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La letra pequeña de la eliminación de las cláusulas suelo

La banca siempre gana

La banca siempre gana


La banca siempre gana, es un dicho popular que tiene su claro fundamento en el hecho de que las entidades financieras nunca pierden, siempre ganan o, al menos, empatan, como se ha demostrado en esta crisis financiera-inmobiliaria en la que todavía estamos inmersos. A pesar de haber causado verdaderos destrozos en la economía mundial, las entidades financieras están saliendo con igual o mayor fuerza de la que tenían originalmente.

De la misma forma está sucediendo con la debacle de las cláusulas suelo. Tras la alegría inicial de los consumidores con el hecho de que casi todos los tribunales les dieran la razón sobre lo abusivo de su existencia, ahora se están tirando de los pelos porque puede que esté siendo peor el remedio que la enfermedad.

Las cláusulas suelo solo afectaban a un momento circunstancial de la vida de la hipoteca, que era cuando el Euríbor bajaba por debajo de ese límite que se había fijado por contrato. Sin embargo, las entidades financieras están compensando este riesgo de no tener un suelo en las cuotas que cobran a sus clientes con diferenciales mucho más elevados.

Esto provoca que en lugar de que los hipotecados nos viéramos perjudicados unos años ahora nos vemos perjudicados permanentemente. Un perjuicio que irá a más a medida que el Euríbor vaya creciendo, y ya lo ha hecho. Hasta ahora estos diferenciales tan elevados no están causando mayor perjuicio porque el bajo nivel del indicador está permitiendo enmascararlo, pero, ¿qué sucederá cuando el Euríbor se dispare al 5%. Pues que volveremos a tipos de interés más propios de los primeros 80.

En definitiva, hay un dicho que recuerda que hay que tener cuidado con lo que se pide, porque puede llegar a cumplirse, y algo así pueden estar pensando todas las organizaciones que en su día lucharon, con todo el derecho del mundo, por la eliminación de las cláusulas suelo y que ahora se encuentran con que, en el fondo, han terminado por perjudicar a sus propios usuarios.

Así que en el futuro mejor será que partamos de la base de que la banca siempre gane y que intentemos aclimatarnos a estas reglas de juego, en lugar de quemarnos con peticiones que a la larga nos son claramente perjudiciales.

¿Se prepara un nuevo impuesto a la propiedad?

Agujero presupuestario

Agujero presupuestario

Cuando la fiera está hambrienta, no pone muchos reparos a la presa a la que puede echar el diente, ni tiene mucha memoria a la hora de recordar a sus votantes,sus promesas o eso a lo que en su día llamaban principios y se han demostrado simples pretextos.

Por mucho que nos cuenten que van a bajar impuestos, por mucho que nos digan, incluso, que de momento no los van a subir, el caso es que tienen que recortar el déficit y para ello van a intentar incrementar los ingresos, porque de reducir el gasto no hablan siquiera.

¿Y de dónde van a tirar para incrementar los ingresos? Pues de donde se pueda, por supuesto. El IRPF no lo pueden exprimir mucho más, porque los ciudadanos asalariados son cada vez menos y con más dificultades para llegar a fin de mes. El Impuesto de Sociedades no se puede tocar, porque las empresas no tienen mayor problema en largarse a donde les cobren menos. El IBA es una opción, y posiblemente la tocarán, ya sea incrementando el tipo general al 23% o eliminando artículos de la cesta de bienes favorecidos por el IVA reducido o super-reducido.

¿Y qué les queda entonces?  ¿El alcohol, el tabaco y las gasolinas? Esa cuerda ya da para muy poco, con las reducciones de consumo que hemos visto.

Les queda la Propiedad, y el Ministerio de Hacienda repara algún nuevo tipo de tributo que grave la propiedad, muy especialmente de viviendas, que son las que sus dueños no se pueden llevar debajo del brazo. No se conforman ya con cobrar Transimisiones Patrimoniales (un verdadero estacazo), los derechos sobre las hipotecas y el IBI anual: ahora buscan el modo de que el propietario pague un impuesto anual sólo por el hecho de serlo, ya sea considerando la vivienda como un rendimiento computable en el IRPF, eliminando todas las deducciones existentes hasta la fecha o creando un nuevo impuesto totalmente nuevo, que castigue la tenencia de inmuebles.

