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El llanto de las hipotecas en divisas

Para que haya donde elegir

Para que haya donde elegir

A lo mejor es que hoy vengo un poco mosqueado, pero creo que ya va siendo hora de que abordemos el tremendo problema de la gente que hace cosas sin enterarse, ¿no creéis?

Muchas familias firmaron sus hipotecas en divisas, por aquello de que sus tipos de interés eran menores a los de aquí, y estaban muy contentas y ufanas con ello. Luego, a veces esas monedas se depreciaron, y las familias que habían firmado en francos suizos o yenes, estaban aún más contentas y ufanas con su decisión.

Pero ahora, de un tiempo a esta parte, es el euro el que se ha devaluado frente a otras monedas, con el consiguiente encarecimiento de esas otras divisas y la subida de las cuotas correspondientes. Y ahora, claro, llega el llanto, y llegan a veces las demandas contra los bancos, a los que se acusa de no haber informado convenientemente a sus clientes de los riesgos que esta operación comportaba.

Pero vamos a ver: los bancos no son santos, desde luego, pero , ¿de qué vamos con esa costumbre de que todo lo que sale mal es por falta de información?

Por supuesto que hubo muchos, muchísimos viejos ( y no tan viejos) a los que les metieron el dinero en las preferentes sin informarlos de casi nada, pero también hubo muchos que sólo escucharon que les pagaban el siete o el ocho por ciento, y mientras lo cobraron estaban estupendamente informados y estupendamente asesorados.

¿Y no pasó lo mismo con las emisiones filatélicas, los bosques y otras parecidas? igual. . Todo estaba bien hasta que llegaron las pérdidas.

Pues parece que ahora es el turno del lloro en las hipotecas. Que si  yo no sabía que las monedas fluctuaban, que si yo no sabía nada del mercado de divisas… La gente parece que sólo sabe algo cuando la cosa sale bien.

Después le dicen al juez que son tontos, y creen que con eso basta para recuperar su dinero.

Lo primero, creo yo, es que normalmente no son tontos en absoluto. Y lo segundo, que si lo son, por lo menos que no voten y no nos hagan depender a los demás de sus tonterías.

¿No es lo justo?

 

La frontera de la hipoteca

Bicefalia

Bicefalia

Ya lo hemos dicho muchas veces en este mismo espacio: el problema para la resurrección del mercado hipotecario no es que no exista liquidez, que de eso ha de sobra, sino la falta de demanda solvente. ¿Y qué es demanda solvente? es el comprador que tiene ingresos suficientes para garantizar que la hipoteca se podrá pagar o es muy probable que se pague, teniendo en cuanta que hablamos de un producto a muy largo plazo.

Ahí es donde está el problema.

La frontera, según los últimos análisis, parece haberse colocado por consenso en el entorno de los 2500 € mensuales. Quien pueda demostrar que gana más de esa cantidad tendrá acceso al mercado hipotecario, y quien no, se verá excluido. Las condiciones, eso sí, parece que mejorarán. Losa bancos, inundados de dinero, pelearán a la baja en los diferenciales y una vez más volverán a concederse hipotecas eternas, a treinta y cinco años. Al fin y al cabo, recordad que el BCE está prestándoles el dinero gratis, así que cualquier cosa que les garantice, más o menos, que lo van a recuperar, será buen negocio.

Con esto se espera que las hipotecas repunten este año, tanto en número de contratos firmados como en el monto de su saldo vivo total. Si esto sew confirma, será la primera subida de este tipo en los últimos siete años.

De todas maneras, para mí hay algo que no encaja: mientras por una parte se flexibilizan las relaciones laborales y se insiste desde múltiples instancias en la necesidad de acabar con la mentalidad de que el trabajo es  parea toda la vida, la banca sigue desconfiando del trabajo en precario. Cómo es posible que se exija al trabajador disponibilidad para cambiarse de ciudad y hasta de sector y al mismo tiempo se el exija absoluta estabilidad para conseguir una vivienda en propiedad?

¿Cómo es que desde el mundo financiero se pide con una boca una cosa y con la de al lado la contraria? Cosas de engendros bicéfalos, amigos.

 

El riesgo de la hipoteca en moneda extranjera

No es un paquete de tiritas, pero buena falta harían...

