Archivo de la categoría: Hipotecas

Cuando el Euribor sea negativo (que lo será)

Tampoco hace falta ponerse siempre pesimista...

Tampoco hace falta ponerse siempre pesimista…

Yo ya he hablado algunas veces de lo raro que me parece el sistema monetario actual y del parecido que hay entre el actual sistema bancario a la magia de la bruja Lola, sobre todo después del Tratado de Breton Woods. Pero como no quiero ser agorero, y para los hipotecados la noticia es buena, os cuento lo que hay.

Por lo que parece, en un par de sesiones más del banco Central Europeo, el tipo de interés interbancario, que es el que fija a la postre el precio de nuestras hipotecas, puede ser negativo.

De esta manera, la facilidad interbancaria de depósito pasaría a tipos entere el -0,2% y el  -0,5 % haciendo que los bancos limen de su propio diferencial las ganancias de las hipotecas. Para el hipotecado es una noticia fabulosa, por supuesto, y ahora es cuándo se ve la importancia de conseguir eliminar las cláusulas suelo, pero para la economía en su conjunto es un síntoma muy preocupante, porque ya no es que el abuelo esté entubado en la UVI, es que nos dicen que va a salir mañana y por lo pronto le están metiendo transfusión en vena para que no se quede seco.

En países muy pendientes de la deuda de las familias y con necesidad de demanda agregada, a lo mejor nos viene bien, así que celebrémoslo, y luego ya se verá. Los demás, que se lo vayan pensando, de todos modos, porque en el entorno no pinta bien.

En otros países, como Japón, la cosa no ha funcionado para relanzar la economía. Y en Europa no parece que tenga muchos visos de de ser la panacea. Pero poco le va a importar que el exceso de liquidez en la eurozona alcance ya los 500.000 millones de euros para el que no hay demanda  solvente, ni el hecho de que, de momento, el aumento de la circulación de dinero no haya llegado a quienes quieren gastarlo: la cuestión está en que esto es lo que saben hacer y es lo que van a hacer.

Dios nos coja confesados, se decía antes. Pero de momento, guay…

La hipoteca tras la morosidad. Hipoteca y ASNEF

Pozo para morosos

Pozo para morosos

Ahora que el mercado hipotecario repunta en algunos sitios, una de las preguntas más habituales es qué hacer para comprar una vivienda cuando quedan todavía secuelas de los malos tiempos, es decir, cuando por alguna deuda nos han incluido en alguna lista de morosos como  ASNEF.

De todos modos, y como hay muchas preguntas al respecto y quedó pendiente de algún artículo anterior, vamos a echar un ojo a lo que son estos registros de morosos.

1. ¿Cómo saber si nos han metido  en ASNEF?
Si una empresa con la que tienes una deuda te ha inscrito en ASNEF, tiene que informarte por correo certificado con un plazo mínimo de 30 días desde que te dio de alta en la lista. Es una obligación que a veces se salta, pero aún así conviene saber que existe, para ayudar en la posible reclamación.
Además, siempre es posible contactar con ASNEF-Equifax por correo electrónico (sac@equifax.es), correo postal (c/ Albasanz, 16, 28037 Madrid), fax (917 687 753) o teléfono (917 687 600 o 915 562 011) y preguntar qué ha sucedido.
2. ¿Cuánto cuesta saberlo?
Nada. Consultar la propia situación es gratis, aunque hay que acreditar la identidad del que consulta, aportando los datos que te vayan pidiendo. Todo bastante normal.
3. ¿Y quien puede consultar esa lista?

En general solo empresas, y sólo las que pagan una cuota para ello y cumplen algunas reglas. Los particulares no pueden consultar el estado de otras personas, al menos en teoría…
4. ¿Cual es la deuda mínima para que aparezcas?
No existe una deuda mínima. Puedes estar por diez mil euros, o pro quince euros, si el que te incluyó tuvo la voluntad de hacerlo pro ese importe.

5. ¿En qué puede perjudicarme estar en una lista de morosos?