Lo peor de todo es que de estas cosas noi tenemos que enterar leyendo los documentos que el Gobierno envía a Bruselas, porque aquí no dicen ni mu. Cito textualmente: “El Gobierno estudiará diversas alternativas, entre otras posibles, la imposición sobre la propiedad, la imposición medioambiental con el menor impacto posible en la competitividad, procedimientos de pago por uso de servicios, el incremento de los impuestos por uso frente a los que gravan la transmisión de la propiedad o la imposición sobre el sector financiero en el marco armonizado de la UE”.”

Cuando se ven obligados a hablar claro, se retratan…

 

 

¿Somos más inteligentes?

A estudiar toca

A estudiar toca

Está claro que la necesidad es el mejor incentivo para cualquier circunstancia de la vida y el conocimiento no iba a ser menos. Cada vez hay más estudios que reflejan la mejora de conocimientos financieros que se está produciendo entre la ciudadanía española como consecuencia de la crisis económica, de manera que conceptos complejos y términos hipotecarios que antes todo el mundo desconocía se han convertido en el pan nuestro de cada día.

Y es que uno de los grandes problemas de la burbuja inmobiliaria fue que los ciudadanos contrataron productos que desconocían en toda su dimensión, y lo hacían fiados de la palabra del director de la sucursal que les estaba vendiendo el producto sin pararse a pensar que éste cobraba unos incentivos por volumen de ventas efectuadas.

De esa manera las sorpresas fueron viniendo a medida que las familias ya no podían pagar sus cuotas hipotecarias y comenzaron a recibir exigencias contractuales por parte de las entidades financieras, unas exigencias que desconocían haber firmado pero que, evidentemente, sí que se encontraban en el contrato hipotecario.

Las primeras cláusulas que comenzaron a llamar la atención fueron las cláusulas suelo, ya que muchas familias vieron como los medios de comunicación anunciaban una y otra vez que el Euríbor estaba bajando pero ellos no veían como sus cuotas descendían, cuando apenas unos años antes sí que habían sufrido las consecuencias de los incrementos casi exponenciales.

Pero el gran descubrimiento fue, sin duda, la dación en pago, o la ausencia de ella. La mayoría de los ciudadanos españoles, en su desconocimiento pleno, estaban convencidos de que si no podían pagar sus hipotecas podrían deshacerse de su deuda entregando la vivienda que hipotecaron en un inicio, craso error, porque no solo perdían sus vivienda sino que además mantenían una deuda insalvable con las entidades con las que firmaron.

Este hecho ha llevado a la bancarrota financiera a un gran número de familias españolas y ha hecho que todas las demás comprendan la necesidad de entender firmemente lo que firman en todo momento con el objetivo de salvaguardar la estabilidad financiera de la propia familia.

La hipoteca verde y con lunares

Tiene cierta pinta de cosa venenosa...

Tiene cierta pinta de cosa venenosa…

Tranquilos, que no se trata de un nuevo reclamo publicitario, ni de que haya salido un nuevo banco con esos colores corporativos, aunque tampoco es cosa que se pueda descartar, tal y como se está poniendo el márketing.

Con el título me quiero referir a que las hipotecas se están convirtiendo en una rarerza, y que el que encuentre una hipoteca bien puede pensar que ha dado con una mariposa exótica o un sello con una punta de más en el troquelado. Los datos proceden esta vez del Instituto Nacional de Estadística y se refieren a las hipotecas realmente firmadas y constituidas.

El descenso en febrero respecto al mismo mes del año anterior ha sido del 33%. Si, habéis leído bien: un tercio, con lo que se encandenan ya 46 meses seguidos de descenso.

En cuanto a la pasta, que también es siempre un buen indicador, el importe medio de las hipotecas sobre viviendas (dejando aparte otros inmuebles) alcanzó los 102.443 euros, un 1,1% menos que en el mismo mes de 2013.

