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La fractura en el precio de la vivienda

Extraños naufragios...

Extraños naufragios...

Otro día hablaremos de los posibles efectos que tendrá el encarecimiento paulatino pero imparable del petróleo, pero uno de ellos, quizás el que más nos interese aquí, sea la profundización en la fractura de los precios de la vivienda.

Porque las cosas como son: la vivienda no es cara, si la miramos en término medio. Y menos aún si la miramos como se hace con cualquier otro producto: comparando entre las distintas ofertas disponibles.

Me he cansado de decir en estas páginas que se gana lo mismo, o parecido, siendo camarero en Madrid que en Almendralejo, y que el que es camarero y lo es en Madrid, no tiene derecho a quejarse de lo que le cuesta el piso cuando podría seguir con su trabajo en Almendralejo, en Vitigudino o en Astorga. Si de lo que nos quejamos es de que no podemos pagarnos lo que nos gusta, estamos hablando ya de caprichos, de sociología o de lo que os dé la gana, pero no de economía.

Los pisos, por tanto, tiene un precio muy diverso. Son muy caros en algunas zonas porque la demanda es muy alta y muy baratos en otras porque la demanda es muy baja.

El progresivo encarecimiento del petróleo, y con él, de los transportes, ahondará esta brecha, pues a medida que sea más caro alejarse del centro de trabajo, se incrementará el precio de la vivienda en las zonas donde se concentre la fuerza laboral y disminuirá la demanda de vivienda en las zonas más alejadas.

El encarecimiento del transporte es, por tanto, un multiplicador del factor escasez, proque la vivienda no es movible, con lo que si ser confirma el escenario de aumento del precio del petróleo, sólo podemos esperar que la vivienda sea más cara donde la queremos tener, o nos lleve cada vez más tiempo y dinero acudir a nuestro empleo, si no podemos permitirnos vivir más cerca.

O sea, que creo que veremos un nuevo agosto de los vendedores de pisos. De los que tengan el suuyo en la zona adecuada. Porque el resto van a caer como moscas….

 

Queda prometido ese artíuculo, razonado, sobre el problema energético.

Vuelta a la rutina con las hipotecas más altas

Todos queremos volver a la playa

Todos queremos volver a la playa

Parece que mi capacidad predictiva ha mejorado sustancialmente con la llegada de los calores, porque las dos principales predicciones que realicé antes de marcharme de vacaciones, hará cosa de un mes, se han cumplido al 100%: ayer, día 1 de septiembre, volví a trabajar, tras un corto mes de asueto, y el Euríbor cerró agosto por encima de la cifra de 2009.

La primera predicción no creo que le importe a mucha gente más que a mí mismo, y a los que tienen que soportar mi malhumor, que ahora puedo excusar bajo los efectos de la depresión postvacacional, pero la segunda, me temo que sí es un asunto de interés general.

Porque como te anuncié allá por el mes de julio, el Euríbor seguiría su escalada durante el mes de agosto, cerrando el mes por encima de su valor del año 2009, lo que supondrá que todas aquellas hipotecas que revisen en uno o dos meses lo hagan al alza.

Es decir, las rebajas ya terminaron, al menos en términos de hipotecas, y se acabó aquellos días maravillosos en los que cada revisión se convertía en una auténtica alegría (siempre y cuando no se tuviera firmada, sabiéndolo, o no, una cláusula suelo, claro está), porque ahora llegan los días negros de subidas, unas subidas que no serán demasiado elevadas, pero que sí comenzaremos a notar en nuestros bolsillos.

En definitiva, y sin tanta palabrería propia de alguien que todavía sufre los efectos del sol en la cabellera, que el Euríbor ha cerrado el mes de agosto en el 1,421%, por encima del 1,373%, con el que cerró julio, y, lo que es más importante, también por encima del 1,334% de agosto del año 2009.

Eso significa que todas aquellas hipotecas que tomen como referencia el Euríbor de agosto a la hora de revisar el tipo de interés aplicado, es decir, todas las que revisen entre septiembre y octubre, sufrirán la subida de la que te hablaba antes.