Tendrás muchos más problemas para obtener un crédito, ya que el departamento de riesgo de las entidades prestamistas asumirá que concederte el préstamo conlleva un gran riesgo de impago. Además, ciertos bancos no permitirán, ni siquiera, el que abras una cuenta en ninguna de sus sucursales.

6. ¿Entonces ya nadie me concederá otro préstamo?
Ningún banco te concederá un préstamo hasta que tu nombre no sea borrado de ASNEF, pero todavía puedes pedir dinero a prestamistas privados. Lo primero, por supuesto, es tratar de salir del esas listas, y si no, buscar alguna de esas empresas que conceden préstamos con asnef, pero tendiendo en cuenta que va a salir más caro y va a suponer muchos límites y dificultades que de otro modo podríamos evitar. O sea, que lo más barato suele ser pagar.

7. Una vez pague, ¿cuánto tardarán en borrarme?

Deberían hacerlo el mismo día que pagues, pero con la cosa de los trámites y demás pueden tardar hasta un mes.. No obstante, recibirás una respuesta obligatoriamente en menos de 10 días.

8. ¿Y puedo seguir en la lista después de pagar?

Pues sí: a veces se mantiene una lista de antiguos morosos, y pueden tenerte en ella hasta seis años, pero no tiene los mismos efectos que la otra y no es normal.
pero tenlo claro: si estás en la lista de morosos, no hay hipoteca que valga…

 

Los pisos invendibles. Ese lastre.

En medio de ningún lado...

En medio de ningún lado…

Alertaban estos días diversas compañías financieras de que el problema del sector inmobiliario español está en un enorme contingente de pisos invendibles, que presionan a la baja el precio del resto, la tasación inmobiliaria general de las carteras y la posibilidad de abordar nuevas promociones.

La verdad es que a veces me quedo un poco sorprendido con estas cosas y me pregunto cómo es que hay gente que vive de decir obviedades, pero mirando el tema más de cerca, y estando como estamos en un blog de hipotecas, el apunte merece una mirada más cercana.

Por partes:

-1- En España, hoy como siempre, y lo mismo que en Beluchistán, se venden los buenos pisos y no se venden los malos. Que un piso sea bueno o malo depende fundamentalmente de su calidad, de su precio, de los vecinos que tengas y primordialmente de su localización. ¿Cuales son los pisos invendibles? Aquellos que, fundamentalmente por su localización, no van a encontrar comprador nunca jamás.

-2- ¿Por qué hay localizaciones invendibles? Porque hay lugares de España, cada día más, abandonados de la mano de dios y del gobierno. Lugares que pagan impuestos y no reciben nada a cambio. Lugares sin trabajo, ni servicios, ni atención de ningún tipo. Porque estamos concentrando la riqueza en manos de unas pocas localizaciones geográficas igual que la concentramos en manos de unos pocos individuos o grupos empresariales. Porque la desigualdad es parte de nuestro himno.

-3- ¿Por qué se construyó en lugares invendibles? Porque el piso no era un fin sino un medio. Un medio para conceder hipotecas que ayudasen a cobrar bonus, para obtener préstamos sin intención de ser devueltos y para saquear cajas de ahorros que luego serían rescatadas con el dinero de todos. Se construyó en lugares invendibles porque lo que importaba era que el arquitecto cobrase el proyecto, los obreros los jornales y los políticos la recalificación del terreno, importándole un pimiento el resto a todo el mundo, desde la madre del obrero que tenía un buen jornal al ciudadano de a pie que veía cómo subía el chamizo heredado de su abuela.

-4- ¿Qué se puede hacer? Las compañías financieras hablan de abordar directamente demoliciones, lo que viene a ser el equivalente inmobiliario de quemar el trigo para que no baje de precio.

-5- ¿Mi opinión? ¡Y una mierda! Porque para poder derribarlos alguien tiene que comprarlos previamente u obtener una ventaja fiscal para darlos de baja y no estoy dispuesto a que me vuelvan a sangrar con esa historia. Que hagan más atractivas esas zonas para que los pisos dejen de ser invendibles, o que apechuguen.

Proclamo.

Hipoteca y reunificación de deudas

Español típico abriendo la puerta al rescate...