Si observamos el asunto geográficamente, podemos ver que, como siempre, la cosa es muy desigual: por comunidades autónomas, las que mejor comportamiento tuvieron fueron Madrid (3.449), Andalucía (2.651) y Cataluña (2.391). Los descensos más acusados se produjeron en Cantabria (-58,6%) y Aragón (-54,6%).

Al final estos son los datos que importan: ya puede venir el Gobierno o el lucero del alba a decirnos que el crédito vuelve a fluir cuando lo ciertos es que las hipotecas se reducen porque los bancos no tienen interés alguno en prestar a particulares cuando pueden hacerlo al Gobierno, sediento de vender deuda Pública.

Mientras los bancos puedan utilizar la deuda pública como colateral ante el Banco Central Europeo, no habrá nada que hacer. Y es que el negocio es redondo: piden dinero al 0,5 %, nos lo prestan los españoles al 4%, y luego, van con esa deuda pública al BCE y la emplean como garantía para pedir prestado más dinero con el que hacer lo mismo.

¿A quién demonios le puede interesar de ese modo dar dinero para hipotecas? No es de extrañar que esas condiciones, y comparados con el Estado, ninguno seamos demanda solvente. Porque los demás nos podemos quedar sin trabajo, ponernos enfermos, o largarnos al extranjero, pero de momento la deuda pública, y por mandato constitucional, es lo último que se dejará de pagar.

Así que ya sabéis: verde y con lunares la hipoteca. Con capa y colmillos, los financieros.

 

 

La trampa de las hipotecas

Baratita, oiga

Baratita, oiga

En esta vida hay dos varas de medir la realidad, las estadísticas o la realidad por sí misma. Las estadísticas no suelen mentir, ya que son capaces de determinar tendencias de una manera más o menos aceptable, o al menos de la forma más pragmática que conocemos, son variantes ideológicas que puedan hacer que oscilen hacia uno u otro lado.

Sin embargo, estas estadísticas son imperfectas y a menudo no reflejan fielmente lo que sucede en un momento dado en la sociedad, en la realidad, en nuestro día a día, y en el tema de las hipotecas se vuelve a demostrar este axioma, más o menos verídico desde un punto de vista teórico, pero claramente acertado desde un punto de vista práctico.

Partamos de la base de que las entidades financieras están en el juego económico para ganar dinero. Se aprovecharon de la coyuntura económica, de la corrupción de los políticos y de la ignorancia de los ciudadanos para hacerse de oro. Después, utilizaron su poder y el hecho de que los políticos bebieran de sus manos como consecuencia de las deudas que habían contraído para vendernos la moto de que había que rescatarlas, y allá se fue nuestro dinero público.

Por tanto, no parece que las entidades financieras, de ningún lugar del mundo, pequen de estulticia, más bien al contrario. Entonces, si hemos empezado a descubrir, algo de lo que ya hemos hablado en estas páginas, que los bancos y cajas han vuelto a comenzar su guerra por las hipotecas, ofreciendo tipos de interés muy atractivos, ¿no será que hay algún índice de recuperación?

En este sentido nos faltaría una estadística que reflejara únicamente el volumen de hipotecas nuevas constituidas en un mes, en comparación con el mes anterior. El problema de la estadística que ofrece el INE, fantástica en todos los aspectos, es que valora la bolsa de hipotecas, es decir, calcula el número neto de hipotecas, las nuevas menos las que se han cancelado, y ello resta veracidad a la misma.

La realidad, la que palpamos en nuestro día a día, es que las hipotecas poco a poco se están recuperando, con ello la venta de inmuebles y con todo ello puede que el conjunto de la economía, si el gobierno no lo acaba estropeando, claro.

La burbuja inmobiliaria China

vivienda en China

El otro día hablábamos de la burbuja inmobiliaria británica y de cómo no se libran del condenado fenómeno ni esos tipos tan flemáticos y sensatos que son los ingleses. Hoy, para seguir con el recorrido y demostrar que las burbujas inmobiliarias son un fenómeno universal vamos a ver el otro caso, el de China, mucho más preocupante que el anterior por las repercusiones económicas y financieras que podría tener para el resto del mundo.

