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Los bancos escapan vivos de otra ley

El Gobierno consuela al ciudadano...

El Gobierno consuela al ciudadano...

No esperaba otra cosa, conociendo el percal, pero me cabreo de todos modos:

El Gobierno está ultimando la Ley de Servicios de Atención al Cliente para aumentar, se supone, los derechos de los consumidores frente a los reiterados abusos que sufrimos todos en el mercado. Las reclamaciones no hacen más que crecer y parecía necesaria una ley de este tipo.

Lo gracioso, aunque no tenga ni pizca de gracia, es que de esta reforma quedan excluidas, porque sí y porque ellas lo valen, las compañías aseguradoras y aquellas que se dediquen a prestar servicios financieros: o sea, y en cristiano, los bancos.

De este modo, y hasta nuevo aviso, las entidades financieras no tendrán que contar con teléfonos gratuitos para atender a los usuarios ni confirmarles por escrito la recepción de sus reclamaciones. Tampoco verán reducido aún el largo plazo que tienen para contestarlas, nada menos que dos meses, según establece una Orden de 2004 del Ministerio de Economía. Como todos sabemos que pronto habrá elecciones y que las cosas de Palacio van despacio, esto puede suponer un parón de años, que bancos y aseguradoras se encargarán de disfrutar a sus anchas a nuestra costa.

La excusa dada en el Anteproyecto para excluirlas es que será otra norma la que regule sus servicios de atención al cliente. O sea, que será otra Ley, de otro Gobierno, y si los bancos aprietan lo suficiente y presionan a quien tienen que presionar, en otra reencarnación.

Así que ya sabéis: todos somos iguales ante la ley, pero unos más iguales que otros. Como en la Granja de Orwell.

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Post Data: ¿Por qué los bancos siempre se libran? ¿Sabíais que se libran hasta del IVA?, ¿O alguna vez os han dado una factura con IVA por las comisiones que os cobran al prestaros sus servicios? Un gran debate sobre el tema, aquí, por si os apetece participar, que yo me he metido a saco.

El paripé de los políticos

¿Los leones del Congreso? No, del circo

¿Los leones del Congreso? No, del circo

Que esto de la política era un circo mediático ya lo intuíamos, pero es que cada vez nos dan más evidencias de que es, efectivamente, así, y no nos queda más que dejar de creer en una clase que se supone que nos tiene que gobernar y cuya misión debe de ser conseguir lo mejor para los ciudadanos, pero que no hace más que mirarse el ombligo y buscar su propio beneficio.

Llevamos meses y meses escuchando a los principales partidos de este país, PSOE y PP, que no consideran ni necesario, ni oportuno, la modificación de la legislación hipotecaria, que está muy bien de la manera que está, y bla, bla, bla, pero ahora, ¡ay, amigo!, ahora llegan elecciones, y la cosa cambia, al menos mediáticamente.

Como saben que el tema de las hipotecas está levantando muchas ampollas, han decidido aceptar la creación de una subcomisión parlamentaria que se reúna a partir del mes de junio y que emita una serie de recomendaciones no antes del mes de diciembre. Una subcomisión que debe de plantearse, especialmente, la eliminación de la cláusula suelo y la posible inclusión de la dación en pago como método de resolución de los embargos hipotecarios.

Una subcomisión que emitirá un informe no vinculante, para que luego lo debatan los Diputados en sede Parlamentaria, no antes de las elecciones generales, claro está. Pero ya poco importará, porque el efecto mediático es evidente. Ambos partidos quieren enviar la señal a sus electores de que ellos no se oponen a las peticiones de los ciudadanos (a pesar de que así lo han manifestado por activa y por pasiva).

En definitiva, que se malgastarán miles de euros de impuestos en el pago de las dietas de los diputados que formen parte de la subcomisión para que la clase política pueda lavarse la cara ante la opinión pública y ofrecernos un paripé que no servirá absolutamente para nada.

¿Por qué no se realiza una reflexión seria sobre el tema? Una reflexión parlamentaria de verdad, con ambos partidos dispuestos a modificar la ley hipotecaria, a pesar de que las entidades financieras puedan verse perjudicadas de algún modo.

El efecto mariposa de la crisis en Japón

Una mariposa bate sus alas en Japón y...