Español típico abriendo la puerta a una reunificación de deuda

La reunificación de deudas consiste, fundamentalmente, en constituir una nueva hipoteca sobre la vivienda de modo que en ella se engloben las demás deudas de la familia, desde las tarjetas de crédito, a  las letras del coche o cualquier otra deuda que se pueda tener.

En principio, suena bien, porque se trata de evitar productos financieros con costes muy altos y sustituirlos por otro de un coste mucho menor, como la hipoteca, que siempre es un producto más barato ya que lleva aparejada la vivienda como garantía. Pero sustituir productos caros por otros baratos no siempre es buena idea, porque al final, el montante de lo que se va a pagar es muy superior, ya que una hipoteca es una deuda a muy largo plazo mientras las tarjetas o los coches se reintegran a un plazo menor.

El problema de este producto es que se suele usar para lo que no se debe: o sea, para ganar tiempo. Algunas familias, muy agobiadas por su situación temporal, quieren reducir la cuota mensual para ir tirando un tiempo a ver si las cosas mejoran. Desde luego, entre susto muerte, está bien elegir susto, pero hay que tener claro que el monto total aumenta y que las entidades que hoy en día se ocupan de la reunificación de deudas suelen poner unas condiciones más allá de lo draconiano, pues los bancos no están nada o casi nada interesados en perfiles de cliente de este tipo.

Además, la reunificación de deudas es muy cara ya de por sí, pues obliga a cancelar todos los créditos anteriores, con su cotes de papeleo, y sustituirlo por uno nuevo que, las más de las veces, tiene que pagar nuevas escrituras y hasta nuevos impuestos.

Sí, se lo que estáis pensando;: es una cosa a la que acudir cuando estás muy jorobado y después ya se verá. Pero tened en cuenta que eso también lo piensan ellos y ya procuran atornillar las cláusulas todo lo que pueden y más, y elegir muy bien a sus clientes. o sea que si pensáis marcharon a Bolivia, dejando aquí el marrón, tened en cuenta que eso también lo han pensado ellos y que de alguna manera os lo están cobrando.

En cualquier caso, tened en cuenta una cosa: que los prestamistas privados son peligrosos, porque saben más que vosotros y están ahí para cobrar lo suyo, los intereses y lo que no habíais imaginado, y que en España la ley no dice claramente lo que es la usura, así que, antes de nada, os leéis el Mercader de Venecia, de Shakespeare, y luego hablamos…

Por si acaso.

Cuando la mejora no mejora

¿Quién lo iba a decir?

¿Quién lo iba a decir?

Las hipotecas pueden llevar poco a poco, muy lentamente, el mismo camino que llevan las pensiones: que con el paso del tiempo resulta que el verdadero problemas está en que no hay inflación, sino deflación, con lo que las cargas, en vez de reducirse paulatinamente por el paso del tiempo, se van incrementando con una realidad que nadie tenía prevista.

Digámoslo claro: buena parte de la gente que firmó una hipoteca a treinta años no calculó muy bien los riesgos que ese inmenso plazo implica. No calculó que uno de los dos miembros de la pareja podía quedarse en el paro. No calculó que podían separarse. No calculó que el valor de la vivienda podía reducirse (porque los pisos no bajaban nunca) y no calculó que los salarios, en vez de subir un poquito cada año (mientras la hipoteca permanecía fija), podían reducirse un poquito cada año, mientras la hipoteca, igualmente fija, apretaba cada vez un poco más.

El problema lo estamos viendo muy de cerca en lso datos de la Seguridad Social y su tesorería, que tenía previsto que con la mejora del empleo y la actividad  sus ingresos aumentasen casi un 7% mientras que sus gastos aumentaban alrededor de un 2,5% debido a las nuevas pensiones que debían pagarse, etc. ¿Y cual ha sido la realidad? Que aunque el empleo ha crecido alrededor de un 3%, los ingresos sólo han aumentado en un 0,7%, o sea, seis puntos y medio menos de lo previsto. La razón es clara: las pensiones y sus cuentas estaban calculadas para una base de cotización medio de 1080 € y resulta que los españoles cobran un salario muy inferior a eso.