¿Es o no es el regalo perfecto para la vuelta de vacaciones? Si a ello le añadimos que nos han subido el IVA, que cada vez pagamos más impuestos y que la estabilidad de nuestros puestos de trabajo todavía está por demostrar, no nos queda otra que alegrarnos de regresar a nuestra rutina diaria.

Lo que sufren los niños (y los hipotecados)

 

Cuidado con los efectos secundarios

Cuidado con los efectos secundarios

Hoy os quiero hablar de ingeniería social, y de la clase de idiotas que somos cuando jaleamos ciertas campañas. Puedo contarlo con la criminalización de los constructores, con la campaña en que se llamó especulador a todo el que moviese un ladrillo, pero en lugar de eso, me apetece hacerlo con otro tema más morboso, ya que es el último artículo de este verano.

 

 

             Me parece muy bien que se lancen campañas en los medios contra ciertos delitos particularmente asquerosos como la violencia de género o la pederastia, porque son delitos alevosos en los que el culpable trata de explotar la indefensión de la víctima.

 

           Con el tema de los niños, está sucediendo algo muy grave: como la condena social es anterior y muy superior a la condena penal, el acusado está completamente indefenso. No existe presunción de inocencia alguna y basta con que alguien, quien sea, presente una denuncia para que al denunciado le caiga encima el peso del estigma social. Es una condena sin juicio. Un procedimiento totalitario o inquisitorial en el que el denunciante permanece anónimo y el denunciado no tiene posibilidad de defensa. En esto influye también mucho la cobardía de los jueces, que no se atreven a ser tan rigurosos con las pruebas como en otros casos, pero los jueces son intocables y es mejor no hablar de ellos, ¿verdad?

          Además, curiosamente, los denunciados son casi siempre personas con mucho dinero o pertenecientes a colectivos que pueden pagar abultadas indemnizaciones. Eso, por sí solo, bastaría para desconfiar, pero es que creo que hay algo peor:

            Desde que está en marcha esta especie de campaña, nadie se arriesga a tratar con niños. Conozco centro de acogida infantiles, conozco campamentos de verano, y hasta simples abueletes que ya no se tratan con ellos como antes.

            La realidad más puñetera nos enseña que hay muchos niños, muchísimos, que no cuentan con el afecto y la atención necesarias. En ocasiones se trata de niños con problemas económicos o de integración, otras veces son niños sin familia y otras, las más, niños con padres que trabajan demasiadas horas. Antes estos niños se quedaban con los vecinos, o estaban al cargo de los viejos.

            Ahora, a nivel particular, nadie quiere arriesgarse a ser afectuoso con un niño por miedo a meterse en problemas. Y nivel institucional, menos aún. Hablen con asistentes sociales, o con parroquias, o con encargados de campamentos y se lo confirmarán: por la presión que se ejerce, y por el modo en que esta se ejerce, creo que de manera interesada, los niños están afectivamente abandonados, y lo sufren sobre todo los que no tienen un entorno familiar. Lo sufren los más débiles. Otra vez la alevosía.

            Un párroco de cada mil puede ser pederasta, pero los otros 999 no se atreven ya a tratar con afecto a los menores. Un monitor de campamento de cada mil, puede ser pederasta, pero los otros 999 prefieren mostrarse fríos y distantes con los chavales. Un abuelo de cada mil, puede tener malas intenciones con los niños, pero los otros 999 tienen miedo de que los señalen si juegan con los hijos del vecino.

            Y el caso es que creo que se trata todo de una campaña política, bien orquestada, para perjudicar a ciertos colectivos y personas, sobre todo a la Iglesia. Pero la pagan los niños, que las pasan negras, más abandonados, más trtistes, más solos que nunca.

            Así es la mierda de la ingeniería social, y si cambiáis pederastas por constructores, caéis en la cuenta de que lso abusos de unos pocos se han cconvertido en desempleo para muchos y en un recorte brutal de la oferta, que la pagamos todos.

Pero el caso es aplaudir sin pensar. ¿no?

