Tranquilos, que no voy a hablar de los ayuntamientos , de las comunidades autonomías ni de otros establecimientos públicos. Si os apetece conocer una visión de eso, hay pro ahí un artículo curioso sobre cómo las administraciones convierten en prestamistas a los proveedores y de sus efectos.
Yo, como este sitio va de bancos, hipotecas y créditos financieros, me voy a referir solamente a esa clase de deudas.
Como era de esperar, la tasa de morosidad de crédito concedido por bancos, cajas, cooperativas de crédito y otros establecimientos financieros ha vuelto a subir para situarse en noviembre, el último dato conocido, en el 5,68%
Este porcentaje, aterrador si lo pensamos detenidamente, es el más alto desde 1996. Según esos mismo datos del Banco de España, la suma de la deuda total con bancos, cajas y otros chiringuitos financieros asciende ya a 1,84 billones de euros, que representa casi el doble del PIB español anual. Y ojo: aquí no se cuenta la deuda exterior ni la deuda pública, así que ya sabéis de dónde ha salido buena parte de la prosperidad de estos años pasados : de gastar lo que no teníamos.
Ya os habia dicho el porcentaje y lo podíais calcular vosotros mismos, pero así las cosas, el monto total de lo impagado asciende a 100.000 millones de euros, de momento. Si tenemos en cuenta que el Gobierno ha tenido que hacer el pino para rebajar 15.000 millones el gasto público (y no lo va a conseguir) imaginad ahora cómo están los bancos y las cajas de ahorros con una deuda impagada como la que os acabo de contar.
¿Comprendéis ahora pro qué se tientan la ropa antes de conceder una hipoteca?
Los bancos y cajas están en la encrucijada: si prestan, se arriesgan a no cobrar. Si no prestan, ¿a qué se dedican, si el gremio de los churreros está también muy competido?
Pues eso.