Archivo del Autor: Edmart Rusan

El PSOE quiere, ahora, regular las hipotecas

A buenas horas mangas verdes

A buenas horas mangas verdes

A pesar de buffet libre que el PSOE ofreció a las entidades financieras durante los años que ostentó el poder ahora intenta cubrirse de gloria presentando ante el Parlamento, o mejor dicho, ante los medios de comunicación, toda una serie de medidas que buscan la protección de las familias hipotecadas.

Lo que llama la atención es que estas propuestas se hagan ahora cuando el poder está en manos de otros, y que no se hicieran cuando realmente tenían poder de decisión y de haber cambiado, de hecho, las cosas. Debe de tratarse del mal endémico del político, no sólo español, sino a nivel mundial.

De cualquier forma, hay que reconocer que las propuestas que ahora aparecen en el ideario socialista tienen un sentido y deberían de ser tomadas en cuenta.

La primera, y probablemente, más importante es impedir por ley que las cuotas hipotecarias puedan superar el 50% de los ingresos familiares, con lo que se garantiza cierta sostenibilidad de las finanzas familiares y que no se caigan en las situaciones surrealistas que aparecieron en el momento del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Otra medida interesante es evitar que una hipoteca pueda tener un plazo superior a los 30 años, con lo que se evitan dos cosas. Por un lado, que una cuota excesivamente baja pueda ser tentadora para una familia a la hora de entrar en un producto hipotecario que no se puede permitir, y, segundo, conseguir que los intereses pagados por dicha familia no sean excesivos, ya que el plazo de amortización es un parámetro fundamental a la hora de medir el pago de intereses.

Por otro lado, el PSOE también intenta evitar que los bancos se puedan apropiar de las viviendas embargadas por el 50% de su valor, como sucede en estos momentos, lo que les está produciendo una doble ganancia, el piso embargado y la hipoteca que se mantiene.

De esta manera, la propuesta socialista es que no se pueda obtener el pleno dominio de una vivienda por debajo del valor de hipoteca del mismo, con lo que se garantiza que las entidades financieras no tengan incentivos para acudir a la subastas públicas.

En definitiva, a buenas horas mangas verdes, pero al menos es un paso adelante, más demagógico que otra cosa, eso sí, pero que puede servir para que se inicie el camino correcto, al fin.

El engañabobos del Euríbor

Que no nos cuenten milongas

Que no nos cuenten milongas

A pesar de que todos nos podríamos estar frotando las manos con la caída en picado del Euríbor, principal índice de referencia de las hipotecas europeas, lo cierto es que todas aquellas familias que se están planteando la contratación de un producto hipotecario se están encontrando de lleno con unos diferenciales claramente inasumibles, no ya solo para sus presupuestos, sino para cualquier presupuesto medianamente restringido.

Y es que según denuncian varias organizaciones de consumidores nos estamos encontrando con diferenciales de hasta el 5%, lo cuál está disparando el tipo de interés para muchas hipotecas contratadas en estos momentos de hasta el 6%, o incluso más, con lo que lejos de poder estar contentos con un Euríbor las nuevas hipotecas no pueden otra cosa más que maldecirlo.

Por otro lado, las familias que ya tienen una hipoteca contratada tampoco se están pudiendo beneficiar de la caída del Euríbor, al menos no todas y no en toda su extensión, por culpa de la cláusula suelo que se sigue aplicando en muchas hipotecas, a pesar de que ya hay numerosas sentencias condenatorias contra esta práctica abusiva.

Así que, en general, podemos decir que las familias que se están beneficiando de la caída del Euríbor son una minoría, por lo que las buenas noticias con las que nos bombardean los medios de comunicación al respecto no son más que ruido mediático que no va a ningún lado más allá del propio ruido que generan, sin ningún eco en la realidad del día a día de la sociedad.

Eso sí, las familias que tienen contratada una hipoteca y la enorme fortuna de no sufrir el martirio de la cláusula suelo, pueden disfrutar de una reducción importante en su cuota mensual, con un ahorro anual que, dependiendo del importe de la hipoteca, puede situarse en el entorno de los 1.000 euros, cifra nada desdeñable para los tiempos que corren.