 

 

Menos y más baratas

¿Quiere una hipoteca? Vuelva usted mañana

¿Quiere una hipoteca? Vuelva usted mañana

Si lo dice el Instituto Nacional de Estadística habrá que creerles, digo yo, sobre todo cuando refrendan algo que todos ya pensábamos algo que se intuía en la calle, que, como casi siempre va por delante de las estadísticas, por delante de los políticos y por delante de las decisiones políticas en general.

Porque en la calle es donde se nota antes todo, las crisis y las recuperaciones económicas, es donde se puede palpar la realidad existente, no esa que nos cuentan en los telediarios, o esa que los políticos se creen, más que nada porque viven en sus despachos de diseño, alejados de la vida diaria del ciudadano.

Como te decía, las estadísticas del INE han demostrado que lo que todos pensábamos era cierto, y que se están concediendo menos hipotecas, y las que se conceden lo son por un importe mucho menor que anteriormente. Concretamente, en un 4.4% con cifras hasta mayo, comparadas con las de hace un año.

Sin embargo, el que no se consuela es porque no quiere, y siempre hay clavos ardiendo a los que aferrarse, y el clavo de esta estadística presentada por el INE es que, en medición intermensual, se ha producido un ligero incremento porcentual, concretamente, el 0,8%, que no compensa el retroceso interanual, sobre todo si tenemos en cuenta que se está comparando con datos de 2009, un año pésimo para el mercado inmobiliario.

Por otro lado, la misma estadística también nos habla de un descenso claro en el número de hipotecas concedidas hasta mayo, cayendo en un 2,9% en cálculo interanual, cifra que es aún más preocupante si tenemos en cuenta que hasta abril se habían producido incrementos.

Por tanto, estamos ante una situación en la que nos aparecen menos hipotecas y por un valor más bajo, y eso que todavía no están entrando en la valoración los efectos que la subida del IVA haya podido producir en la compra-venta de viviendas.

Particularmente, ardo en deseos de comprobar que pasa con el mercado con las cifras estadísticas del mes de julio, para poder comprobar de verdad si todas las previsiones eran ciertas o si, una vez más, la realidad va por un lado, y el análisis estadístico por otro.

De momento, me marcho de vacaciones y lo que tenga que ser, será, pero en el mes de septiembre. ¡Felices vacaciones!

La última oportunidad de revisar a la baja las hipotecas

El tiempo de felicidad de los hipotecados llega a su fin

El tiempo de felicidad de los hipotecados llega a su fin

El tiempo se acaba, los momentos felices en los que todas las revisiones eran a la baja, al menos hasta el el suelo al que nos habíamos comprometido al firmar el contrato de hipoteca, están a punto de acabar, seguramente ya en el mes de agosto, a partir de cuyo momento todas las revisiones serán al alza.

Este mes de julio que se nos escapa entre las manos será el último en el que la tasa mensual del Euribor será menor que la tasa de hace un año, con lo que las revisiones que tengan lugar en los meses de agosto y septiembre, que suelen ser las que toman como referencia julio, serán a la baja. A partir de ahí una nueva bajada a los infiernos.

Aunque de momento no nos quemaremos, porque parece que el ritmo de crecimiento del Euribor está siguiendo la senda marcada por los analistas y no se están produciendo crecimientos grandes, por lo que las subidas en las cuotas serán mínimas en los primeros meses, pero subidas al fin y al cabo.

Unas subidas que se repetirán a lo largo de todo el año y durante el año que viene hasta que el Euribor se vuelva a situar en cifras consideradas como “normales” por los expertos en la materia, valores que estarían entre el 2 y el 3%, los cuáles ayudarían a estabilizar la economía.

Porque muchos bancos están justificando sus pérdidas actuales en el abaratamiento de las cuotas mensuales por culpa de los valores tan bajos en la tasa del Euribor. Ya que con valores tan bajos todo está más ajustado, y entre ese todo se encuentran los márgenes con los que trabajan las entidades financieras.

Unas entidades financieras de las que podemos estar orgullosos en nuestro país, la verdad, porque somos la única nación occidental que no ha tenido que inyectar liquidez a los bancos y aún así estos se han mantenido solventes en todo momento, y ahora han demostrado su eficiencia gracias a las pruebas de resistencia.

