora en el empleo.

Puede parecer raro, pero no lo es en absoluto: la mejora de los sistemas de producción hace que cada vez menos personas sean necesarias para producir lo que todas necesitan. Si a eso añadimos que antes, hace veinte años, unos pocos países producían y exportaban, y que ahora todo el mundo compite por la tarta del mercado, el problema está servido. 

 Para evitarlo, los jefazos de Bruselas aconsejan que se aborden las reformas laborales necesarias, de modo que sea posible contratar a más gente, exista una mayor movilidad geográfica y funcional y la vida laboral del individuo no pase por un sólo tornillo en la cadena de montaje, además de etc., etc.

Lo que dicen en realidad, y estoy seguro de que ya lo habíais adivinado, es que se bajen los sueldos, porque de lo contrario será más rentable producir en cualquier otro lado y el desempleo se convertirá en una especie de enfermedad crónica, sobre todo en algunos países, como el nuestro, donde nunca nos ha entrado muy claramente en la cabeza el significado de la palabra competir.

En otros tiempos, existía una manera de bajar los sueldos a todo el mundo sin que la gente protestase: la devaluación de la moneda. ¿Pero cómo hacemos ahora para decirles a los españoles que su trabajo no lo quiere nadie y que sólo podemos competir con los chinos trabajando más o más barato que los chinos? ¿Cómo salimos del pozo infernal que supone no tener mercado interior y no poder competir en el mercado exterior?

Parece muy grave y lo es, pero el problema no se detiene ahí: el problema es que necesitamos devaluar nuestro trabajo y nuestros salarios en un momento en que estamos endeudados hasta las cachas con hipotecas pensadas y diseñadas para unos salarios que nunca llegaremos a cobrar. Si todo se mueve hacia un nuevo escenario económico donde ganaremos menos y nuestro trabajo será cada vez menor y de menos valor, ¿cómo esperan los bancos recuperar el dinero de nuestras hipotecas?

Por eso los bancos y los gobiernos están también como están: porque la solución no está clara, sobre todo en los países, como el nuestro, que dependen demasiado de cosas como poner ladrillos y servir cervezas. Cosas que, reconozcámoslo, puede hacer cualquiera.

 

Papá Estado

En caso de problemas, todos a acudir a Papá Estado

En caso de problemas, todos a acudir a Papá Estado

Atención a la nueva propuesta con la que nos ha aparecido Joan Herrera, el dirigente catalanista de izquierdas, según la cuál propone que exista una Ley que impida a las entidades financieras conceder hipotecas a aquellas familias cuyo esfuerzo para pagar las cuotas mensuales suponga más del 30% de sus ingresos, a la vez que se limite el plazo máximo de amortización hasta los 30 años.

No hay duda de que Herrera tiene buenas intenciones con esta propuesta, pero tampoco hay duda de que se trata de una propuesta que no puede ir a ningún lado, esperamos, y que se quede en el papel mojado de los periódicos que lo publicaron y los blogs que nos hacemos eco de ello.

Si permitimos que exista una ley como ésta, estaremos abriendo la puerta a una actuación excesiva del Estado que dejará de ser el regidor de nuestras finanzas públicas, para convertirse en Papá Estado, diciéndonos los que es bueno y malo para nosotros.

La actuación del Estado en las ineficiencias del sistema capitalista tiene un límite, que es cuando debe de aparecer la responsabilidad de los ciudadanos. Es decir, el que una familia decida endeudarse, no ya por encima del 30%, sino por encima el 60%, que ha habido casos, no es responsabilidad del Estado que lo permite o de la entidad financiera que lo incita, no, es responsabilidad exclusiva de esa familia incapaz de marcarse un límite de deuda.

No se puede ser más papista que el Papa, y hay que aceptar que todos tenemos cierta responsabilidad en la crisis que se nos ha venido. El Estado por no supervisar adecuadamente, las entidades financieras por primar el volumen a la seguridad, y, por supuesto, las familias por no comprender sus limitaciones financieras.