Como sabéis, suelo ilustrar los artículos con alguna foto alusiva y un pie que la explique desde la ironía, pero en esta ocasión creo que es necesario usar una gráfica como apoyo, sin cachondo alguno, y un poco más grande de lo habitual. Echadle un ojo detenidamente, por favor.

El despegue de la economía China y su papel preponderante como nueva potencia económica ha atraído gran cantidad de capitales del exterior, y no sólo destinados a aumentar la producción industrial y deslocalizar la industria occidental. Muchos de esos capitales aguardan una buena oportunidad de inversión y entre tanto se colocan en el sector inmobiliario, que ha sufrido un enorme auge en el país debido a la enorme migración de personas del campo hacia las ciudades. Hablamos de casi ciento cincuenta millones de personas en veinte años, aunque algunos mencionan cifras mucho más abultadas.

El crecimiento anual de China es de alrededor del 7,7% y la balanza comercial positiva junto al mercado inmobiliario son las grandes bazas del gigante asiático. El Gobierno chino, además, lleva años jugando al cubilete con el valor de su moneda para intentar atraer capitales extranjeros, así que no es de extrañar que al final se haya producido una enorme acumulación de dinero tras sus fronteras.

El problema, por supuesto, es que ese dinero está allí a título de préstamo y que en algún momento los que lo pusieron querrán recuperarlo. La conclusión final es que China es ahora  uno de los países más endeudados del mundo con un 215% de su PIB en deuda (según datos del Banco Popular de China, correspondiente a un 75% en deuda pública y un 140% del PIB en privada).

¿Y qué está sucediendo? Que la larguísima crisis de Occidente está impulsando a algunos de esos inversores a intentar deshacer sus inversiones, lo que unido al debilitamiento de la demanda ha hecho que la bolsa china lleve tres años seguidos de caídas y la vivienda ya haya iniciado la cuesta abajo, como podéis ver en la gráfica.

Si se confirma el estallido de la burbuja china, que es justamente lo que yo preveo, la crisis de las hipotecas subprime va a ser una broma de niños comparada con la crisis de la hipoteca china.

Veremos en unos meses.

Más hipotecas pero más estrictas

Últimamente venimos oyendo cantos de sirena que nos hablan de que la recuperación del crédito se debería de empezar a producir a partir de este año 2014, y aunque todos nos habíamos mostrado muy escépticos al respecto ya que nada hacía presagiar que el optimismo debiera ser el estado de ánimo más plausible, lo cierto es que las acciones de la banca nos están despertando de nuestro propio pesimismo.

A la rica hipoteca, oiga

A la rica hipoteca, oiga

En estos primeros meses del año 2014 estamos asistiendo a una carrera sin solución de continuidad a ofrecer la mejor hipoteca del mercado, la más económica, la más barata, la más atractiva para los consumidores, y ninguna entidad parece dispuesta a quedarse atrás en esta lucha sin retorno por volver a captar a ciudadanos endeudados.

Eso sí, no es oro todo lo que reluce, y lo que tiempo atrás eran facilidades de todo tipo ahora se están convirtiendo en condiciones muy, pero que muy, estrictas a la hora de poder alcanzar un crédito hipotecario, algo que no dejar de ser, en el largo plazo, beneficioso para el conjunto de la sociedad, ya que nos garantizamos que no se empiece a generar una nueva burbuja inmobiliaria.

Porque no nos podemos olvidar, y si lo hacemos ya estarán los agoreros como yo para recordárnoslo, que gran parte de la responsabilidad de la burbuja inmobiliaria recayó, sin duda, en las entidades financieras que concedieron créditos a quien no podían pagarlos sin ningún tipo de garantías y fiados únicamente en la bonanza económica del mercado, algo que atenta claramente contra toda buena ejecución bancaria.

La buena noticia, por otro lado, es que el hecho de que fluya el crédito en las hipotecas, o que al menos las entidades financieras tengan intenciones sanas de lanzarse al mercado hipotecario, hará que el crédito, en general, también fluya y con ello las empresas se podrán beneficiar de una liquidez que creían perdida para siempre y con ello afrontar nuevos proyectos de inversión que les ayuden a generar nuevos puestos de trabajo y plantearse seriamente el ayudarnos a salir de la actual crisis.