En definitiva, no todos los titulares de prensa ofrecen la rigurosidad que podríamos exigir y lanzan las campanas al vuelo antes de analizar en detalle la realidad del propio titular, la situación que realmente genera una u otra circunstancia.

La morosidad hipotecaria también comienza a incrementarse

Las cuentas no le salen a nadie

Las cuentas no le salen a nadie

La morosidad de las familias hipotecadas parece que ha dejado para otro momento su contención habitual y ha comenzado a incrementarse de manera importante, concretamente, un 26% durante este pasado mes de junio, hasta situarse en el 3,24%, que aunque parece elevado lo cierto es que se trata de una tasa más que interesante en comparación con otros sectores de la economía.

De hecho, las entidades financieras, aunque han secado el flujo de crédito siguen apostando por las hipotecas, concedidas de una manera mucho más responsable, al menos para ellos, como su principal fuente de negocio ya que es el producto financiero que menor riesgo les produce de cara a la morosidad que se puede generar.

Y es que este 3,24% es poco menos de un tercio de la morosidad general del sistema que está situada en el 10%, aunque sí es cierto que en apenas un año se ha producido ya un incremento de 70 puntos básicos, ocasionado, sin duda por la falta de ingresos de gran parte de la sociedad española, sumida en una situación insostenible desde cualquier punto de vista.

El problema, por otro lado, es que las medidas que se están tomando no van a solucionar la situación. La medida salvadora propuesta es la creación de un banco malo, lo cuál tendrá que hacer reflotar el crédito, sin duda, algo positivo a todas luces, pero no afectará de ninguna manera a la morosidad, la cuál proviene de la ralentización económica que seguimos experimentando.

Las familias hipotecadas quieren pagar sus hipotecas, no quieren mantener deudas con sus entidades financieras, pero se ven obligadas a hacerlo como consecuencia de la coyuntura económica nacional e internacional que les condena a estar sin empleo (no olvidemos que casi 6 millones de españoles se encuentran en situación de desempleo) y sin una cobertura básica.

Con ello la morosidad, lejos de recuperarse, no hará sino seguir su tendencia alcista durante los próximos meses, a la espera de que algún milagro económico, en el que ya nadie cree, propicie un repunte de la economía real, y con ello podamos empezar a plantearnos la salida real a la crisis en la que estamos inmersos desde hace ya demasiado tiempo.

La vivienda sigue en caída libre

¡Cuidado que la vivienda baja!

¡Cuidado que la vivienda baja!

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda libre cayó durante el segundo trimestre del año en un 14,4% en tasa interanual, lo que supone el mayor descenso que sufre este índice desde el año 2007, lo cuál pone de manifiesto que las medidas del Gobierno al respecto mediante la última reforma financiera parece que están comenzando a funcionar.

En comparación con la caída que ya se había producido en el el primer trimestre nos encontramos con que se agudizado el proceso a la baja, ya que en los tres primeros meses del año experimentamos un descenso del 12,6%, es decir casi dos puntos porcentuales menos que en los meses que van desde abril a junio.

El gran problema es que con esta caída ya acumulamos un total de 17, sí, sí, 17 trimestres consecutivos de caída, lo cuál puede ser una buena noticia para aquellos que quieran comprar una vivienda, pero nefasta para los que con su esfuerzo adquirieron una vivienda en los tiempos de burbuja inmobiliaria y ahora se encuentran con que el precio de la misma se está hundiendo, y no nos engañemos, no se trata de grandes terratenientes, sino de gente como tú o yo, clase media que paga, como puede, su hipoteca de manera religiosa.

Una caída que parece haberse acelerado desde principios de 2011, cuando la caída se situaba en el 4,1%. Según los expertos económicos estos descensos se deberían de haber producido antes, pero las reticencias de las entidades financieras a rebajar el precio de las viviendas que habían embargado provocó que los descensos fueran menores de los que determinaba el mercado.

Por tanto, una vez más, nos encontramos con que el sector financiero, responsable directo de la crisis y de la tardía recuperación que estamos sufriendo, se sitúa al frente de las causas de las dificultades que sufren los ciudadanos de a pie, y a pesar de ello siguen recibiendo las ayudas de los gobiernos, lo cuál es, en gran medida, necesario habida cuenta del modelo económico en el que estamos inmersos, el cuál no tiene ningún sentido sin el sector financiero operativo a pleno rendimiento.