Por tanto, bien haría Joan Herrera en esforzarse en buscar otras alternativas más plausibles y eficaces, que en tratar de ganar titulares de periódicos con ideas trasnochadas sobre propuestas de ley que no van a ir más allá del día de hoy, sobre todo, con la nueva tregua anunciada de ETA.

Una buena alternativa sería la potenciación de la educación financiera en las escuelas. Eso sí ayudaría de verdad a la sociedad.

La construcción sigue de mal en peor

La recuperación de la construcción todavía muy lejos

La recuperación de la construcción todavía muy lejos

No nos queda otra que reírnos de aquellos que siguen prometiéndonos que la recuperación económica en general, y de la construcción en particular es un hecho, porque cada nuevo dato que recibimos hecha por tierra ese optimismo y demuestra que todo está peor de lo que pensábamos.

Durante los últimos meses ha habido voces que nos han vendido la moto de que el sector de la construcción se encontraba en clara mejoría, con indicios de recuperación en breve, si no a finales de 2010, que ya hemos dejado atrás, sí con el comienzo del nuevo año.

Sin embargo, ni una cosa ni la otra. Según los datos que conocimos ayer, hasta el mes de octubre de 2010, la construcción de viviendas cayó en un 34.9%, con respecto al mismo período del año anterior, es decir que en los diez primeros meses del año 2010 se construyeron 334.312 viviendas menos.

Como no podía ser de otra forma, por otro lado, es la vivienda privada la que un mayor decremento ha sufrido, por un doble factor. Por un lado, las administraciones públicas han intentado sostener al sector, y, por otro, como el volumen de construcción pública es menor, el decremento será, consecuentemente, también menor, como lo sería, en su caso, el incremento.

Este decremento en la construcción de nuevas viviendas hace referencia explícita a la falta de demanda que está experimentando el sector, provocado por la falta de estabilidad económica y la tremenda volatilidad en el empleo, que provoca falta de confianza en el mantenimiento del puesto de trabajo, o, en su caso, en la capacidad de encontrar uno nuevo.

Por otro lado, el año 2011 debería de ser el año de la estabilización del sector, con lo que podremos empezar a valorar, de verdad, la situación en la que se encuentra, ya que el año 2010 se ha visto afectado por los cambios en las reglas de juego que se han venido apreciando, con el incremento de la tasa de IVA y la desaparición de la desgravación fiscal.

En cualquier caso, todo apunta a que este año 2011 seguirá siendo de estancamiento generalizado, sin una recuperación real del sector hasta, por lo menos, el año 2012 o 2013, cuando el exceso de oferta comience a desaparecer.

14 años no son nada…

14 años, o 20, no es nada

14 años, o 20, no es nada

… febril la mirada, y bla, bla, bla, no te voy a engañar, no me sé la canción que quiero versionar aquí y tampoco es cuestión de andar buscándola por ahí, te haces una idea y si te la sabes la cantas mentalmente, porque el caso no es que la canción sí o la canción no, el caso es que han pasado 14 años y seguimos tal y como estábamos.

Si en el año 1996, cuando sufríamos otra gran crisis de la que ya no nos acordábamos, pero que por aquel entonces nos hizo mucho daño, teníamos una tasa de morosidad del 5.72%, resulta que este pasado mes de octubre, según datos del Banco de España, la tasa de morosidad del sector financiero se ha situado en el 5.66%.

Ello supone un incremento 0.17 puntos porcentuales con respecto al mismo dato del mes de septiembre, y, lo más alarmante todavía, 0.68 puntos porcentuales por encima de la tasa de morosidad de octubre de 2009, lo que supone un incremento elevado que repercutirá sin duda en el encarecimiento de los créditos concedidos y, por supuesto, en la ralentización de la recuperación del sector financiero.