En definitiva, alegrémonos de que todo parece empezar a cambiar, ¿o no?, eso solo el tiempo lo dirá.

Aquellos tiempos desgravables

Cualquier tipo pasado fue mejor

Cualquier tipo pasado fue mejor

Muchos responsabilizaron a la desgravación por vivienda de la burbuja inmobiliaria, ya que ese 15% que todos nos desgravábamos en nuestra declaración de la renta los constructores y promotores lo repercutían directamente sobre el precio generando así un sobrecoste que poco favor ha hecho a la evolución de la economía española.

Y basta con echar un vistazo a cualquier modelo económico para comprobar que, efectivamente, esto es así, y que si no hubiera existido esta desgravación los precios no se hubieran disparado tanto. Pero la ocurrencia de Rodrigo Rato para rescatar a nuestra economía también ayudó a que viviéramos los años de mayor bonanza de nuestra economía, años que ahora estamos todavía pagando.

Pues bien, parece que tras unos momentos de titubeo, la desgravación se ha marchado de nuestras vidas de manera definitiva y ya en esta campaña de la declaración de la renta 2013 nos encontramos con que todas las viviendas adquiridas durante dicho año no podrán beneficiarse de ese 15%, algo que sí mantienen las viviendas adquiridas con anterioridad. En este concepto el Gobierno no ha querido quebrantar las reglas de juego con una retroactividad que tanto daño ha hecho a otros sectores.

La incógnita está en saber con exactitud cuál será el efecto que la desaparición de la desgravación producirá sobre el mercado de vivienda. Los analistas económicos consultados coinciden en afirmar que este tipo de medidas deben de tomarse en épocas de crecimiento, en lugar de en épocas de crisis para evitar producir un colapso que ahora sí se puede decidir.

Sin embargo, cuando las cosas iban bien ningún gobierno pareció atreverse a meterle mano al sector inmobiliario, y de aquellos polvos estos lodos, ahora estamos pagando todos las consecuencias sin que parezca que nadie nos pueda ofrecer una salida, una salida que, por supuesto, nada debería tener que ver con la retirada de la desgravación por compra de vivienda habitual.

En definitiva, una medida que en principio es positiva tornará en negativa por el momento en el que se está produciendo, un momento más dañino que otra cosa para nuestra economía, y el tiempo dará y quitará razones.

La hipoteca retrocede ante el dinero del colchón

El mullido colchón que tienen algunos

El mullido colchón que tienen algunos

A principios de este año, concretamente en enero, se firmaron en España 17.464 créditos hipotecarios, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra en sí un poco ridícula y no se atreve siquiera a comparar con la de un mal mes de los años buenos, pero lo que realmente llama la atención es otra cifra: la del total de compraventas de viviendas: 30.659 casas, según la misma fuente.

¿Y esto qué significa? Pues que los pisos se siguen vendiendo,  pero al contado, sin pasar por el banco ni solicitar una hipoteca, y eso aunque parece que algunos bancos vuelven a ofrecer productos comerciales destinados a la compra de vivienda. De hecho, el 57% de las operaciones inmobiliarias sobre viviendas, no llevaban hipoteca.

Seguro que a todos se os pasado ya por la cabeza más de una idea de por qué pasa esto, y seguramente tenéis razón: el dinero estaba y sigue estando en alguna parte, y quienes dieron el pelotazo en los años buenos lo tienen a buen recaudo esperando las ocasiones que genera la crisis. Así es como funciona el mundo en realidad: el que da un gran estacazo económico y tiene un mínimo de cerebro, poco a poco se hace respetable, o se muda de ciudad, y se convierte, con sus hijos y sus nietos en una persona irreprochable de posibles.