Y de todo ello debemos de dar gracias al caso Banesto de principios de los 90, que hizo saltar la alarma en el mundo financiero español, y cambió las reglas de juego, haciendo más rigurosas las reservas de los bancos y en general todas sus actuaciones.

Los precios de la vivienda aún podrían bajar hasta el 40 %

Quiero y no puedo

Quiero y no puedo

Y no lo dice un agorero cualquiera, sino las industrias cementeras, que algo sabrán de eso.

Según la Asociación de Empresas Fabricantes de Cemento de España (Oficemen) el ajuste podría variar mucho según las zonas, pues mientras en los lugares con más demanda, como las grandes ciudades, el descenso de precios sería sólo del cinco o el seis por ciento, en otras zonas como la costa, donde la mayoría de lo construido son viviendas de recreo, el descenso llegaría casi hasta dejar los precios en la mitad o incluso más en los casos en los que se sobrediomensionó más gravemente la oferta.

Así las cosas, no puedo menos que incidir, una vez más, en mi vieja idea de que el abusivo precio de la vivienda procede en buena parte de esa manía nuestra de convertirnos en masa y dar pro bueno aquello que hacen los demás. Si pensamos que el libro más leído es el mejor, que el disco más escuchado es el de mayor calidad y que la opinión mayoritaria es la correcta, lo lógico es que al final nos acaben sangrando como a gorrinos generando bolsas de lo que se suele llamar sobredemanda.

Por lo visto, antes era un peligro tener opiniones propias, pero ahora, con la crisis, empieza a ser una necesidad. Ir a donde todos van, querer lo que todos quieren y hacer lo que hacen todos, es muy caro.

Lo sabemos, pero no lo aplicamos. Ni los particulares, ni las empresas. Y esa es parte de la raíz de nuestra baja competitividad. Lo hablamos otro día en más profundidad, si os parece.

Ante la duda, la más…, perdón, la hipoteca online

Busque, compare y si encuentra una hipoteca mejor, cómprela

Busque, compare y si encuentra una hipoteca mejor, cómprela

Como en todos los sectores de la economía las ofertas de hipotecas que se pueden encontrar online no te las puedes encontrar en ninguna oficina. Ya te puedes patear cientos de oficinas, hablar con miles de directores, que nada de nada, lo mejor de lo mejor está en Internet.

Todas las entidades están enfocadas en ganar cuota de mercado online porque saben de la importancia de este mercado en el presente y, sobre todo, en el futuro, ya que cada vez hay más gente que no pisa las entidades financieras, realizando todas las gestiones online y a través de los cajeros automáticos.

Esto supondrá un importante ahorro de costes en personal para el futuro para las entidades financieras, por lo que no están dudando en invertir en publicidad y marketing para promocionar todos sus servicios online, en detrimento de sus servicios tradicionales.

Por ello si te encuentras buscando hipoteca para tu próxima vivienda, no lo dudes, busca en Internet, porque allí encontrarás los mejores diferenciales y las mejores condiciones para tu préstamo, superando con creces cualquier oferta de cualquier entidad.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y las entidades financieras se tienen que cubrir de alguna forma ante la reducción de márgenes de beneficio que sufren al ofertar diferenciales más bajos en sus hipotecas, y ¿cómo lo hacen? Endureciendo los requisitos.

Como lo que van a ganar con cada hipoteca es menos, no se pueden permitir impagados, por lo que el nivel de ingresos que exigen a la hora de contratar una hipoteca online es mucho mayor que el que te puedes encontrar en la oficina, además de otros requisitos diversos, como, por ejemplo, tiempo de permanencia en la empresa.

Por ello no todo el mundo puede acceder a estas hipotecas “chollo” que aparecen online y quedan condenados a sufrir diferenciales más altos y condiciones más restrictivas. No obstante, siempre es recomendable intentarlo online porque la competencia está siendo feroz, y los bancos están como locos para ganar cuota de mercado.

Y hay dos formas de ganar cuota de mercado: captar nuevos clientes o robárselos a tu competencia. Así que si ya tienes una hipoteca con una entidad, puede que éste sea el momento para indagar que otra entidad puede estar interesada en ofrecerte una mejor oferta.

Sr. Banquero, ¿cómo le voy a pagar si no tengo dinero?