¿La luz al final del túnel?

Parece que todo tiene un final

Parece que todo tiene un final

Últimamente nos estamos encontrando con datos macroeconómicos que ofrecen un soplo de aire fresco a nuestra sostenibilidad como Estado dentro de la Unión Europea y dentro de los parámetros generalmente aceptados como correctos en la economía mundial de hoy en día. Gracias a las palabras de Draghi del pasado jueves todo ha empezado a cobrar otro color y empezamos a animarnos poco a poco.

La prima de riesgo se encuentra por debajo de los 400 puntos, por primera vez desde el pasado mes de abril, el rescate parece ya inminente y todo apunta a que no será tan dañino como en un principio se podía haber pensado, con condiciones macroeconómicas estrictas, pero con la ventaja de que será España, y no la Unión Europea, la que podrá tomar sus propias decisiones.

Este hecho no es para nada menor, ya que en cualquier caso el Gobierno español siempre mirará por los intereses de sus ciudadanos, más que nada porque son los que al final deciden quien se queda en el Gobierno y quien se va, mientras que los estamentos de la Unión Europea no son más que burócratas, en el buen sentido de la palabra, si es que lo hay, que hablan sobre la calma y tranquilidad de sus propios asientos.

Por tanto, los analistas económicos han empezado a cambiar el rumbo de sus predicciones y a ver cierta salida a la crisis con opciones evidentes de que podamos empezar a plantearnos un futuro de crecimiento económico en un horizonte de relativo corto plazo. El Gobierno de Rajoy parece que ha conseguido lo que estaba buscando en un principio, que era la estabilidad financiera, con lo que ahora se verá si era cierta su estrategia y a partir de ahora comenzamos la senda de la recuperación.

Una recuperación que se comenzará a visualizar en el flujo del crédito y en el crecimiento empresarial, aunque mucho me temo que, como suele suceder en toda recuperación económica, el empleo será la última variable en estabilizarse, ya que las empresas no suelen optar por contratar a nuevos trabajadores hasta que no tienen totalmente seguras las perspectivas de futuro, para evitar así caer en excesivas cargas laborales.

El BCE revoluciona los mercados

¿Qué le costaba haberlo hecho antes?

¿Qué le costaba haberlo hecho antes?

Si había algo evidente que todos ya sabíamos era que los mercados no se mueven por realidades o por hechos, sino por intuiciones, expectativas y presunciones. Hasta ahora la intuición y la presunción hacía pensar que el Euro se vendría abajo por el excesivo lastre de países como Grecia, Portugal, España o Italia.

Sin embargo, bastó un breve discurso de Mario Dragui para hacernos ver el camino. Lo único que se necesitaba era una garantía por parte del BCE de que el Euro era la prioridad y de que haría todo lo necesario para protegerlo y evitar su caída, para que los mercados comprendieran que sus ataques especulativos no iban a ningún lado.

Pues bien, aquello que fue un ensayo, se ha materializado en el día de hoy, tras la reunión del Banco Central Europeo, Dragui ha presentado a los medios de comunicación las claves de su plan maestro para conseguir que los países europeos vuelvan a tomar aire para iniciar la senda de la recuperación.

Inmediatamente tras la rueda de prensa la prima de riesgo ha caído en 50 puntos, sin que se haya producido ningún hecho relevante. Draghi ha venido a poner sobre la mesa una línea de crédito para España y para los países en problemas para que puedan tirar de ella en momentos de dificultad.

Esta línea de crédito se materializaría a través de la compra ilimitada de bonos soberanos en el mercado secundario, algo que se le había venido reclamando al BCE desde los sectores más progresistas durante los últimos meses, de manera que con ello evitaría las especulaciones masivas que se han venido produciendo en estos últimos coletazos de la crisis.

Algunos expertos consideran que con esta línea de crédito abierta, a la que se puede optar con la única condición de que el país en cuestión pida el rescate a las autoridades financieras europeas, es más que probable que España no necesite ya nunca más el rescate, ya que la especulación empezará a mirar hacia otro lado en busca de rivales más débiles.

En definitiva, al final se ha producido lo que todos esperábamos, que el BCE comenzar a comprar bonos en el mercado secundario, y con ello parece que se atisba una pequeña luz al final del túnel.