Las entidades que más han sufrido el crecimiento de la tasa de morosidad han sido, como viene siendo habitual, los bancos, que se han disparado hasta el 5.80%, mientras que Cajas de Ahorros y Cooperativas de Crédito han soportado mejor la tormenta con unas tasas de 5.49% y 4.45%, respectivamente.

Fuera del espectro quedan ya las empresas especializadas en créditos que sufren una tasa de morosidad por encima del 10%, una cifra que está llevando a la mayoría a la bancarrota y a la consecuente desaparición del mercado empresarial español.

El problema de estas cifras es que nos condenarán a un mayor estancamiento de la concesión de créditos de todo tipo, lo cuál seguirá estrangulando a las pequeñas y medianas empresas y dejará sin su hipoteca a la mayoría de las familias lanzadas a la compra de una vivienda.

Habrá que pedirle al año 2011 una tasa de desempleo menor, causante sin duda de la tasa de morosidad que estamos sufriendo, para poder empezar a recuperarnos, de una vez por todas, de la crisis que seguimos sufriendo sin solución de continuidad.

Se cumple un año de la aprobación del desahucio express

Para quien conozca el mito, poco más que añadir...

Para quien conozca el mito, poco más que añadir...

Sí, amigos, un año del desahucio express y un año también del empate entre el Astorga y el Tordesillas. Porque para lo que importan ambas cosas, y para lo que nos afectan en el día a día,vienen a ser equivalentes.

El gobierno quiso dar seguridad jurídica a los propietarios para que se dinamizase el mercado del alquiler y así poder abaratar los precios (e indirectamente las hipotecas), pero en la práctica estamos como antes. El propietario que no cobra el alquiler, demanda al inquilino, y ciertamente el procedimiento va más rápido que antes, pero el problema está en que en cuanto sale la sentencia el juzgado sigue sin poder ejecutarla, y cuando el moroso se niega simplemente a ser notificado porque no recoge el correo, o no está, o no recibe, o no le da la gana, los meses pasan y pasan como antes, igualico que antes, hasta que al medio año, o los diez meses, por fin se hace cumplir la sentencia.

Por tanto, estamos ante un acortamiento de los plazos en los que se dicta sentencia, pero no un acortamiento del tiempo en el que se resuelve el problema.

En alguna estadística idiota aparecerá el gran logro de que antes se dictaba sentencia en tres meses y ahora la media es de cuarenta días, ¿pero para qué sirve eso? Para nada. O sí: para cabrear más aún al propietario, que cree que cuando recibe la sentencia tiene resuelto el asunto y al final se ve obligado a esperar lo mismo que siempre, que es justo lo que le prometieron que no ocurriría.

O sea que si hay más gente que antes viviendo de alquiler, y la hay, es porque los bancos dan menos hipotecas y porque los que tienen un piso vacío y una hipoteca que pagar se ven obligadpos a arriesgarse antes de perderlo todo, pero no porque la ley del Gobierno, una más, haya funcionado un carajo.

Por cierto, y aquí acabo: el Euribor parece que se mantiene estable.

Y otra cosa: Feliz Año Nuevo a todos.

Los bancos acosados por los jueces

El BBVA acosado por los jueces

El BBVA acosado por los jueces

Está claro que los bancos están sintiendo la cercana vigilancia de los jueces en los últimos meses, y la gota que ha colmado el vaso ha sido el dictamen de un juez madrileño que ayer, día 15 de diciembre, determinó el registro de la sede del banco BBVA para obtener unos listados sobre clientes de swaps con la entidad financiera.

Por lo que parece este listado se le fue solicitado al BBVA tiempo atrás, y ante su negativa el juez ha decidido, ni corto ni perezoso, que se registre su sede para obtener estos listados. Como no podía ser de otra forma, el banco ha contraatacado con toda su batería legal para evitarlo, así que veremos en que termina todo esto.