Una mariposa bate sus alas en Japón y...

Con el advenimiento de la catástrofe natural en Japón y la posterior debacle nuclear, que todavía nos aterra, algunos nos hemos echado las manos a la cabeza ante la que se nos avecina a la humanidad, y otros se han echado las manos a la cara ante el dinero que van a perder por haber contratado, años atrás, una hipoteca multidivisas en yenes.

Y es que la crisis humanitaria que se está produciendo en Japón ha llevado a la inmensa mayoría de los emigrantes nipones a enviar dinero a sus familiares que todavía residen en su país, con lo que han generado una demanda artificial de su moneda, el yen, con lo que ésta se ha apreciado con respecto al euro, y el resto de monedas.

Precisamente, esta apreciación con respecto al euro ha provocado que las hipotecas multidivisas en yenes hayan visto incrementada su cuota mensual, ya que el tipo de cambio es la variable fundamental para calcular la cuota de este tipo de hipotecas.

Sin embargo, no parece que esta situación se vaya a mantener en el tiempo, ya que las autoridades japonesas no pueden permitir una moneda tan fuerte, que penaliza sus exportaciones, por lo que es más que probable que, más antes que tarde, tomen las medidas oportunas para compensar esta apreciación y el yen comience a recuperar una posición de debilidad ante el euro.

Ello hará que las hipotecas multidivisas en yenes vean reducida su cuota y todo vuelva a la normalidad. Por ello, aunque se ha venido planteando en algunos foros, no es conveniente cambiar de moneda en estos momentos, ya que si entendemos que el yen ha alcanzado su máximo valor de apreciación con respecto al euro, lo único que puede hacer a partir de ahora es depreciarse, con lo que sería una decisión muy ineficiente, desde el punto de vista económico, cambiar de divisa en estos momentos.

En definitiva, con esta crisis en Japón comprobamos que la globalización ha llegado a todas partes, y como una catástrofe natural en Japón puede provocar pérdidas económicas a un individuo en España, sin que éste tenga ningún negocio en el país nipón.

Por encima del 1.90%

Sigue, y sigue, y sigue, y sigue creciendo

Sigue, y sigue, y sigue, y sigue creciendo

Tras unas semanas de vorágine alcista, y una última algo más tranquila, el Euribor ha llegado ya al 1.90% en cotización media mensual, y la cosa parece que no se va a detener ahí, sino que va a seguir creciendo de manera sostenida y sin que haya un final en el horizonte más cercano.

Porque el Euribor no será inmune a la crisis que se está viviendo en el Norte de África y la incertidumbre sobre la inflación y el abastecimiento de petróleo hará que siga subiendo de manera sostenida, al menos hasta que las revueltas primigenias y posterior intervención de la comunidad internacional terminen de manera definitiva.

Por otro lado, el Banco Central Europeo sigue en sus trece de subir el tipo de interés para la zona euro en el mes de abril, a pesar de las numerosas voces que han surgido en contra de esta medida, siendo la más reputada la propia OCDE, que la ve como una decisión contraproducente para los intereses de la economía de la propia zona euro.

Sin embargo, el Banco Central Europeo no se va a echar para atrás, ya que se aferra a su mandato de controlar la inflación, y como ellos defienden, las expectativas de inflación son claras. Por ello, al igual que sucedió en 2008, puede que nos encontremos con un escenario de incrementos mantenidos en el tipo de interés.

En definitiva, nada hace pensar que podamos vivir un tiempo de tranquilidad con el Euribor, y que nos tendremos que enfrentar a una corriente alcista, mucho más vertiginosa de lo que se preveía a principios de año, lo que nos viene a demostrar que las previsiones económicas tienden a equivocarse, ya que prevén el futuro con las circunstancias de hoy, mientras que el futuro se verá afectado por las circunstancias del futuro, el problema es que es imposible adivinar cuales serán esas circunstancias.

En este momento, por tanto, no nos queda otra que pensar en pagar una cuota hipotecaria más elevada durante algún año, porque el tipo de interés aplicado a nuestras hipotecas se elevará sin solución de continuidad y sin que podamos hacer nada para remediarlo.