La cuesta de septiembre se aligera con el Euríbor

El Euríbor regala algo de liquidez a los hipotecados

El Euríbor regala algo de liquidez a los hipotecados

Parece que la economía aprieta, pero no ahoga, al menos a los que sufrimos cada mes para conseguir pagar nuestras cuotas hipotecarias, y en estos momentos de dificultad extrema al menos el Euríbor nos da un respiro mes a mes, y ahora recién llegados de las vacaciones nos viene más que bien, para que nos amos a engañar.

El cierre del mes de agosto ha sido realmente alentador, con una tasa media mensual del 0,877%, lo que, comparado con el cierre de agosto de 2011, que fue en el 2,097%, no encontramos con un diferencial de más de un punto porcentual, algo que debería de servir para que las familias hipotecadas vean reducidas sus cuotas mensuales en unos 80 euros mensuales.

Ello, siempre y cuando, no tengan la fatídica cláusula suelo aplicada en sus contratos hipotecarios, la cuál condena esa bajada al tipo fijo marcado como mínimo a la hora de firmar la hipoteca, una cláusula que sigue vigente a pesar de la beligerancia continua de las asociaciones de consumidores que siguen considerándola, con razón, como una cláusula injusta a todas luces.

Sin embargo, al menos estas familias hipotecadas podrán aferrarse al hecho de que sus cuotas hipotecarias no van a incrementarse en los próximos meses a juzgar por el camino que han tomado las decisiones del Banco Central Europeo en los últimos meses, claramente orientados a conseguir que el Euro se presente como una moneda fuerte ante los especuladores internacionales.

Así de esta manera lo único que podemos esperar en los próximos meses es una tendencia permanente a la baja del Euríbor, con la posibilidad de que el BCE decida reducir el tipo de interés del dinero para la zona Euro en un cuarto de punto adicional, lo cuál tiraría aún más hacia abajo de la cotización del Euríbor.

Pero el problema de financiación, no lo podemos olvidar, sigue existiendo, y nada hace pensar que vaya a reducirse si tenemos en cuenta el incremento continuo de los problemas de las entidades financieras para conseguir dinero en los mercados internacionales y las provisiones crecientes que tienen que realizar sobre los depósitos de sus clientes, por lo que no nos queda otra más seguir apretándonos los machos de manera permanente.

Cuando Draghi abre la boca

El oráculo Draghi

El oráculo Draghi

No por demandadas y esperadas han sido menos sorpresivas las declaraciones de Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, que hoy en Londres ha anunciado que el organismo que preside estaría dispuesto a tomar cualquier medida necesaria para conseguir proteger la subsistencia del Euro, lo cuál ha significado un balón de oxígeno para las economías en dificultades, en particular la española y la italiana.

En concreto, Draghi ha venido a decir que el BCE tiene el mandato principal de conseguir que el Euro se mantenga estable y sin sobresaltos, dotando de certidumbre al mercado europeo, para lo cuál estaría dispuesto a protegerlo a través de la compra masiva de deuda en los mercado secundarios, algo de lo que hasta ahora no se había hablado, aunque sí había sido realizado por parte del BCE.

Una vez que Draghi pronunció estas palabras la prima de riesgo se desplomó en más de 50 puntos básicos, la rentabilidad del bono a diez años cayó de golpe y la bolsa empezó a subir como la espuma, demostrando que los inversores se mueven a impulsos y sobre los fundamentos de los rumores.

Habrá que ver hasta que punto está dispuesto de llegar Draghi, y su Consejo de Gobierno en la salvaguarda del Euro, o si no se trata más que de una estrategia de marketing para ir ganando tiempo ante los mercados, aunque la ortodoxia de Draghi hace pensar que si lo ha dicho es porque tiene pensado realmente optar por esta opción.

Con ello la economía real puede comenzar a respirar, y los ciudadanos podemos empezar a tomar aire, bajo el prisma de que, por fin, hay una buena noticia tras decenas y decenas de malas noticias que hemos venido recibiendo en los últimos meses, justamente desde que comenzara la crisis.

Una prima de riesgo a la baja y cierta confianza en la economía europea debería de significar, en el medio-largo plazo, una recuperación del crédito, aunque ya los principales bancos europeos se apresuraron a recordarnos que en el tercer trimestre del año no se puede esperar más que un endurecimiento de las condiciones del crédito.

