Si tenemos en nuestros planes realizar inversiones mediante adquirir algún bien inmueble es muy importante que consideremos que existen diversos esquemas de inversión, en unos vendemos el inmueble a un precio superior, mientras que en otros casos nuestra finalidad es la de rentar la misma construcción. En este articulo nos centraremos en esta última opción, por lo que haremos alusión a los distintos tipos de contratos que existen.

La primera opción que tenemos si nuestra finalidad es la de rentar nuestro inmueble, es realizar contratos temporales, esto implica que los periodos que se obliga al arrendatario a pagar el alquiler son cortos, por lo general de medio año o menos.

Este esquema es utilizado para poder maximizar la rentabilidad de la inversión, sin embargo, también se requiere de un mejor control, pues hay que considerar que cuando un contrato termine, debemos encontrar quien sustituya al inquilino, esto de forma casi inmediata, con la finalidad de no desperdiciar tiempo y dinero. Por lo general este tipo de inmuebles deben de tener un fácil acceso a los centros turísticos o a las zonas comerciales de la ciudad, de esta manera resultaran mucho más atractivos y fáciles de rentar.

Otra opción que tenemos son los contratos largos, los cuales suelen ser de 36 meses, es decir 3 años; en este tipo de esquema lo más común es adquirir un inmueble que resulte amplio y cómodo, pues la finalidad es que el inquilino disfrute su estancia durante un periodo de tiempo mucho mayor.

Una de las inversiones más redituables que podemos encontrar en la actualidad son las del sector inmobiliario, y la razón de esto es que ofrece bastante ventajas y un sistema que se adapta a nuestras necesidades propias, así que para poder adentrarnos en el mundo de las inversiones inmobiliarias es importante conocer los beneficios que podemos obtener.

Lo primero que hay que considerar es que, con la finalidad de poder obtener ganancias de una de estas construcciones, hay que aclarar nuestro objetivo para el próximo año, veras, el esquema bajo el que se puede adaptar una construcción puede ser a corto, mediano o largo plazo.

Primeramente, nos podemos encontrar con la opción a largo plazo, en esta nuestra construcción tendrá la finalidad de ser adquirida antes del cierre del 2017, para poder venderla en un plazo mayor a dos años con la finalidad de poder obtener una ganancia significativa de dicha venta.

La opción a mediano plazo es adquirir la vivienda para poder rentarla durante un periodo de tiempo, para luego poder venderla, se considera a mediano plazo ya que el retorno de la inversión comienza a verse desde antes que si simplemente se comprara para venderse. Este esquema es uno de los favoritos, pues nos da la opción de decidir el plazo en el que queremos recuperar y ganar

Por último, nos encontramos con una opción a corto plazo, la cual es adquirir el inmueble solo para rentarlo, y se considera a corto plazo porque las ganancias se ven reflejadas desde el comienzo.

La necesidad de economizar es inherente a lo que quieres lograr con respecto a tus finanzas. No podremos ahorrar esperando guardar lo que nos sobre si apenas nos alcanza para nuestro nivel de vida, y más con la crisis.

El comenzar a ahorrar te traerá beneficios para poder invertir y así lograr mejorar la entrada de recursos; mientras más pronto comiences los resultados serán a corto plazo y te disciplinarás para lograr los objetivos que te plantees.

Para iniciar este proceso, debes iniciar apegándote estrictamente a lo que ganas, dejando una cantidad marcada para el ahorro, de la cual no debes echar mano bajo ninguna circunstancia.

Otra manera es aumentar tus ingresos con otros pequeños empleos que no te signifiquen mucho tiempo aunque la paga sea pequeña.

Un correcto balance entre las entradas y los gastos te servirá de guía para decidir cuándo es que puedes guardar. Evita contraer deudas que te enganchen. Existen compras tramposas que te cobran intereses altos, piénsalo dos veces y pregúntate si en verdad lo necesitas o si puedes suplirlo.

Cuándo has logrado una buena cantidad, te puede dar un rendimiento que puedes continuar reinvirtiendo y esto ocasiona un buen hábito cuando te enseñas a manejar estas cuentas, es un reto el ahorrar y lograrás un aumento considerable en tus ahorros.

Si te acostumbras a vivir más modestamente y encontrar diversiones sencillas valorando lo que posees, te será más fácil lograr tus objetivos y con un buen ahorro podrás invertir cada vez con mejores rendimientos.

Actualmente la crisis económica mundial nos tiene estresados. Aun teniendo un trabajo bien remunerado es difícil tener un ahorro objetivo para hacer viajes, renovar tu casa, o simplemente tener un colchón para cualquier imprevisto.

Es más difícil cuando estás acostumbrado a llevar una vida sin control en el sentido económico, ya que tendrás que tomarte tiempo para analizar que es lo que tienes que sacrificar o nada mas organizar para que veas los resultados relativamente a corto plazo.

En lo que siempre se habla de ahorrar es en electricidad, agua, gas, gasolina, estacionamiento, transporte, principalmente. Pero existen otras cosas que también nos pueden reportan un ahorro significativo.

Estos son la disminución de productos de consumo que no son de primera necesidad, lo que invertimos en ocio; las salidas a bares y restaurantes, la ropa y accesorios que no tengan ofertas.

Los gastos en alimentación también se pueden controlar, comparando precios y comprando lo de temporada. No es necesario que gastes en transporte para investigar estos precios, es posible pedir ayuda a tus amigos o conocidos que te recomendarán los lugares más económicos que quizá queden más alejados de tu casa, así tendrías que comparar y calcular gastos de transportación.

Ni que decir de las compras por impulso, o que son compradas por su bajo costo aunque no lo necesites ni te guste. Lo mismo son las compras online. Son una verdadera tentación que podrías evitar si no entras en esos portales.

Finalmente lo importante es que analices a fondo en dónde existen los malos hábitos de consumo y logres superarlos.