El agujero final de la Seguridad social es de casi cinco mil trescientos millones de euros, y habrá que tirar una vez más de la depauperada hucha, esa hucha que, invertida en deuda pública, ya casi no ofrece ningún rendimiento, porque los tipos de interés son extremadamente bajos (y que sigan así, por dios, o nos estrellamos con todo el equipo…)

Estamos ante una reducción de salarios sin precedentes. Estamos ante el fenómeno, de todos conocido, de que tras cambiar de trabajo, o tras volver al mercado laboral después de pasar un tiempo en el paro, no hay manera de seguir cobrando lo que se cobraba en el anterior, sino siempre un poco o un mucho menos. Estamos ante la realidad de que al jubilarse un trabajador que cobraba mil seiscientos euros se le sustituye por otro de ochocientos veinticinco, o por un becario de cuatrocientos.

Y así no pueden salir las cuentas de la Seguridad Social. Ni las de la hipoteca, ni las de nada en absoluto… Así es como quiebran las cuentas públicas, como cierran las panaderías de barrio y como todo se complica lentamente mientras se supone que nos recuperamos.

Y eso es lo malo: que cuando la mejorar no mejora, el empeoramiento puede ser mortal.

 

 

La hipoteca y el “dime con quién andas”

Cosas primitivas

Cosas primitivas

Yo ya sé de qué va este tema porque, como escritor, me encontré con que una editorial me exigió tener obligatoriamente un perfil en Facebook y otro en Twitter para poder así conocer mi popularidad, la gente que me seguía y si era un tío popular o no.

Pero ahora parece que la cosa va aún más lejos y algunos bancos, más concretamente sus departamentos de evaluación de riesgos, están utilizando las redes sociales para determinar la solvencia de los posible prestatarios.

O eso es lo que se comenta, al menos, desde que Facebook solicitó una patente para poder determinar la solvencia de tu grupo de amigos. En principio, se trata de un proyecto simplemente experimental, pero ya sabemos cómo van estas cosas del big data: lo que se puede hacer se llegará a hacer, y me consta que ya se miran los perfiles sociales de los trabajadores para saber qué clase de amistades tiene y qué clase de vida llevan.

¿Por qué no iban a hacer lo mismo los bancos antes de conceder una hipoteca?  ¿Por qué no iban a tratar de enterarse de si la persona que pide el dinero tiene una conducta ordenada o se convertirá, pro contra, en un tipo problemático dentro de poco tiempo?

Hay muchas cosas que mirar en internet: desde la frecuencia y escala Richter de las juergas a la promiscuidad con las parejas. Todo lo que lleve a aumentar la inestabilidad en la vida del individuo es peligroso: cambios de trabajo frecuentes, broncas con la pareja, etc. Al banco lo que le gusta es la gente modosita, con plaza de funcionario en el servicio de aguas de una ciudad mediana y una sola pareja, sin riesgo de divorcio, que rebaje la solvencia crediticia.

O sea, que si vas a pedir una hipoteca, procura que Bill gates o alguien así te acepte como amigo.Te ayudará bastante… Y si no puedes conseguir algo tan llamativo, por lo menos procura ue trascioendan de ti los menos datos “complicados”· posibles, porque a los bancos tampoco les gusta la gente que sale con los calzoncillos por la cabeza…

 

¿Qué hacemos al terminar de pagar la hipoteca?

Venga, que ya queda poco...

Venga, que ya queda poco…

Ya sé que para muchos, casi todos nosotros, esta es una pregunta de ciencia ficción, o casi, pero también conviene saber qué hay que hacer cuando al fin la hipoteca se ha pagado. Vamos a ello.

En primer lugar, hay que saber que la hipoteca no se muere sola por mucho que esté pegada. Va a seguir figurando en el registro y se va a convertir en un problema el día que que se quiera vender la casa, o pedir un préstamos sobre ella, o dejarla en herencia. O sea, que si nuestra opciones no hacer nada y pasar de todo, está muy bien y estamos en nuestro derecho, pero no nos lamentemos luego si este trámite viene en un momento de apretón y nos dicen que vamos a perder una semana con él.