Pero más allá de la anécdota, a mí me gustaría quedarme con el hecho de que la justicia parece funcionar en nuestro país, a pesar de lo que habíamos pensado tiempo atrás. Las entidades bancarias llevan demasiado tiempo haciendo lo que les ha venido en gana y el hecho de que los jueces empiecen a tomar cartas en el asunto es una gran noticia para todos, hasta para los propios bancos, porque una Justicia independiente es signo de progreso social.

Está claro que durante los años del boom inmobiliario y ahora en plena crisis, los bancos y cajas han ido colocando en el articulado de sus contratos hipotecarios todas aquellas cláusulas que les protegían ante posibles situaciones adversas, sin saber, o querer, explicar adecuadamente a los ciudadanos en qué consistía todo aquello.

Por un lado estuvo la cláusula suelo, en la que nadie pareció fijarse, y ahora nos llega el tema de los swaps, a los que todo el mundo alababa cuando el Euribor no paraba de subir, pero que ahora se están convirtiendo en una auténtica soga al cuello para los ciudadanos hipotecados.

Sin embargo, los ciudadanos no somos del todo inocentes, y así lo debemos de reconocer. Nuestra incultura financiera es manifiesta y ello provoca que firmemos contratos hipotecarios, con 30 años de duración, sin saber lo que estamos firmando en realidad confiando en el director de la sucursal más cercana a nuestro domicilio, sin pararnos a pensar que esa persona lo único que quiere es cerrar la operación y llevarse su comisión.

Se cerró la sangría hipotecaria

La sangría comienza a reducirse

La sangría comienza a reducirse

La sangría hipotecaria que habíamos estado viviendo durante los últimos dos años, por la reducción de la demanda de las familias, y el cierre, casi absoluto, del grifo del crédito por parte de las entidades financieras ha llegado a su fin, a tenor de los últimos datos publicados por el Banco de España.

Según estos datos en octubre se produjo un incremento en la deuda hipotecaria de un 0.6%, con respecto al mismo indicador del año anterior. En concreto, estamos hablando de 678.095 millones de euros de deuda hipotecaria en nuestro país.

Si dejamos a un lado los meses previos al incremento del IVA en los que se produjo un incremento importante, y si tenemos en cuenta que los meses de agosto y septiembre sufrieron la caída tras un alza irregular, parece que octubre por fin ha estabilizado la tendencia y habida cuenta de que la eliminación de la desgravación fiscal no está teniendo el efecto que en un principio se podía pensar, muestra una recuperación general del sector.

Al menos ya no se está produciendo la caída que habíamos estado viendo durante toda la crisis, y una vez que nos movemos en cifra de más/menos 1%, podemos hablar de estabilidad, plataforma necesaria e indispensable para comenzar la senda de la recuperación.

Es de prever que en el año 2011, siguiendo el cauce de la recuperación económica en la que todos los analistas coinciden, certifique este cambio de tendencia y poco a poco nos vayamos moviendo de manera regular en cifras de crecimiento hipotecario sostenibles y sostenidos.

Este incremento de las hipotecas tirará, indefectiblemente, del sector inmobiliario que aunque nunca llegará, al menos no en el futuro cercano, a las cifras en las que se movió durante el mayor esplendor de la burbuja, sí que iniciará un camino sin vuelta atrás hacia cierta normalización.

La cuál repercutirá en una mejora del nivel económico del país, todavía muy dependiente de este sector, y con ello de todos los ciudadanos, debido a los empleos directos e indirectos que el ladrillo sigue produciendo en España, a pesar de promesas electorales de cambio de estructura productiva, la cuál, como tantas otras, se ha quedado en el limbo.

Izquierda Unida utiliza las hipotecas para hacer política

Izquierda Unida quiere hacerse notar

Izquierda Unida quiere hacerse notar

Parece que Izquierda Unida quiere aprovechar la crisis que nos está golpeando por todos lados, por derecha y por izquierda, para rascar votos por el ala izquierda del PSOE, para lo que se está aliando con aquellas posiciones que más cercanas se encuentran al ciudadano, y, sin duda, la que más nos afecta a todos es el tema de las hipotecas.