La SGAE endeudada hasta el tuétano

La SGAE se gasta el dinero en inmuebles, no en sus autores

La SGAE se gasta el dinero en inmuebles, no en sus autores

De los delirios de grandeza de la SGAE nadie nos tiene que hablar, porque ya todos los conocemos, pero del hecho de que parte de estos delirios hayan derivado en una compra compulsiva de inmuebles y teatros, generando una deuda hipotecaria abrumadora, sí que es algo nuevo, o al menos, algo que no sabíamos.

Ha tenido que ser el diario Público el que saque a la luz los datos devastadores de la nefasta gestión de Teddy Bautista al frente de la entidad, porque aparte de haber puesto en su contra a la inmensa mayoría de los ciudadanos ha ido generando una deuda hipotecaria a la que tendrá que hacer frente.

El mayor problema de esta deuda hipotecaria radica en los intereses que genera, los cuáles, como nos sucede a todos los españoles, se están viendo incrementados como consecuencia de la subida del Euribor por lo que los autores se han echado a temblar ante el escenario que se les viene encima.

Hay que recordar, por si alguien no está informado, que la SGAE se queda con el 20% de todos los derechos de autor que recauda, amén de todos los derechos de autor recaudados, pero no reclamados por sus autores. El diario Público cifra los ingresos de la entidad en 30 millones de euros anuales, que recibe la Fundación Autor, organización sin ánimo de lucro propietaria de la SGAE, una cantidad que se queda pequeña ante la gran inversión inmobiliaria que sigue llevando a cabo.

Ahora llega el momento de reflexionar sobre el destino de los derechos de autor que todos pagamos religiosamente con nuestro canon digital, ya que el fundamento de la campaña mediática en favor de la Ley Sinde y del mencionado canon se basaba en que el dinero iba para los autores, pues bien, parece que no era así.

Por lo que se ve el dinero que recaudan de los españoles en forma de derechos de autor acaban en los bolsillos de la SGAE que en lugar de fomentar la creación artística, como debería, se dedica a adquirir inmuebles y a incrementar su propia riqueza, algo más que discutible desde un punto de vista ético.

Al menos bajan las VPO

Al menos en ellas sí baja el tipo de interés

Al menos en ellas sí baja el tipo de interés

No es mucho, pero es algo, o mucho, sobre todo para el más de medio millón de titulares de hipoteca sobre Vivienda de Protección Oficial (VPO), que, por fin, ven como el Gobierno ha decidido rebajar el tipo de interés a aplicar sobre las mismas.

Concretando los datos, para el plan de 1996, el tipo de interés ha quedado en el 2.5%, para el plan de 2002-2005 en el 2.57%, y para el plan de 2005-2008 igualmente 2.57%, valores más acorde con los tiempos que corren para el Euribor, en valores mucho más bajos que en la última actualización.

Este descenso del tipo de interés de las VPO contrasta con el terror que se ha apoderado del resto de hipotecados que se agarran los machos ante la vertiginosa subida del Euribor en este mes de marzo, tras la comparecencia de Trichet de la semana pasada.

Un contraste que se torna en igualdad a la hora de intentar solicitar un préstamo hipotecario, tanto si se quiere comprar una Vivienda de Protección Oficial como si se quiere adquirir una vivienda en el mercad libre, porque en ambos casos los bancos y cajas han echado el cierre y no quieren saber nada de posibles nuevas formalizaciones.

Con ello se está consiguiendo que la demanda efectiva que, presumiblemente, comenzaría a haber en estos momentos, se esté convirtiendo en demanda malgastada con lo que se está perjudicando, no sólo al ciudadano que quiere adquirir su vivienda, sino también al promotor o constructor inmobiliario que sigue viendo su vivienda vacía.

Está claro, que el gran problema actual de la economía española no es tanto el tipo de interés de las hipotecas, sino el hecho de que no se concedan nuevas hipotecas, salvo excepciones muy contadas, lo que está congelando el desarrollo económico a todos los niveles.

Hasta que el sector financiero no comprenda su importante papel a la hora de colaborar en la recuperación económica del país, seguiremos temblando ante cualquier inestabilidad exógena que nos llegue y soñando con posibles brotes verdes que nadie, salvo la Ministra de Economía, es capaz de ver en realidad.