Si preferimos quitárnosla de encima, entonces le podemos decir al banco que la anule, pero aquí se da la curiosa circunstancia de que el banco tiene la obligación de hacerlo, pero no es gratis, así que nos puede pasar una curiosa factura de gestora por los trámites. En todo caso, para subempleados, aburridos, parados y caballeros andantes de la ventanilla, estos son los trámites que se necesitan, por si queremos hacerlo nosotros mismos:

Lo primero que hay que hacer es ir al banco y solicitar un certificado de saldo de deuda cero. Esto nos lo tienen que dar y nos lo tienen que dar gratis, así que empezamos bien.

Lo malo viene ahora, porque con ese certificado hay que ir a un notario (donde nada es gratis) y solicitar la escritura de cancelación, que tiene que venir, además, firmada pro el apoderado del banco, lo que nos hace preguntarnos para qué puñetas sirve el certificado. pero vale.

Cuando todo eso está acabado, hay que ir a rellenar el formulario del impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados en Hacienda. No hay que pagar nada, porque este supuesto está exento, pero el papelote hay que hacerlo igual.

Tras esto, vamos al notario, recogemos la escritura (previo paso por caja, desde luego) y nos vamos al registro con todo eso, para que nos desinscriban, anulen o fumiguen la hipoteca.

Y se supone que ya está, pero seguro que ahora comprendéis pro qué tanta gente prefiere olvidarse del asunto, y ay se verá el día que haga falta…

 

¿Y si el banco te perdona una parte de la hipoteca?

Rygel XVI, rey de las hipotecas

Rygel XVI, rey de las hipotecas

Sí, lo reconozco, además de novelista he sido también escritor de ciencia ficción, aunque nunca haya publicado nada de ese género. Todo se andará…

Sin embargo, en este caso, no se trata de una película de marcianos, sino de algo más real.

Como sabéis, Catalunya Banc se fue al carajo. Se puede decir mucho más bonito o con más palabras, pero lo cierto es que se fue a la p0rra. Después, en ese proceso de reflotado, rescate, transfusión o como os guste llamarlo, pero que nos costó una burrada de millones a todos los españoles, este banco vendió su cartera hipotecaria a Blackstone, una financiera americana.

Por tanto, en este momento, es Blackstone quien gestiona las hipotecas de Catalunya Banc.

Pues bien: Blackstone ha comenzado a enviar cartas a algunos de sus clientes ofreciéndoles una quita en la hipoteca. Sí, habéis leído bien: que si pagas todo lo que falta por pagar, y lo pagas de una sola vez, te quitan el 10% de lo que te quede. O sea, que si todavía te quedan 100.000 euros de saldo hipotecario, pgas 90.000 y te olvidas de todo.

Esta oferta parece dirigida a reducir las tasas de morosidad y a poder sacar de su balance algunos clientes de dudoso cobro, con lo que parece que a ellos les sale rentable perder una parte del dinero (y todos los intereses) a cambio de perder de vista al cliente y reducir esa parte de su balance. O sea, que cualquier cosa con tal de eliminar la piedra en el camino que suponen los saldos dudosos a largo plazo…

Aunque bien pensado, cuando pasan estas cosas es como para echarse a temblar… Sobre todo si se tienen malos pensamientos y se sospecha que un banco que hace algo así no tiene mucha confianza en el futuro que digamos, ¿no?

En cualquier caso, y viendo pro dónde van los tiros, mirad a ver lo que puede ofreceros vuestro banco. Nunca está de más contar con ideas frescas…

Hipoteca, banca, y beneficios

A saber quién la lanzó ahí

A saber quién la lanzó ahí

Hablaban el otro día los dirigentes de la banca, con gran orgullo, de que el primer semestre del año había sido muy bueno para su cuenta de resultados. De hecho, estos han subido, de media, más de un veinte por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Y luego, como de pasada, añadían que lo que no había aumentado era el crédito, porque todavía era pronto para que los esfuerzos de liquidez del Banco Central Europeo llegaran a Pymes y particulares.