Luego están también los que simplemente trabajan y ahorran, pero cuando se habla de comprar vivienda estos son bastante menos frecuentes, aunque hay mucho que pueden hacerlo con a ayuda de los padres o los abuelos, o incluso de los propios vendedores, que pueden aceptar que el piso se pague a plazos. Hay muchas posibilidades y no todo son dineros escondidos, por supuesto, pero vivimos en un país donde el refrán que dice “piensa mal y acertarás” podría formar parte, sin problemas, de una hipotética letra del himno nacional.

Al final, entre esto y otras cosas, el número de hipotecas constituidas sobre viviendas lleva descendido este año un 32,5%  respecto al mismo periodo de 2013, lo que ya es decir, porque 2013 fue un año espectacularmente malo.

Mientras tanto, los bancos siguen como locos tratando de vender sus carteras inmobiliarias, antes de que a alguien se le ocurra decir que la valoración a la están inscritas a sus balances no se la cree ni Harry Potter.

Veremos en qué para esto.

 

¿Alguien se cree que estemos en fase de recuperación?

De Guindos, bájate del guindo

De Guindos, bájate del guindo

Cada vez que escuchamos a un portavoz del Gobierno contándonos milongas sobre la fase de recuperación que estamos atravesando no puedo por menos que echarme a reír, sobre todo si analizamos la realidad que nos encontramos día sí y día también en nuestras calles, con un incesante aumento de las familias con problemas para llegar a final de mes, muchas de ellas sin ningún ingreso mensual, y con la pobreza imperando en nuestra sociedad.

Y así queda constatado con cada nueva estadística que aparece en los medios de comunicación con las que volvemos a caer a las catacumbas de la economía europea y mundial, y sobre todo si tienen que ver con el mercado inmobiliario, el eterno problema de nuestra economía.

Sin ir más lejos, acabamos de conocer los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) referentes a la firma de nuevas hipotecas en período anual de enero a enero y son realmente para echarse a temblar, con una caída del 32,4% que vuelve a demostrarnos que todavía no hemos tocado fondo.

Porque no podemos olvidar que hasta que no lleguemos al final de la caída no podremos empezar a plantearnos, bajo ningún concepto, alguna posibilidad de empezar a crecer nuevamente, por mucho que nos empeñemos, un fondo que se viene anunciando en repetidas ocasiones pero que nunca parece llegar.

De hecho, los datos de enero suponen un valor negativo durante los últimos 45 meses, de manera consecutiva, y acentúa aún más la caída que se había producido en diciembre, cuando las hipotecas se habían reducido en un 30%.

En valores absolutos nos encontramos con un total de 17.464, lejos de las 25.447 que se firmaron durante el mes de enero del año 2013, con un valor medio de cada hipoteca de 101.628 euros, un insignificante repunte del 0,1% con respecto al mes de diciembre.

En definitiva, cada vez que habla un Ministro sube el pan pero no la economía, a pesar de que en sus palabras siempre auguran esta posibilidad, esta opción, o aseveran que el crecimiento está a la vuelta de la esquina, y ¡amig@!, nada más lejos de la realidad, me temo.

La vivienda y la reforma fiscal

Debate sobre la reforma fiscal

Debate sobre la reforma fiscal

El grupo de expertos ha entregado por el fin sus consejos para la reforma fiuscal y , como no podía ser de otro mod, nos hemos echado todos a temblar. Es evidente que España necesita recaudar más, pero eso significa necesariamente que lo van a sacar de algún lado y ya sabemos a quiénes no se lo van a sacar.

Por lo que a nosotros se refiere, una de las cosas que más escama es el tratamiento que se le da a la vivienda en propiedad.  En el informe se menciona este asunto con dos líneas principales de actuación: la eliminación de la deducción por vivienda y la incorporación al IRPF de los rendimientos de la vivienda habitual.

Lo intentamos detallas un poco, aunque no se sepa todavía qué saldrá adelante y qué no, sobre todo con un Gobierno como este, que no ha visto aún ningún tema que no convenga dejar parea más tarde.

1.- Eliminación de la desgravación por compra de vivienda habitual.  La idea es llevar adelante esta supresión poco a poco, en cinco o diez años, ya que no tiene sentido seguir fomentando la compra de vivienda por razones fiscales después de la burbuja inmobiliaria que nos hemos comido. Y digo yo que razón no le falta, pero me gustaría que explicase cómo vamos a vender así las viviendas del banco malo. Y digo “vamos” porque son de todos, ya que entre todos las hemos pagado.