Cada vez más moscas se escapan de la red de los banqueros

Cada vez más moscas se escapan de la red de los banqueros

Los banqueros se empeñan en que los ciudadanos les devuelvan el dinero que les concedieron tan alegremente, y están en su derecho, no hay duda, pero parecen no comprender que la situación todavía no es lo suficientemente sostenible como para que todo el mundo pueda devolver sus créditos.

Porque entre que todos nos volvimos un poco locos con la vorágine consumista y que los bancos lejos de abrirnos los ojos, nos ilusionaron aún más, la inmensa mayoría de la población se endeudó hasta límites insostenibles, rozando sus ingresos en época de bonanza, un error de cálculo económico evidente.

Y, claro, ahora cuando han llegado las vacas flacas han aparecido los morosos, han aparecido los créditos de dudoso cobro, que ya supera el valor de 100.000 millones de euros, y las entidades financieras en general siguen llevándose las manos a la cabeza temerosas del futuro.

Porque el mes de abril había dado un respiro y todos parecían prever que lo peor ya había pasado y que se habían ido eliminando los créditos más dudosos, quedando sólo aquellos que eran solventes. Craso error, porque se ha vuelto a demostrar que esa no era la realidad que estábamos viviendo, y se ha demostrado que abril sólo fue un espejismo, un vergel en el desierto.

Todavía hay analistas que se aferran al clavo ardiendo y que aluden al descenso en el nivel de crecimiento de la morosidad, sólo dos centésimas, como una muestra de que la situación no es tan terrible como se podría pensar y de que todo irá a mejor en breve.

Sin embargo, esa visión no es rigurosa bajo ningún concepto. Porque la principal razón por la que el crecimiento de la morosidad se ha visto reducido es porque el ritmo de concesión de créditos también se ha reducido. Y es una ecuación lógica y evidente, a menor cantidad de créditos menor cantidad de impagados.

Además, como se conceden menos créditos se realizan mejores análisis de los beneficiarios de los mismos, con lo que las posibilidades de que se produzca un impagado son menores. Por tanto, no es que la situación se haya revertido, más bien al contrario, seguimos en un momento preocupante.

Porque, en general, todo el mundo quiere pagar sus deudas y el hecho de que no lo puedan hacer no es plato de buen gusto para ellos, en absoluto, que sufren las consecuencias morales ahora y las financieras en el futuro.

La estafa hipotecaria tiene consecuencias

Ya va siendo hora de que los causantes de la crisis empiecen a pagar

Ya va siendo hora de que los causantes de la crisis empiecen a pagar

Todos conocemos el origen de la crisis, el germen que ha provocado toda esta epidemia que ha contagiado a todo el mundo, al menos al mundo más desarrollado, al mundo que se mueve en manos del sector financiero, a su antojo, a sus vaivenes.

Está claro ya que todo lo que nos ha sucedido en los últimos tres años ha sido provocado por las hipotecas subprime, algo así como el intercambio de paquetes de hipotecas entre entidades financieras, con algunas saneadas y otras, por llamarlo de alguna forma, con gran riesgo de impago.

Estas hipotecas concedidas con alto riesgo de impago fueron concedidas porque los agentes que las vendía cobraban por el volumen de hipotecas concedidas, así que las daban a diestro y siniestro, sin mirar dos veces a quien se las estaban dando.

Y de aquellos barros vinieron estos lodos, y de aquella actuación irresponsable de los agentes financieros de Estados Unidos ha provocado, gracias a la globalización, que todas las entidades financieras del mundo se contagiaron y provocaron el colapso.

Era de esperar que esa actuación tuviera algún castigo, y aunque la cosa está tardando, ya sabemos que las cosas de palacio van despacio, parece que ahora ha empezado a moverse y ya empiezan a aparecer noticias de tribunales que están juzgando a las entidades que cayeron en esta práctica.

Y lo curioso es que son las otras entidades, las que recibieron los paquetes tóxicos, los que están denunciando a las entidades que originaron el juego, porque se sienten engañadas, ellas compraron un paquete de hipotecas y dieron por supuesto que todo era correcto.