Lo que uno se pregunta al escuchar estas cosas, es de dónde demonios proceden los beneficios de la banca, si las hipotecas siguen a un tipo de interés mínimo, la construcción repunta, pero poco, y como ellos mismos confiesan el crédito no acaba de llegar a la calle, o no a la calle donde vivimos la mayoría.

La respuesta no puede ser única, ni tampoco se puede simplificar en un par de frases, pero pasa sin duda por el nuevo modelo de banca, ese del que ya hemos hablado por aquí alguna vez y que consiste en expulsa de la sucursal al cliente que no use tarjeta de crédito, no contrate seguros, y no le guste pagar comisiones. Los bancos lo han visto claro: el buen cliente no es el que lleva dinero a la ventanilla, porque dinero ya se lo da todo el que quieran el Banco Central Europeo, sino el que deja beneficios pagando comisiones o comprando otros productos.

¿Y la hipoteca?

La hipoteca es un producto que en sí misma interesa cada vez menos, pero que fideliza al cliente por muchos años y que, con un poco de márketing puede ayudar a vender seguros de vida, domiciliar recibos y tratar de colocar muchos productos más, pero lo que es en sí misma, en margen de beneficios, no termina de ser interesante.

Al final, la gran sospecha pasa proque los bancos obtienen sus beneficios, esos que mejoran, a fuerza inventarse comisiones raras y, obre todo, a fuerza de pedir dinero prestado a Draghi para luego comprar deuda pública a un tipo de interés muy superior al que ellos pagan. O dicho de otro modo: en coger el dinero de Draghi, que es una institución pública, para que luego los ciudadanos, todos y a escote, les paguemos a ellos en intereses de deuda pública más de lo que en un principio deberíamos pagar si eliminásemos ese inútil intermediario.

Un negocio redondo…

 

 

La hipoteca y los drones

ese bicho que ataca y se va

ese bicho que ataca y se va

A pesar del extraño título que lo encabeza, pretendo que este artículo sea muy de andar por casa. Así que me dejo de florituras y entro en materia.

El mayor problema de las hipotecas es que se concedieron sobre tasaciones que no tienen nada que ver con el valor real a precios de mercado de las viviendas. Sin embargo, para aliviar esa carga, el tipo de interés ha descendido enormemente en los últimos años hasta acercarse a la nada o a esas cláusulas suelo de las que tantas veces hemos hablado.

Hasta ahí, una de cal y una de arena. La cuestión, para mí principal, es que a pesar de que los intereses se han reducido haciendo disminuir las cuotas, los salarios, o los ingresos de los hipotecados, no han aumentado en la necesaria proporción estos años. parte de la jugada de la hipoteca, al menos mentalmente, consistía en que cada año que pasar la cuota sería menos dolorosa por el normal aumento de los precios y de los salarios. No ha sido así.

Por tanto, el problema real, el que ha llevado al país a endeudarse hasta la locura y a los ciudadanos a apretarse el cinturón hasta la asfixia, es el bajo nivel salarial. No se trata solamente de que no haya trabajo, sino que no es posible encontrar hoy un empleo en el que te paguen el mismo salario (no ya uno mayor, sino el mismo) que hace cinco años.

¿Y pro qué? Porque muchos empleos han sido atacados por drones. Se llama drones a las empresas de la competencia que basándose en abaratar costes o en la falta de regulación, atacan un sector, lo explotan, obtienen los beneficios y se van sin que se pueda hacer nada por combatirlos. ¿Qué puede hacer un abogado recién licenciado para evitar que los bufetes utilicen a personas sin preparación que simplemente tienen que buscar sentencias en bases de datos? ¿Cómo evita un arquitecto recién licenciado que pongan a trabajar con Autocad a un tipo con solamente el bachiller? ¿qué hace un ferretero para competir con el chino de al lado? ¿Cómo consigue un fotógrafo que alguien pague por sus fotografías’ ¿Qué puede hacer un librero para competir con Amazon? ¿qué puede hacer un obrero industrial cuando se automatiza su planta y lo sustituyen por un robot?

Hay desde luego muchas soluciones imaginativas, pero son siempre  anecdóticas o marginales y no consiguen evitar que poco a poco el factor trabajo tenga cada vez un peso menor y se paguen cada día menores salarios.