Ya estamos por debajo del 1%

Seguimos con el Euríbor por los suelos

Seguimos con el Euríbor por los suelos

Era algo que se veía venir, pero lo que sorprende es la velocidad a la que se están desencadenando los acontecimientos, con el Euríbor cotizando ya, aunque sea en tasa diaria, por debajo del 1%, lo cuál nos hace pensar que en breve tendremos una tasa mensual sobre ese valor.

Y es que si nos atenemos a la cotización de hoy martes, día 24 de julio, nos encontramos con que en tasa diaria el Euríbor cotizó en el 0,994%, y lo que llama aún más la atención, la tasa media mensual quedó fijada en el 1,088%, realmente cerca de esa barrera psicológica del 1%.

Es decir, que ya nos encontramos con más de un punto porcentual de diferencia a favor de todas aquellas familias hipotecadas que tengan que revisar el tipo de interés de sus hipotecas en función del cierre mensual del mes de julio, con lo que sus cuotas mensuales se podrían reducir en cerca de 80-90 euros, o incluso 100 euros para las hipotecas más elevadas.

Aunque, como siempre, no es oro todo lo que reluce, y hay que tener en cuenta que las cláusulas suelo siguen castigando a todas las familias que las padecen, con un tipo de interés que no cae por debajo de un determinado valor, sin que se puedan aprovechar de esta tremenda bajada del Euríbor.

Las asociaciones de consumidores no han dudado, por su parte, en clamar al cielo por el hecho de que en estos momentos en los que el Euríbor se encuentra en valores tan bajos se esté comenzando a realizar el cambio en favor del IRS, un índice que cotiza muy por encima de lo que está haciendo en estos momentos el Euríbor.

Un Euríbor que podría seguir a la baja en los próximos meses, sobre todo si, como se prevé, el BCE reduce en un cuarto de punto adicional el precio del dinero, lo cuál repercutirá en una caída más drástica aún en las cotizaciones del índice hipotecario, para alegría de las familias hipotecadas, de las que pueden aprovecharse de la bajada de cuota mensual, pero también de aquellas que, al menos, no ven su cuota mensual incrementada.

El saldo hipotecario sigue cayendo en barrena

En caída libre

En caída libre

Según los datos facilitados por la Asociación Hipotecaria Española (AHE) durante el día de hoy, 19 de julio, el saldo de las hipotecas concedidas por las entidades financieras españolas se redujo en un 7,7% en tasa interanual, durante el pasado mes de mayo situándose en los 970.757 millones de euros.

Con esta caída ya son 48 meses de caídas consecutivas, es decir, cuatro años de pozo sin fondo que parece no tener fin y del que nada hace pensar que podamos recuperarnos en un futuro próximo, a no ser que todo cambie de una manera tan drástica que no nos lo podemos ni plantear.

En lo que se refiere a la comparación intermensual nos encontramos con un descenso del 0,65%, lo que viene a certificar que la situación no está yendo a mejor, sino más bien al contrario, ya que cada vez el saldo de hipotecario se va reduciendo más y más.

Recordemos que el saldo hipotecario es el volumen total de las cantidades que los ciudadanos y las empresas adeudamos a las entidades financieras en forma de hipotecas, y que éste va variando en función de las amortizaciones y cancelaciones hipotecarias, así como por la constitución de nuevas hipotecas.

Pues bien, durante estos cuatro años, las cancelaciones hipotecarias han superado de manera notable a la constitución de nuevas hipotecas, lo que ha propiciado el continuo decrecimiento del saldo hipotecario, el cuál no parece tener un fin cercano.

Desglosando por entidades financieras, nos encontramos que, como es habitual, los bancos y las cajas de ahorros concentran la inmensa mayoría del saldo hipotecario de nuestro país con un total de 890.246 millones de euros, con una caída interanual del 7,90%.

Les siguen las cooperativas de crédito, que acumularon un total de 65.735 millones de euros, con un descenso interanual del 5,33%, y los establecimientos financieros de crédito con unas hipotecas que ascienden hasta los 14.776 millones y un descenso interanual del 6,12%.

En definitiva, seguimos en un escenario depresivo, no ya sólo para el conjunto de la sociedad, sino también para el sector hipotecario, origen y ahora parece fin de la crisis, ya que del sector hipotecario surgió y al sector hipotecario sigue perjudicando.