Cayendo en la estanflación

De lleno en la estanflación

De lleno en la estanflación

Con los últimos datos de IPC adelantado que hemos conocido esta semana, y con la certeza de que estamos en un momento de estancamiento económico, podemos estar ya seguros de que nos encontramos de lleno en la estanflación económica, un fenómeno preocupante desde todo punto de vista.

Los economistas denominan estanflación a la situación económica en la que se conjuga una situación de no crecimiento económico junto a una situación de crecimiento de precios, o inflación. Sería algo similar a lo que ocurrió durante la crisis del petróleo de los años 70 del siglo pasado.

Algo similar parece estar sucediendo en nuestro país en estos momentos, y además con causas similares. La inflación, como entonces, viene producida, fundamentalmente, por el incremento en el precio del petróleo, y las elevadas tasas de desempleo certifican el estancamiento económico.

Además, estamos en un momento muy delicado para la economía a nivel europeo, ya no sólo a nivel español, ya que el Banco Central Europeo se encuentra muy cerca de aprobar una subida de tipos de interés que condenaría definitivamente a la economía española a la vuelta a la recesión, de la que le está costando tanto escapar.

Si como prevén algunos analistas, el Banco Central Europeo contiene sus ganas de incrementar los tipos de interés hasta otoño, España tendría un período de cuatro-cinco meses para generar crecimiento económico que compensara la inflación que se va a seguir produciendo como consecuencia de las revueltas del norte de África, con posibilidad de que se extiendan a Oriente próximo.

En definitiva, la situación es realmente preocupante porque estamos embarcados en una carrera sin final hacia ningún lado. Los ciudadanos españoles no tienen trabajo, tienen que pagar más por los productos que adquieren, las cuotas hipotecarias siguen creciendo, y no parece que haya cambios en el horizonte.

La única opción plausible que podría ayudar a solucionar la situación sería la creación de empleo de forma que la tasa de desempleo recuperara valores cercanos al 10%, asumibles por nuestra economía, aunque para ello se necesita tomar una serie de medidas que no están apareciendo en el ideario político del Gobierno.

¿Por qué sube la inflación si no hay dinero?

Sí, ya sé: es una pregunta vieja...

Sí, ya sé: es una pregunta vieja...

Empiezo por la respuesta: porque las empresas que no pueden menos, tienen que tratar de aguantar el tirón y el resto, las que tienen buenas agarraderas, suben los precios para mantener sus beneficios aprovechando que su demanda es claramente inelástica.

¿Y qué es eso de la elasticidad? Es un concepto un poco escurridizo, pero trato de explicarlo: la elasticidad es la respuesta que se produce en la demanda de un bien o servicio ante un cambio en el precio, y depende de la naturaleza del bien, de la competencia y de muchas cosas que no es momento ni lugar para detallar.

Por ejemplo, la gasolina es inelástica, porque aunque el precio suba al doble, el consumo no se reduce a la mitad. Y la electricidad lo mismo. Ambos productos energéticos, responsables de buena parte del palo inflacionista que nos estamos comiendo, tienen regímenes de monopolio encubierto, y por mucho que hablen de liberalización de precios y de peces de colores, lo cierto es que trabajan en precio concertado con lo que, al ser bien de primera necesidad, una subida del precio, sea esta cual sea, nunca se corresponde a una bajada del consumo del mismo tamaño.

¿Y qué ocurre cuando el precio sube más de lo que baja el consumo? Pues que los beneficios se mantienen e incluso aumentan.

Por eso, aunque no haya un duro, aunque la situación esté achuchada, aunque la renta disponible de los ciudadanos sea cada vez más corta, estos productos se permiten las subidas que estamos viendo, en la seguridad de que serán otros sectores los que vean reducirse su negocio.

Por eso tenemos la escalada inflacionaria que tenemos, arriesgándonos a que suban los tipos de interés y el descalabro sea completo: porque la energía se ha dejado en mano de desaprensivos y el Gobierno carece de coraje para obligar a que exista una verdadera competencia

Luego, cuando nos suban las hipotecas, le echarmeos la culpa al lucero del alba. Pero el problema viene de aquí.