2.- Gravamen de los rendimientos de los bienes inmuebles en el IRPF. Hasta ahora se consideraba rendimiento el 2% del valor de las segundas viviendas y se pretende ahora que sea ingreso también un porcentaje de la vivienda habitual. Quizás otro día explique en más detalle esto, pero por norma general quiere decir que vas a declarar más ingresos de los que tienes realmente, porque la casa en la que vives es para eso, para vivir. Lo que viene a significar, en el fondo, es que la casa es un bien de luijo y por eso te exigen que pagues por ella aunque sea tuya. La leche…

3.- Los rendimientos del alquiler pasan a tributar al tipo impositivo del ahorro y se elimina la deducción sobre esos rendimientos existentes en la actualidad (60%). No parece buena idea, porque desincentiva al propietario a poner la vivienda en alquiler, lo que encarece los alquileres.

4.- Eliminación de la deducción por obras de mejora en la vivienda habitual.  Todos sabemos que es  un colader0 enorme, pero de ahí a suprimir las deducciones hay un abismo, porque con esto se consigue retrasar más aún la necesaria adaptación de los inmuebles antiguos a las nuevas necesidades energéticas, por ejemplo.

5.- supresión del impuesto de Transmisiones Patrimoniales: con esto desaparecería ese impuesto salvaje que se llevan las autonomías y que supone en general el 8% del valor del inmueble. Este impuesto desincentiva la compraventa de vivienda usada y es en realidad un caso de doble imposición por el mismo bien, ya que se pagó el IVA al comprarla nueva. A mí me parece buena idea.


Se habla de otras muchas cosas, como la actualización del catastro, pero en eso ya no entramos porque en vez de dinero da trabajo, y no creo que estén por la labor.

 

La crisis de Crimea, ¿nueva crisis inmobiliaria?

¿Pero tú sabías donde estaba Crimea?

¿Pero tú sabías donde estaba Crimea?

Basta con echar un vistazo a los últimos datos de compraventa de vivienda para comprender que hay un mercado emergente que estaba revitalizando, por sí solo, el sector inmobiliario español, y éste no es otro que el mercado ruso, gracias al poder adquisitivo de sus ciudadanos este mercado se ha caracterizado por realizar gran parte de las operaciones que se han venido haciendo últimamente.

Y lo que es más importante, operaciones que rara vez se producen sobre los inmuebles más baratos, si no que apuntan principalmente a los más caros, con lo que el volumen total de adquisiciones se ha disparado en los últimos meses, para mayor gloria de los propietarios que han conseguido “colocar” sus viviendas.

Sin embargo, la crisis que se está produciendo en la región ucraniana, al menos hasta ahora, de Crimea está poniendo en jaque a todo el sector inmobiliario que ve como se acerca la posibilidad de que desaparezca la gallina de los huevos de oro que les ha estado alimentando hasta ahora.

Porque todo apunta a que la Unión Europea acabará por aplicar sanciones de diverso tipo a Rusia por su invasión “diplomática” de Crimea, y estas sanciones siempre tienen un cariz económico con lo que es más que probable que los ciudadanos rusos dejen de tener la posibilidad de poder mover su dinero con la misma facilidad.

Un duro golpe para el sector inmobiliario de las regiones costeras, sobre todo, que es donde los ciudadanos rusos estaban centrando sus compras de vivienda, para aprovechar el buen tiempo. No hay que olvidar que estas regiones es donde existe una mayor bolsa de viviendas vacías como consecuencia del exceso de construcción que se produjo durante los años de burbuja inmobiliaria.

Veremos como se resuelve finalmente esta crisis, pero parece que el sector de la vivienda de nuestro país ha cogido el gafe, porque cada vez que se ven visos de ligera recuperación nos encontramos con un nuevo golpe que acaba por tirar por los suelos todas estas esperanzas, esperanzas que hace tiempo que dejaron de ser de color verde para tornarse del negro más absoluto.