Ya lo anunciaron hace un tiempo, y aquí nos hicimos eco, pero ahora lo han presentado de manera formal dentro de su “Plan de Iniciativa Social frente al desempleo y las consecuencias de la crisis”, cuyo pomposo nombre no hace más que dotar de cierto sentido común a todas las políticas sociales y económicas ejercidas por los gobiernos.

Referidos a lo que nos toca, al tema de las hipotecas, y como ya habían anunciado, su propuesta estrella es la formalización de la dación en pago como forma única de finalización de una ejecución hipotecaria. Por si todavía hay alguien que desconozca el concepto, se trataría de que la deuda hipotecaria quedara zanjada con la entrega del bien hipotecado, en este caso, la vivienda.

En la actualidad, la deuda se mantiene si el valor de venta del inmueble queda fijado por debajo del valor de la deuda, quedando ésta por la diferencia entre ambas cantidades. El sentido común nos dice a todos que la ley actual es injusta y que la dación en pago es la única forma viable, pero ahora habrá que dejar actuar a los favores debidos y las obligaciones adquiridas por los partidos políticos.

Por otro lado, también presenta una medida más discutible, como es la paralización de la ejecución hipotecaria si uno de los miembros de la unidad familiar se encuentra en situación de desempleo. Esta medida puede ser muy popular, pero si somos serios no tiene ningún fundamento, ni jurídico ni económico.

El aceptar una propuesta de este tipo pondría en peligro el funcionamiento mismo de la economía y la validez de los contratos privados. Por lo que no lo veo más que como un toque de propaganda política, que nunca viene mal.

Ahora habrá que ver si Izquierda Unida consigue captar algún voto a través de este toque de atención a la izquierda electora de este país. El primer envite nos llega ya con las elecciones municipales y autonómicas.

Una de cal y otra de arena

El sector inmobiliario español es un vaivén de alegrías y tristezas

El sector inmobiliario español es un vaivén de alegrías y tristezas

El sector inmobiliario español está viviendo una auténtica noria de cambios drásticos en las cifras que maneja, tan pronto son positivas como se vuelven negativas, y viceversa, en una locura muy difícil de sostener que hacen que las empresas que operan en el sector y los ciudadanos que se lanzan a la compra de viviendas no sepan a que atenerse.

El viernes pasado supimos que el número de hipotecas constituidas durante el mes de septiembre había caído en casi un 16%, en tasa interanual, y aunque tomando como referencia el mes de agosto había un leve crecimiento del 3%, lo preocupante es el tremendo descenso en un año, y que sea ya el quinto mes en el que se da esta situación.

Sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos en un año en el que el adelantamiento de la inversión inmobiliaria está siendo la nota predominante, con dos fenómenos que han hecho que el que pudiera intentara adelantar la compra de la vivienda.

Así, hasta julio nos encontrábamos con el fenómeno del IVA. Con la modificación de la tasa de IVA, pasando del 7% al 8%, todo aquel que tenía en mente la compra de una vivienda intentó formalizarla antes del 1 de julio para ahorrarse este punto porcentual de impuestos.

Y, por otro lado, tenemos la eliminación de la desgravación fiscal que tendrá lugar a partir del 1 de enero de 2011, lo que podía haber tirado también de la demanda para aprovechar así un elemento interesante para el ciudadano, aunque distorsionador para el mercado.

Sin embargo, ni uno ni otro parece haber sido suficiente para hacer frente al recorte del crédito que las entidades financieras vienen realizando desde el estallido de la crisis con el objetivo de sanear sus cuentas y no entrar en problemas en el corto plazo.

Este recorte del crédito está provocando que se formalicen pocas hipotecas, poco más de 50.000 durante el mes de septiembre, independientemente de que los ciudadanos estén solicitando préstamos hipotecarios, o no. De esta forma, no sería de extrañar que la cosa siguiera por los mismos derroteros de aquí a final de año.