Y sin salarios no hay demanda, sin demanda no hay economía, y sin economía, demanda y salarios no hay dios que pague la hipoteca.

El mordisco de la cláusula suelo

Un suelo desagradable

Un suelo desagradable

Según el estudio realizado por el bufete Martínez-Echevarria Abogados, en España hay tres millones de familias afectadas por las cláusulas suelo, las cuales pagan 6.000 millones de euros de más al año por su hipoteca. No estamos hablando , por lo tanto, del chocolate del loro ni de una minucia a la que se da mucho bombo, como se piensa a veces.

Como sabéis, esta cláusula impide que los afectados por este tipo de cláusulas puedan beneficiarse de las bajadas del Euribor. Los bancos, que han visto las orejas al lobo y en sede judicial, están dispuestos a renegociar esta cláusula siempre que los afectados no pidan la devolución de las cantidades cobradas hasta el momento: es decir, que te quitan la cláusula a partir de ahora pero no están dispuestos en modo alguno a hablar de lo que han cobrado de más.

Para ello, y cubriéndose las espaldas, muchos bancos están formando un documento con los clientes quitándoles la cláusula suelo a cambio de que el hipotecado se dé por satisfecho y renuncie a cualquier acción posterior. Le podemos llamar de muchas maneras, pero es un truco para no tener que devolver lo cobrado en exceso si, como se prevé, la Justicia da la razón a los afectados. Y encima lo venden como un favor al cliente, que normalmente no se ha enterado aún de nada y acepta el trato de mil amores, pensando que se han portado como caballeros.

Por todo ello, y dado que la decisión final sobre el asunto no puede retrasarse mucho, creo que conviene esperar, siempre y cuando no se esté tan ahogado como para necesitar de inmediato que se elimine esa cantidad que se está pagando de más. O si no, lo mejor es ir reclamando, porque ahora están más suaves que nunca. O eso parece.

Hipoteca, desahucio y externalidad

Redistribución de la riqueza.

Redistribución de la riqueza.

Los que lleváis mucho tiempo leyéndome os vais a a quedar un poco sorprendidos con este artículo, pero de vez en cuando hay que cambiar la parte del cerebro con la que se piensa, para no caer en aquelloq eu decñía Ortega: “ser de derechas, como asr de izquierdas, son simplemente dos manera de ser idiota. Se trata de dos formas de hemiplejia moral”.

Dicho esto, vamos a ver lo que es una externalidad, porque se trata de un concepto clave en economía. Externalidad es un coste que se echa fuera, de modo que quien realiza un actividad obtiene los beneficios de ella, pero no paga todos los gastos o perjuicios derivados de esa actividad.

La externalidad más típica es la contaminación atmosférica: una empresa gana dinero produciendo plásticos, pero no paga como un coste más el aire que mancha. Paga impuestos: pero también paga impuestos la empresa de jardinería que pone bonita la ciudad. Los impuestos no pagan externalidades.

Pues bien, con las normas sociales actuales y la legislación vigente en cuanto a derechos de las personas, cabe afirmar que los bancos , al desahuciar a al deudor hipotecario de un piso, generan una externalidad.

¿Por qué? El banco tiene un negocio. Ok. El banco calcula los riesgos, pide los papeles y obtiene y reparte los beneficios. Ok. ¿Y pro qué cuando el negocio va mal hace que el deudor quede en la calle, para que tenga que ser sostenido por las arcas públicas? ¿Quién paga los servicios sociales y las viviendas sociales? ¿Quien va a tener que acoger, vestir y alimentar a los niños de esas familias? Todos. ¿Y por qué pagamos todos los negocios que salen mal a los bancos?

Si existiera la figura del fusilamiento al amanecer del que es desahuciado, el banco podría lavarse las manos, o pedir su libra de carne, pero como esas figuras no existen, el banco traslada parte de sus costes a la sociedad, esta vez en forma de problemas sociales. Una forma de contaminación social, por decirlo de algún modo.

Y pagamos todos. Una vez más. Otra.