No es un paquete de tiritas, pero buena falta harían…

La semana pasada lo vimos claro: de repente, y sin previ0 aviso, el Gobernador del Banco Central de Suiza liberó al franco suizo de sus ataduras, y la moneda helvética llegó a revalorizarse hasta un 30 % a lo largo de una sola sesión.

¿Pero por qué pasó esto? En primer lugar, y permitidme la obviedad, porque antes se le habìa ocurrido a alguien la fabulosa idea de determinar, por decreto y a golpe de Boletín, el valor de una divisa. Los suizos no quería que su moneda cobrase valor, porque esto perjudicaba a sus exportaciones, y fijaron su cotización a un máximo de 1,20 €.

Al liberarse la moneda, el franco suizo, que estaba siendo fuertemente demandado como moneda refugio, sufrió un ascenso brusco que se llevó por delante a varios fondos de cobertura y a algunas casas de especulación con divisas, que no pudieron cubrir un incremento tan repentino de la cotización.

¿Y qué pasa con las hipotecas? Pues que aquellos que tuviesen su hipoteca denominada en francos suizos, lo que en su momento seguramente les pareció buena idea para cubrirse del euro fuerte, tendrán, de golpe y porrazo, que pagar a mayores una cuota mensual de unos 250 € de media. Un buen palo, sin duda.

Por contra, los que hicieran en su momento su hipoteca en yenes japoneses estarán de enhorabuena, hasta que no pase algo raro, por supuesto, que siempre puede suceder.

En general, y sin tratar de ser exahustivo, siempre he desconfiado de las hipotecas en divisas, más que nada porque si ya es bastante difícil cubrirse de los riesgos propios de un país y una moneda que conoces, imaginad lo que pueden ser los riesgos y los vaivenes de la moneda de un país sobre el que no estás informado a diario.

En este caso, de todas maneras, muy pocos de los perjudicados podrán llamarse a engaño: la gente no va por ahí haciendo hipotecas en francos suizos por buena fe o ingenuidad. Cuando se hace eso, se hace por obtener un beneficio.

Y si sale bien, genial. Y si no, a jorobarse tocan…

Y en 2104 también bajaron los pisos

Activo difícil de colocar

Activo difícil de colocar

Pues no. Tampoco fue 2014 el año de la recuperación en el mercado de la vivienda, tanto en precio de los pisos como en importe de las hipotecas concedidas. Quienes creen que el ladrillo saldrá nuevamente al rescate de nuestra economía, deberá esperar un poco más.

Al final, y de media, para vivienda usada, el precio de la vivienda  cerró diciembre  1.559 euros por metro cuadrado, lo que significa una disminución dell 8,54% .

Por comunidades, ninguna autonomía aumenta su precio pmedio en 2014. Lo s mayores descensos se han registrado en Aragón (-12,32%), Murcia (-12,15%), Asturias (-11,04%), Cataluña (-10,68%) y Galicia (-10,38%).

Castilla La Mancha tiene en estos momentos los precios más baratos, con una media de 1.019 euros/m2 y la vivienda más cara se encuentra, por término medio, en el País Vasco, con 2.936 euros/m2.

Por provincias, los mayores descensos interanuales se han producido en Pontevedra (-15,04%), Ávila (-14,50%), Tarragona (-14,04%), Córdoba (-13,75%) y Castellón (-13,57%).

 

En conclusión: si la población sigue envejeciendo, los pisos se mantienen en pie y las rentas de la gente no alcanzan a pagar lo que antes se pedía, la única respuesta lógica del mercado es que los precios continúen a la baja, empujados por una parte por quienes tienen necesidad de vender, mientras los posibles compradores se permiten esperar agazapados a la espera de la oportunidad que mejor les convenga.

No muy alentador, desde luego, pero terriblemente realista.

A ver si es cierto que el BCE nos inunda dinero y repuntan las hipotecas. Porque por otro camino, difícil lo veo.

 

Año de recuperación, ¿también para las hipotecas?

No es un naufragio, es un cambio de punto de vista.

No es un naufragio, es un cambio de punto de vista.

Empezamos nuevo año y lo empezamos con el triunfalismo del Gobierno respecto a los datos del paro, con un descenso de casi medio millón de personas.

En mi opinión, si los asesores del Gobierno piensan que a los españoles les interesa solamente la economía y eso salvará a al PP de pasar por la guillotina a la hora de las elecciones es que están aún más aislados de la calle de lo que parecía, pero vete a saber.