La fusión bien, pero a medias

El puzzle de las Cajas

El puzzle de las Cajas

Parece que no es oro todo lo que reluce, y a pesar de que las fusiones de Cajas se nos ha presentado como una verdadera joya de la arquitectura financiera, lo cierto es que ahora la agencia de calificación Standard & Poor´s pone el acento en algunas cuestiones que se nos habían escapado y que ahora debemos de prestar atención.

En un informe que ha hecho público esta semana, esta agencia de calificación critica la situación de que las entidades más fuertes hayan decidido quedarse aparte de las fusiones, y que todo el proceso de consolidación se haya realizado entre entidades con problemas previos, los cuáles pueden ser arrastrados a las nuevas entidades consolidadas.

Como siempre, las agencias de calificación dicen las verdades a medias, y aunque tienen parte de razón, también es cierto que les falta la otra parte. Es cierto que algunas Cajas de Ahorros fuertes, como Ibercaja o la Kutxa, se han quedado fuera de todo el proceso, pero otras sí que han participado en diferente grado.

Por otro lado, poco nos tienen que enseñar las agencias de calificación si tenemos en cuenta que durante los años previos a la crisis siguieron ofreciendo un elevado porcentaje a entidades financieras que luego quebraron, o a países que cayeron inmersos en la bancarrota, sin solución de continuidad.

Está bien, sin embargo, tener voces críticas en cualquier sector, porque de la crítica se aprende, pero tampoco podemos seguir al pie de la letra los consejos de estas entidades, ni creernos a pie juntillas todo lo que nos cuentan, más alarmista que otra cosa, si nos atenemos a los hechos pasados.

Es cierto que las Cajas de Ahorros tenían problemas, heredados de gestiones nefastas, pero también es cierto que con la nueva reordenación se está yendo en el buen camino y que con el paso del tiempo las nuevas entidades resultantes acabarán por consolidarse al 100%, evitando así cualquier problema futuro que pueda llegar a aparecer.

Por tanto, escuchar a las agencias de calificación, sí, pero hacerlas caso, no, habida cuenta de los errores que tuvieron en el pasado, y de los que todavía no se han arrepentido.

La muerte de las Cajas de Ahorros. Consecuencias para la hipoteca.

Caja de Ahorros antes de ponerlo todo de su parte...

Caja de Ahorros antes de ponerlo todo de su parte...

Todos habéis oído ya a estas alturas que las cajas de ahorros agonizan en España como modelo financiero. Las pocas que subsistan serán aquellas que se hayan comportado como entidades financieras responsables, y de esas, de esas dos o tres, no podremos esperar un comportamiento muy diferente al de los bancos.

Las demás, o tendrán que convertirse en bancos, o tendrán que acometer unas reformas tan profundas que ya nunca más serán lo que fueron.

¿Y qué eran? En teoría entidades sociales gestionadas por los impositores, por los trabajadores y por los ciudadanos.. No tenían ánimo de lucro y destinaban sus beneficios a fines sociales. Genial. En los mundos de Yupi estas cosas resultaban francamente maravillosas.

¿Y en la práctica? En la práctica las Cajas estaban gestionadas por los políticos y los sindicatos, mangoneando el dinero de todos para favorecer sus fines, de modo que muchas veces se convertían en abrevaderos de dinero opaco y retiros dorados para políticos gastados o incómodos, de modo que podían financiarse proyectos según lo jugosos que fueran para los contratistas, los comisionistas o cualquier otra especie de lagartija que conociese las grietas del sistema.

El fin de las cajas puede parecer un desastre por lo que se pierde de obra social, y quizás lo sea en parte, pero desde el punto de vista de la hipoteca creo que será positivo, porque al quedar menos dinero en manos de los políticos y sus obras faraónicas, habrá más dinero disponible para fines comerciales.

Y los fines comerciales son precisamente eso: líneas de crédito para empresas e hipotecas a particulares.

Puede pareceros extraño, pero a mi juicio es lo que veremos después de una etapa más o menos larga y más o menos dolorosa de ajuste: que la liquidez disponible aumentará y que eso será bueno para conseguir una hipoteca, o al menos para que no suban tanto como podrían subir en otro caso.

No hay mal que por bien no venga, ya se sabe…

 

De la dación en pago a la cláusula suelo, y tiro porque me toca

¡A romper la cláusula suelo!

¡A romper la cláusula suelo!