Dieron por supuesto que las entidades financieras que les vendían los productos habían sido tan cuidadoso como ellas mismas, pero no fue así, y así les ha ido.

De todas formas, estoy seguro que los responsables no recibirán, ni mucho menos, el castigo que se merecen, el castigo que deberían de haber recibido por causar lo que han provocado con su actitud.

Y es que el problema de nuestro sistema capitalista es que está montado en función del sector financiero, y la sociedad necesita que éste se encuentre en buen estado de salud, por lo que nunca será atacado, ni puesto en tela de juicio.

No podemos vivir ni con el sistema financiero, ni sin él.

Llegan las hipotecas a la americana (Cara B)

La cosa tiene su truco.

La cosa tiene su truco.

Aprovechando que Edmart Rusan y yo jugamos en el mismo equipo, me permito ofrecer la cara B del mismo tema, por aquello de profundizar en el debate que se planteaba en los comentarios. Su artículo de la semana pasada está perfectamente argumentado, así que no pienso contradecirle, sino solamente ofrecer otra visión, también real, o eso creo.

El sistema americano de hipotecas consiste, como bien explica Edmart, en que el bien y sólo el bien hipotecado, ejerce de garantía para el pago. Eso implica que el banco asume mayores riegos y que si te sale mal la operación podrás respirar en vez de verte ahogado de por vida por el pago de la deuda pendiente.

A mí, como a Edmart y a la mayoría de los lectores y comentaristas, me parece más justo el sistema americano, pues al disminuir el riesgo para el que compra una vivienda y firma una hipoteca, aumentaría la circulación y serían más los que se arriesgasen a salir de casa de sus padres, por ejemplo.

Dicho esto, hay que tener en cuenta que los bancos son los que tienen nuestro dinero, pues manejan el dinero de los ahorradores. Por tanto, os pido que os pongáis en el lugar del banco, y me digáis qué es lo que haríais si alguien, un familiar, un amigo, o quien fuera, os pidiera dinero prestado para comprar una casa y os dijera que en un momento dado, en vez de devolveros el dinero, podía entregaros la casa y dejar la deuda saldada con eso.

Venga, seamos sinceros: ¿qué le diríais? Aunque fuese vuestro hermano: ¿qué le contestaríais?

Lo más probable es que la mayoría de nosotros pidiésemos al que compra el piso que pusiera una importante suma de su parte, de modo que tuviera interés en conservar el piso. Conclusión: con el sistema americano, los bancos, en vez de prestar el 80 % del valor de tasación, prestarían el 50% o el 60 % como mucho.

Además, al aumentar el riesgo de perdidas para el banco, aumentaría el riesgo total de la operación, y como bien sabe todo el que haya echado un ojo a las matemáticas actuariales (las que rigen las compañías de seguros, por ejemplo), un aumento del riesgo implica un aumento automático de la tarifa. Conclusión: con la hipoteca americana, la hipoteca costaría Euribor +5 puntos, por ejemplo.

Resumiendo y para no ser pesado: las cosas no siempre son lo que parecen, y si en Europa se utiliza un modelo hipotecario diferente es precisamente para defender a las clases humildes y darles posibilidades de financiación, pues no hay nada más duro que pertenecer a una clase baja y que nadie te preste un duro, lo que te clava en la clase baja para siempre, sin posibilidad de mejorar. Por eso, se exigen unas garantías tan altas: para que chaya más gente que pueda acceder al dinero, pues de otra manera sólo podría comprar un piso quien tuviese un montón de dinero ahorrado y quien pudiera pagar un tipo de interés escandaloso.

Por lo demás, insisto en que os pongáis en el lugar del banco y que no le pidáis que ofrezca a sus clientes condiciones que nosotros, ninguno de nosotros, ofrecería ni a su propia madre.

Como norma general, no hay mejor método que preguntarse: “esto que pido, ¿estaría dispuesto a darlo yo si me lo pidiesen?”

Cristianismo, creo que le llaman, pero a veces somos tan modernos y tan light que preferimos el budismo.  EM-budismo.

Perdonad la broma y viva España, coño, que somos campeones.