La cuestión, creo yo, no es que haya o deje de haber medio millón más de personas trabajando, sino explicar por qué con esas cifras el número total de horas trabajadas sigue cayendo, el total de los salarios percibidos por el factor trabajo sigue cuesta abajo y por qué las cotizaciones de la Seguridad Social se siguen reduciendo. Hay dos opciones: o nos ha atacado un bicho muy malo, con siete cabezas y once colas que hace que todo parezca más feo, o estamos entrando en situación de subempleo, es decir, cambiar un buen trabajo, a tiempo completo, con un bien sueldo, por varios trabajos de mierda, a tiempo parcial, y con salarios de miseria.

Como bien dijo Schacht en su momento, un país tiene problemas cuando la gente carece de trabajo y es pobre, pero los problemas realmente graves empiezan cuando la gente sigue siendo pobre después de haber encontrado un empleo. Y en esas estamos.

En cuanto a las hipotecas, veo difícil que se incremente sustancialmente el número de las que se conceden y precisamente pro lo que acabo de explicar más arriba: más personas trabajando con peores salarios no crea demanda solvente. Si a eso unimos la deflación, con sus dos efectos principales, que son el aplazamiento de las compras y el hecho de que el dinero que se debe cada vez vale más, no me parece que el panorama hipotecario se esté comenzando a despejar, sino todo lo contrario.

Habrá, por tanto, más insolvencias, aunque aún no sé cómo las disfrazarán. Seguirán bajando los pisos, salvo en ciertas zonas con mucha demanda, como quizás Madrid y algunas otras grandes ciudades, y la desigualdad, que tanto afecta a la economía, afectará también , y en cada vez mayor medida, al territorio.

Por cierto: otro día hablamos de lo que pasa cuando el petróleo baja de golpe. No, no es una buena noticia, aunque a muchos se lo parezca.

De momento, Feliz Año Nuevo.

 

 

Las hipotecas se recuperan

hipotecas

Dicen por estas tierras del norte que no hay mal que cien años dure, y a eso suele responderse que tampoco hay cuerpo que lo resista. Ambos tienen razón, por supuesto, pero cabe preguntarse si el repunte de las hipotecas tiene más que ver con una auténtica recuperación de la economía o con una superación del miedo.

Como podéis ver en la gráfica, procedente del Instituto Nacional de Estadística, el repunte no es como para tirar cohetes, pero es cierto, objetivamente cierto, que las hipotecas firmadas han dejado de caer y llevan unos cuantos meses en la senda de la mejoría.

Entre los posibles motivos, podemos citar tres opciones:

-Que las cosas vayan efectivamente mejor, haya más gente con trabajo y haya más gente que puede llegar a embarcarse en un proyecto a treinta años porque la solidez de sus puestos y sus ingresos haga que esto sea prudente.

Perdonadme, pero yo esta opción no la veo. El trabajo que se está creando es mayormente trabajo a tiempo parcial o con una disminución salarial. El número de trabajadores ha crecido, y de ahí el maquillaje de las cifras del paro, pero el número total de horas trabajadas sigue disminuyendo, lo mismo que los ingresos totales por el factor trabajo (que ocho cobran menos en total de lo que antes cobraban siete, para resumir)

-Que el factor pánico se haya reducido.

Cuando llega una crisis, parte de los efectos proceden de la propia crisis y otra parte procede del efecto pánico, lo mismo que en la bolsa. En esas situaciones, no sólo dejan de consumir los que se quedan sin ingresos, sino también los que mantienen intactas, o casi, sus posibilidades económicas y prefieren posponer sus decisiones por prudencia. En el caso de las hipotecas, la gente que todavía tiene dinero lleva mucho tiempo posponiendo la compra de la casa y las reducciones de precios parecen haberse desacelerado, con lo que puede haber llegado el momento de dar el paso adelante.

Me parece bastante plausible.

-La tercera opción es que los bancos están ahogados en dinero y tiene que sacarlo fuera de alguna manera, relajando sus exigencias.

Con el Banco Central Europeo prestando cerca del 0%, los bancos tienen que buscar de algún modo la rentabilidad en sus negocios y están haciendo de nuevo la vista gorda ante según qué clientes. Si te prestan el dinero al 0% y puedes prestarlo a una media del 3% o del 4% el negocio es muy bueno de nuevo, incluso con un porcentaje de impagados. Como la rentabilidad se reduce en todos los sectores, la banca anda como loca por buscare los mejores clientes y ofrece de nuevo condiciones que pueden ser muy atractivas para quien pueda pagar una buena entrada u ofrecer ciertas garantías.