En esto, como en tantas otras cosas, son los bancos los que determinan el funcionamiento del sistema.

Se acaba la desgravación por vivienda

Búscate una buena cobertura...

Búscate una buena cobertura...

Muchos teníamos en mente que la supresión de la desgravación por vivienda era un intento desesperado del Gobierno por meter prisa a los compradores potenciales para que comprasen este año e insuflasen un poco de aire fresco al deprimido sector inmobiliario.

Algunos pensaban incluso, y podría incluirme, que lo más probable era que al final el Gobierno diese marcha atrás, como tantas y tantas veces, y la desgravación se prolongase un poco más en el tiempo, pero parece ser que la cosa va en serio, aunque se ha moderado un poco.

Finalmente, las desgravaciones por hipoteca se terminarán con las campanadas de Nochevieja, pero no para todos. Así quedará la cosa, más o menos:

Quienes declaren una base imponible inferior a 17.725 euros seguirán como hasta ahora y podrán disfrutar de la misma desgravación que en estos momentos aunque compren la vivienda una vez finalizado 2010.

—Los que declaren una imponible superior a los 24.100 € se quedará sin desgravación, porque parece ser que a partir de ese nivel de renta eres rico y ya no te tiene que ayudar nadie.

—Los que se queden a medio camino entre las dos cantidades mencionadas en los puntos anteriores, tendrán derecho a la deducción pero no al 100%, sino a una parte de ella solamente que se calculará con una de esas maravillosas fórmulas que podemos ver en los impresos de Hacienda. ¿Os la pongo? Venga: 9.040 euros – (1,4125 x (base imponible – 17.707,20 euros)

La pregunta que muchos se hacen, y yo me sumo, es qué pasará con la venta de pisos el año que viene, si este, último de la desgravación, ya ha sido malo.

 

Leña al mono que es de goma…

Leña al mono que es de goma, hasta que hable inglés

Leña al mono que es de goma, hasta que hable inglés

hasta que hable inglés, o mientras siga pagando los platos rotos de la crisis, ¡qué importa! Mientras el sistema esté montado de esta forma seguiremos necesitando a las entidades financieras para todo y caeremos en sus redes siempre que ellos quieran.

Ahora, hartos de vivir en la angustia del incremento de los ratios de morosidad que se vienen produciendo desde el comienzo de la crisis, han decidido compensar esas pérdidas a través del incremento de todos los servicios que facilitan a sus clientes, en definitiva, que pagamos justos por pecadores, o que, como tantas veces se ha dicho, “socializan las pérdidas”.

Según datos del Banco de España, los bancos y cajas españolas han encarecido todos sus servicios durante el mes de octubre de este año, desde el mantenimiento de tarjetas, hasta las comisiones por sacar dinero en cajeros de otras entidades, pasando, por supuesto, por las comisiones de los préstamos hipotecarios.

Por ejemplo, la comisión aplicada por la apertura de un préstamo hipotecario se situó en el mes de octubre en el 2.72% de media, mientras que la cancelación anticipada fue gravada con un 3.81% y la subrogación a otra entidad se pagó al 1.71%, siempre en porcentajes medios.

Como vemos, aún cuando la recuperación económica es un punto difuso en el horizonte, los bancos y cajas no están dispuestos a colaborar con esa recuperación abaratando costes a sus clientes. Durante estos años de crisis todas las empresas han ofrecido precios especiales en sus productos y servicios, sabedores de la dificultad de la venta en otra circunstancia, pero las entidades de créditos, conscientes de su situación de poder no sólo no reducen sus precios, sino que los incrementan.

Y el problema es, como te decía al comienzo, que los usuarios no tenemos otra alternativa porque necesitamos de sus servicios para poder llevar adelante nuestra vida diaria, así que no nos queda otra que el derecho al pataleo y, como mucho, acudir a los tribunales si sufrimos algún abuso de poder, como por ejemplo, las cláusulas suelo.