Bien, bien, bien, parece que las entidades financieras de este país no ganan para sustos, si durante estas últimas semanas se han tenido que bajar al fango para defender las maldades de la dación en pago, ante la demanda popular para su aplicación, ahora tendrán que hacer lo propio ante la cláusula suelo.

Y es que los tribunales han aceptado a trámite una demanda colectiva sobre el abuso que supone la aplicación de la cláusula suelo en el articulado de los contratos hipotecarios, en comparación, claro está, con la irrealidad que fija la cláusula techo que le sirve de contrapartida.

Porque una cláusula suelo no es necesariamente abusiva, siempre y cuando la cláusula techo que le sirva de contrapeso sea real. En estos últimos meses la cláusula suelo era real, muy real, especialmente para las entidades financieras, mientras que la cláusula techo estaba situada a niveles inalcanzables en cualquier circunstancia.

Así, estaríamos hablando de un cláusula suelo de 2.5-3, aproximadamente, y una cláusula techo cercana al 10%, con lo cuál el abuso era claro y evidente, y ha perjudicado, de manera notoria, a las familias hipotecadas que no se han podido beneficiar del drástico descenso del Euribor en estos últimos meses de atrás, mientras que sí tuvieron que sufrir las consecuencias del incremento brutal de hace un par de años.

La demanda colectiva va, precisamente, en ese sentido, en la falta de concordancia entre una cláusula y otra, con lo que se cercenaban los derechos de los clientes en favor de los intereses de las entidades financieras, que, como no podía ser de otra manera, siempre salían ganando.

El problema es que la incultura financiera general de este país haya provocado que estas prácticas abusivas se hayan venido repitiendo durante años y años sin que nadie las pusiera freno. Ha tenido que venir la crisis económica para hacer de la necesidad virtud y fomentar una lectura pormenorizada de los contratos hipotecarios que se firmaban o que se habían firmado.

Una vez más se demuestra que cuando las cosas van bien nadie mira nada, pero que en cuanto las cosas comienzan a ir no tan bien, todo el mundo mira hasta el último céntimo.

Dónde dije digo, digo Diego

Lo que hace una semana valía, ahora ya no

Lo que hace una semana valía, ahora ya no


Hasta ahora sabíamos que la justicia española era un cachondeo y que cuando uno acudía a un juzgado no dependía de la ley a la que estuviera sujeto, sino de la interpretación que de ella realizara el juez de turno, pero ahora ya tenemos la confirmación de ese hecho.

Si hace una semana se nos llenaba la boca al anunciar que la Audiencia Provincial de Navarra había dado la razón a un cliente, y aceptado la dación en pago como método de finalización de una deuda hipotecaria, es decir, que ésta se cancelaba con la entrega de la vivienda, ahora, la misma Audiencia Provincial de Navarra, aunque otro juez, se supone, no lo acepta.

Y es que a pesar de que el nuevo caso era totalmente similar al anterior y las condiciones que concurrían idénticas, resulta que el nuevo juez ha estimado que el cliente debe de abonar a la entidad financiera la diferencia entre la deuda hipotecaria en el momento del embargo y el precio de subasta, en este caso estaríamos hablando de poco más de 40.000 euros.

Es evidente que ambos jueces pueden tener razón, y seguro que la tienen, pero entonces algo falla en la legislación española si se pueden realizar dos interpretaciones contrarias de la misma ley, por lo que el debate de la dación en pago y su plasmación, o no, en Ley, ya no es deseable sino necesario.

Y es que visto lo visto, no es descabellado pensar que dentro de unos meses, un juez de esta misma Audiencia, o de otra, pueda volver a aceptar la dación en pago, y entonces sí que ya nos volveríamos completamente locos y acabaríamos sin saber con exactitud en que lugar nos encontramos.

Porque una sociedad necesita estabilidad judicial, el saber a que atenerse, para poder llamarse sociedad desarrollada y poder avanzar de manera adecuada hacia el futuro. ¿Cómo vamos a conseguir inversión extranjera si los mercados internacionales saben que las leyes se aplican al libre arbitrio de los jueces?

Es evidente que la ley tiene que ser interpretada, y que para ello están los jueces, pero creo que no cabe dos sentencias opuestas sobre un caso similar.