Veremos lo que depara 2015. Desde aquí os deseo lo mejor para este año entrante, que no sé si será bueno o malo, pero lo auguro movidito.

 

La hipoteca y el divorcio en bromas

Encontrar una foto de un divorcio no es tan fácil...

Encontrar una foto de un divorcio no es tan fácil…

Esta crisis tiene tanta mano izquierda y tiene tantas manos que parece que lo que con una lo da, con otra lo quita.

Hasta ahora nos habíamos acostumbrado a leer que las dificultades económicas, el desempleo y la inseguridad estaba reduciendo el número de divorcios en España por el simple procedimiento de añadir paciencia al que no tiene claro a dónde irá si se separa.

Pues bien: también parece que lo contrario es cierto.

Según cuentan algunos asesores, se están empezando a extender los divorcios preventivos, esos en los que los dos cónyuges siguen llevándose estupendamente, comparten vida diaria y no discuten más de lo común, pero con la salvedad de que han pasado por el juzgado a disolver su matrimonio y simulan, ante sede judicial, batallar por sus bienes.

¿Y cual es la razón? Pues que cuando hay una hipoteca y no se paga en tiempo y forma, el banco te puede quitar la casa. Pero cuando hay una hipoteca y un divorcio, la ley entiende que el cónyuge que se queda con la casa está especialmente desprotegido, y la casa pasa a ser inembargable al menos hasta que los hijos cumplan la mayoría de edad.

Si resulta, por ejemplo, que el marido es el titular de la vivienda y cierra su empresa, es más que probable que la vivienda se le asigne a su esposa y a los niños. En este caso, la esposa y los hijos no podrán ser desahuciados por el banco, ya que ni son titulares de la vivienda ni responsables  de la deuda, con lo que la deuda del marido no puede perjudicar a los derechos de la esposa y menos aún a los de los menores.

En todo caso, y si el banco se empeña en mantener el embargo, podrá ejecutarlo, pero nunca podrá poner en la calle a sus ocupantes, con lo que los bancos, repentinamente, sienten unas enormes ganas de negociar cualquier cosa que se les proponga.

¿Y qué pasa mientras tanto con el esposo? Pues simple: que pasa, de una tacada, de ser marido a ser amante de la ocupante. Novio, rollete, o compañero sentimental.

¿Quién le va a prohibir a esa señora verse con quien quiera?

Qué país, oigan…

 

Una opción para no pagar la hipoteca

El padre de la idea

El padre de la idea

En este mundo litigante y litigioso, conde los políticos dejan a los jueces la función de gobernar, donde los empresarios dejan a los jueces la función de dirigir sus empresas y los trabajadores dejan a los jueces la obligación de defender sus derechos, era extraño que no se hubiese producido aún el trasvase hacia los jueces de la opción de no pagar las hipotecas.

Pero ya ha sucedido.

El antiguo juez Elpidio Silva, expulsado de la carrera judicial por un conflicto con Blesa (ya sabéis que en este país se echa a los jueces cuando atacan a según quién, ya sea el grupo PRISA o ya sea un banco, porque en eso no hay partidos diferentes) ha fundado un gabinete jurídico y ha lanzado su primera andanada contra la banca.

Es un poco complejo, pero trato de explicarlo.

La idea fundamental es que los bancos han titulizado sus hipotecas. Esto,  en forma de hipotecas subprime, es lo  que está en la base de la crisis de Lehman, que aún padecemos, consiste en empaquetar los créditos hipotecarios en otros productos financieros y venderlos como derivados. La jugada consiste en que los bancos sacan las hipotecas de su balance y las emplean como colateral para otras operaciones financiera.,

La gran pregunta jurídica es: una vez que los bancos han empaquetado las hipotecas en otros productos, y han vendido esos productos a tercero como colateral, ¿están los bancos legitimados parta pedir  el embargo de una vivienda tras el impago de la hipoteca?

O dicho en cristiano: Si los bancos han vendido a terceros la hipoteca, ¿les corresponde a ellos embargar la vivienda en caso de impago o será el propietario de esos títulos el único que pueda solicitar el desahucio?