 

Nos vienen las hipotecas a la americana

Que nos vienen, que nos vienen, que nos vienen las hipotecas a la americana

Que nos vienen, que nos vienen, que nos vienen las hipotecas a la americana

Y fíjate tú que con un título como este hasta yo mismo me habría puesto a temblar, teniendo en cuenta el lío financiero que tenían montado me temería lo peor, pero no, amigo, el hecho de que nos vengan las hipotecas a la americana es algo bueno.

¿Por qué?

La actual ley hipotecaria española establece que el individuo que subscribe una hipoteca lo hace con una garantía personal, es decir, tiene que hacer frente a la deuda que contrae con todos sus bienes, presentes y futuros.

Esto provoca que si te embargan el piso no saldes la deuda con el piso en sí, sino que además de perder el piso mantienes una deuda con el banco.

Imagínate que te concedieron una hipoteca de 100.000 euros basada en la tasación de tu piso en el momento de la concesión, e imagínate que el banco te embarga la vivienda por falta de pago. Pues bien, esta vivienda va a subasta y el precio que suele pagarse por ella es mucho menor que el valor real. Imagínate que se pagan 70.000 euros.

Entonces, aparte de haber perdido tu vivienda le seguirás debiendo al banco 30.000 euros que tendrás que devolver en cuanto tengas oportunidad de ellos.

Pero, ¿cómo funciona en Estados Unidos?

Allí la garantía es el objeto sobre el que se fundamenta el préstamo. Es decir, sólo tienes que responder ante el banco con la vivienda que hipotecas, de forma que si te la embarga tu deuda con el banco queda saldada.

Como te puedes imaginar la situación americana es mucho más ventajosa para el usuario, más ventajosa y más justa, claro está, y parece mentira que hasta ahora nadie se haya puesto manos a la obra para modificarlo.

La proposición de ley ha sido presentada por todos los grupos parlamentarios, salvo el PSOE, que ha votado en contra. Supongo que los socialistas tendrán muchos favores que devolver a las entidades financieras, porque si no es así no comprendo su voto negativo.

De todas formas, no debemos echar las campanas al vuelo todavía, porque de momento sólo es una proposición de ley, y ahora es el Gobierno el que debe redactar la ley correspondiente para que luego la apruebe el Congreso definitivamente (con el paso necesario por el Senado, claro está).

Así que, paciencia, que puede que para la próxima crisis ya lo tengamos resuelto.

Hipoteca, huevo y gallina

Mantengamos a la fiera bajo vigilancia.

Mantengamos a la fiera bajo vigilancia.

Hoy vamos a hablar del huevo y la gallina, tema que se presta a toda clase de discusiones constantinopilitanas, que es lo mismo que estambúlicas, o si lo preferís, bizantinas. Ya veis en qué plan vengo, así que armaos de paciencia.

La cuestión que nos preguntamos es si una crisis viene dada por una falta de inversión o por una falta de consumo, y sobre todo, qué se produce primero, si la falta de consumo o la falta de inversión.

¿Se dejan de hacer pisos porque ya no se venden?, ¿o se dejan de vender porque la gente no tiene ya trabajo o no consigue que le presten el dinero?

Cada sector es un mundo, por supuesto, y la intervención del consumo y la inversión en cada cual es muy dispar dependiendo de condiciones de todo tipo, pero en general, muy en general, y con datos macroeconómicos en la mano, soy de la opinión de que las crisis se originan por una falta de inversión en primer lugar y luego, sólo luego, al expresarse esa falta de inversión en una menor actividad, llega el paro, la desconfianza, las malas expectativas, y finalmente el desempleo y la disminución del consumo.

Por tanto, se sale de las crisis fomentando la inversión y no el consumo. Se sale de las crisis reduciendo los impuestos a los empresarios (en especial a los pequeños y medianos, más sensibles a pequeñas variaciones) y no tanto subiendo los sueldos a los trabajadores. El simple hecho de que haya más gente trabajando será suficiente para impulsar el consumo sin necesidad de regalar dinero a la gente. Y sin todos los efectos perniciosos de repartir lo de todos entre lso que lo han ganado y los que no.

Pero de la componente ética de repartir, ya hablamos otro día.