Se acabó el chollo de las hipotecas online

En busca del chollo perdido

En busca del chollo perdido


A pesar de que hasta hora parecía que las hipotecas online eran el último reducto al que se podían aferrar las familias a la hora de obtener una hipoteca económica, todo apunta a que esta situación de bonanza ha pasado a mejor vida, ya que las entidades financieras han comenzado a incrementar los diferenciales de sus hipotecas, compitiendo ahora ya en valor con las entidades tradicionales.

Es cierto, que todavía se mantiene una pequeña ventaja en favor de las oline, pero ésta es cada vez más imperceptible y si tenemos en cuenta la poca flexibilidad de este tipo de hipotecas puede empezar a interesar pasarse a las hipotecas tradicionales, en las sucursales de toda la vida antes de entrar en una vorágine de condiciones inasumibles.

Este escenario se encuadra dentro de las limitaciones a las que se ven sometidas las entidades financieras como consecuencia de sus necesidades de recapitalización que todavía no han sido satisfechas, por mucho que el rescate bancario que ha conseguido negociar el Gobierno español pueda servir como lanzadera para el inicio de este proceso.

Y es que no podemos olvidar que aunque ahora reciban dinero procedente de la Unión Europea, lo cierto es que las entidades financieras seguirán guardando sus balances para protegerse ante las incertidumbres del futuro más inmediato, utilizando la liquidez que vayan recibiendo por parte de las autoridades europeas para conseguir cuadrar sus balances e ir tapando, poco a poco, el tremendo agujero negro que siguen manteniendo como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Por ello no podemos lanzar las campanas al vuelo en lo que se refiere a la recuperación del crédito, el cuál no ofrecerá visos de recuperación hasta bien entrado el año 2013, sino más tarde incluso, con lo que no nos queda más que seguir apostando por la austeridad familiar, que a la fuerza obligan, tratando de reorganizar los pocos ingresos que todavía acumulan algunas familias, que no todas.

En definitiva, malos tiempos para la lírica, y para las hipotecas, en los que las entidades financieras seguirán nadando y guardando la ropa, y los consumidores en general reclamando un crédito que nunca acaba de llegar.

Hacia el 1%

euribor

El Euríbor ha tomado buena cuenta de la decisión tomada por el Banco Central Europeo en su reunión de principios de mes de julio y ha empezado a cotizar a la baja, como no podía ser de otra manera, generando que las hipotecas se encuentren en estos momentos en el valor de tipo de interés más bajo de la historia, para alegría de todos aquellos que sufren con su hipoteca.

Porque los que todavía no la tienen mucho me temo que no podrán beneficiarse de un tipo de interés tan ventajoso, ya que aunque el Euríbor cotice a la baja, los diferenciales que aplican las entidades financieras lo hacen al alza, con lo que al final el tipo de interés que se cobra en la hipoteca se mantendrá estable o, incluso, al alza.

Por otro lado, tampoco los que ya tenemos una hipoteca podemos alegrarnos al 100%, ya que la cláusula suelo sigue siendo el martirio de muchas hipotecas en nuestro país, de manera que el tipo de interés que se cobra en un préstamo hipotecario sigue sin poder bajar de una cantidad determinada, perjudicando claramente el beneficio esperado para las familias.

Sin embargo, aquellas familias que tengan una hipoteca contratada y que no tengan una cláusula suelo fijada, podrán beneficiarse de una bajada importante del tipo de interés en su próxima revisión, a poco que sea el mes que viene o a dos meses vista.

Si tenemos en cuenta que el tipo de interés del dinero para la zona Euro ha quedado fijado en el 0,75%, con posibilidades más que reales, de que este porcentaje se reduzca hasta el 0,50% en cualquiera de las reuniones del BCE de aquí a final de año, nos encontramos con un escenario en el que el Euríbor tendrá que bajar, necesariamente, por debajo del 1%, si no antes de finales de año, que es probable que sí lo haga, de manera segura al comenzar el año 2013.

En este escenario de dinero barato, las entidades financieras deberían de apostar por la concesión de préstamos, aunque mucho me temo que seguirán con su política de limpieza de sus propios balances, antes de intentar generar beneficios propios.