La pregunta no es baladí, porque si los bancos no pueden solicitar la ejecución hipotecaria y deben hacerlo los tenedores del producto derivado, estamos ante el caso de que la propiedad de la hipoteca se ha fragmentado y no es tan fácil ejecutar la vivienda, ya que deberán ser los propietarios de este producto, todos y a la vez, los que soliciten la ejecución.

Como los bancos ya no son acreedores directos de esta deuda, deberían ser los acreedores de la deuda los que ostentasen los derechos de cobro. n¿Cómo es posible, jurídicamente, que el banco reclame una deuda de la que ya no es acreedor?

Esa es la pregunta que plantea Elpidio Silva y que os trasladamos hoy desde aquí.

Por mi parte, sin estar seguro de la respuesta, me parece que a algunos se les ha ido la mano con lo de los derivados financieros y que algo le ha salido mal, al menos en apariencia, al aprendiz de brujo…

El mercado inmobiliario y la flojera de la rentabilidad

Lo que va quedando...

Lo que va quedando…

Es un hecho: el capital anda errante por el mundo en busca de rentabilidad. La aversión al riesgo, que tantas veces hemos comentado, deja lugar poco a poco a la búsqueda de ese riesgo que convierta a cualquier inversión en un poco, un poquito más rentable que el viejo sistema del calcetín, los bajos del colchón o la teja del cobertizo.

El tipo de interés de los depósitos anda aproximadamente por el nada por ciento, y hay casos en los que hay que pagar incluso para dejar el dinero al banco, si se tienen en cuenta las comisiones, sisas, alcabalas y distintas limaduras. La bolsa parece que va subiendo, pero los dividendos no son lo que eran, la fiscalidad aprieta esas rentas y cualquier día puede venir el gran, enorme, glorioso batacazo que devuelva los valores de los mercados a una proporción razonable con los beneficios de las empresas.

¿Qué hacer, entonces, sobre todo si eres un fondo  de pensiones que tienes que pagar a tus viejos hoy y no en diez años?

La idea brillante que se les ha ocurrido a muchos es regresare al ladrillo y la hipoteca. Grandes males, viejos remedios.

Y con los particulares, sucede algo muy similar. ¿Dónde metes los cuatro duros que van quedando? Comprar un piso y tratar de rentabilizarlo vuelve a ser una opción, ahora que la bajada de precios ha metido un importante mordisco a los inmuebles de muchas ciudades.

Según las estadísticas de los notarios, el comprador típico de una vivienda es hoy un trabajador indefinido o autónomo de más de 45 años, que compra una vivienda de alrededor de cien mil euros y paga al contado, sin hipoteca, un 85% del importe de la vivienda. 

Su intención no es tanto especular con ella a la espera de que los precios vuelvan a subir como trata de sacarle un 5% anual, algo que en otros tiempos hubiese parecido poco y hoy se antoja una rentabilidad casi astronómica.

La hipoteca, por tanto, sigue en horas bajas: el comprador típico no es el que necesita la casa y se endeuda para ello, sino el que tiene el dinero y busca un lugar donde meterlo.

Por eso quizás, no acaban de bajar los alquileres tanto como se esperaba después del desplome de los precios de la vivienda en propiedad. Pero de eso ya hablaremos otro día.

El montante total hipotecario continúa cuesta abajo

Hasta un gato muerto rebota. Este no parece muy muerto, peor no quería herir sensibilidades....

Hasta un gato muerto rebota. Este no parece muy muerto, pero no quería herir sensibilidades….

En el mundo de la bolsa y las finanzas se dice que rebotar, lo que es rebotar, rebota hasta un gato muerto.

Eso es lo que le ha sucedido a las hipotecas en España, que este año han rebotado en agosto más de un 23%. La cifra, en principio, parece espectacular, pero mirándola más de cerca vemos que este incremento se produce sobre agosto del año anterior, el mes con menos hipotecas firmadas desde tiempos del rey Suintila.

Por otro lado, y si vamos al dato monetario, vemos que el total de la inversión hipotecaria en España se sigue reduciendo, porque se cancelan más hipotecas de las que abren nuevas, y las que se conceden son por un importe sustancialmente menor a las que amortizan.

Seguimos, por tanto, con el problema de la demanda solvente, que es lo que busca la banca. ¿Y qué es demanda solvente para la banca? Pues esta vez tenemos una valoración: unos dos mil euros al mes por unidad familiar, según la media de los bancos consultados por www.valoracion.es

Dos mil euros mensuales no parece mucho dinero, o no lo parecía en otro tiempo, pero habida cuenta de la reducción salarial que ha padecido España (y que no tiene visos de detenerse digan lo que digan de no sé qué recuperación) dos mil euros empieza a ser una cantidad bastante respetable,  que generalmente exige que trabajen dos miembros de la familia.

Y luego está el otro problema: que paga ganar dos mil euros hay que vivir, generalmente, en un lugar donde la vivienda es mucho más cara, con lo que a menudo no son suficientes.

Nos encontramos por tanto, una vez más, ante ese extraño fenómeno español: que los salarios bajan más que la vivienda, con lo que la breca de lo que es asequible y lo que no, continúa ampliándose.

¿Hasta cuando? No se sabe muy bien, peor mucho me temo que se igualen cuando ambas variables, precios y salarios, caigan de nuevo a la vez. Un pronóstico agorero, seguramente, peor no tengo otro.

 

Cómo se calcula realmente una hipoteca

Letra pequeña

Letra pequeña

En este blog, además de una calculadora de las mensualidades y un montón de herramientas más para calcular hipotecas, hemos hablado hasta la saciedad de la letra pequeña, la minúsucula, y la que desaparece completamente bajo una cagada de mosca.

La hipoteca, por supuesto, depende del Euribor, del Libor, del diferencial que se pague sobre esos índices, y de las condiciones añadidas que lleve, como seguros de vida, obligación de llevar al banco una nómina y todas los demás pequeñas triquiñuelas que los bancos usan para sacar dinero sin que lo parezca.

Sin embargo, el verdadero cálculo de la hipoteca hay que hacerlo en casa, manejando hipótesis, y las preguntas que realmente importa responder no están, a menudo, entre las que puede responder una calculadora o una hoja de amortizaciones.

Voy a recorrer brevemente algunas de estas preguntas que es forzoso realizarse.

-¿Qué parte de mis actuales ingresos se llevaría la hipoteca? Esta parece fácil, porque en teoría todo el mundo sabe cuánto entra en su casa.

-¿Qué renta disponible me dejaría la hipoteca? Esta parece más fácil, pero no lo es, porque ya son menos los que conocen su verdadera renta disponible. La renta disponible es el dinero que queda para gasto discrecional una vez cubiertas las obligaciones básicas de cada mes. Así que hay que sumar la media de los recibos de la luz, del agua, basura, teléfono, internet, comunidad, garaje, lo que se gaste habitualmente para comer, y entonces sumar la hipoteca y ver qué queda. Si lo que queda es muy ajustado, lo mejores pensárselo de nuevo.

¿Hasta qué tipo de interés puedo soportar?

Con los cálculos anteriores hay que ver hasta qué subida de los tipos de interés podemos soportar. Ahora el dinero está muy bajo, pero si firmamos una hipoteca a treinta años por el EURIBOR más un diferencial, hay que tener en cuenta que en treinta años el EURIBOR puede subir mucho más de lo que esperamos.

-¿Qué ocurriría si uno de los miembros de mi familia, o los dos, perdiesen su trabajo?

A veces la gente firma un contrato a 30 años y no se da cuenta de que en treinta años pueden pasar muchas cosas. Una hipoteca es una buena idea si en un caso moderadamente pesimista no nos vemos en la calle, con una mano delante y otra detrás. Si no es así, el riesgo es demasiado elevado.

-¿Qué pasaría con la hipoteca en caso de divorcio?

Esto puede sonar fatal cuando se piensa en comprar un pico poco después de una boda, pero los hechos indican que el 50% de los matrimonios acaban en divorcio, y hay que tener en cuenta esta variable.  Si en caso de ruptura del matrimonio la hipoteca no se puede pagar, mejor pensárselo detenidamente.

-Si en una emergencia necesito vender el piso, por un traslado o lo que sea, ¿cuánto tiempo me llevaría venderlo?

Cada mes que pagas de hipoteca mientras las circunstancias de obligan a vivir en otro sitio (y pagar un alquiler) es un daño que hay que calcular. Si se trata de la casa de tus sueños, pero no se la vas a a vender ni a Gandalf,  piénsatelo bien.

Repasaremos estas preguntas. Y quizás la última: ¿dónde está el puente más cercano, si todo falla?

Toda prudencia es poca.