Archivo del Autor: Edmart Rusan

En la senda alcista

Volvemos a la flecha alcista

Volvemos a la flecha alcista

Como muchos analistas venían advirtiendo durante los últimos meses el Euríbor alcanzó su mínimo histórico el pasado mes de diciembre, y a partir de entonces todo sería ir viéndose incrementado durante este año 2013, a no ser que el BCE tome una decisión drástica y rebaje los tipos de interés para la zona Euro, algo bastante improbable a día de hoy.

Ello nos lleva a encontrarnos con un Euríbor que ha cerrado el mes de febrero en una media de 0,594%, por encima del 0,575% del mes de enero, aunque eso sí, y es lo que nos debería importar, muy por debajo del cierre del Euríbor en febrero de 2012, cuando el indicador marcó 1,678%, con lo que todas las familias que tengan que revisar la cuota de su hipoteca en función del Euríbor de febrero lo harán a la baja.

Eso sí, siempre y cuando, y como repetimos de manera perpetua, no sufra las consecuencias de una cláusula suelo en su contrato hipotecario, en cuyo caso se tendrán que conformar con, al menos, mantener la misma cuota que hasta ahora.

Aún así podemos estar contentos si pensamos en el pasado, cuando el Euríbor se encontraba por encima del 5%, y sí que nos enfrentábamos a un problema grave. Por suerte, hoy en día todos los que tienen hipoteca, y la pueden pagar, que no todos tienen esa capacidad adquisitiva, se benefician de unas condiciones mejores que hace unos años.

El principal lastre de la economía en general, y del sector hipotecario en particular es la concesión de nuevos créditos, porque las entidades financieras siguen mirando hacia otro lado cuando se les exige que colaboren en la recuperación del país, sobre todo si tenemos en cuenta que previamente han recibido la ayuda de los ciudadanos vía impuestos.

Unos impuestos que no han sido bien gestionados por parte del Gobierno, que en lugar de exigir un determinado comportamiento a las entidades financieras a cambio del dinero que recibían, han dejado que éstas decidieran a su libre albedrío lo que querían hacer con ese regalo caído del cielo, con lo que han acabado por condenar la posible recuperación de la economía española.

Nadie parece acordarse de la vivienda

Bla, Bla, Bla, Bla

Bla, Bla, Bla, Bla

Visto el panorama social uno podría pararse a pensar que el tema de la vivienda es una de las cuestiones que más preocupa a los ciudadanos de este país, pero a juzgar por la poca importancia que se le ha dado durante las jornadas del debate sobre el estado de la nación que se ha celebrado estos días debe de ser un problema menor.

Todas las intervenciones se han centrado en loar la labor propia, en el Gobierno, y en criticar todo, tanto lo criticable como lo que no lo es, por parte de la oposición. Poniendo el acento en la corrupción, como no podía ser de otra manera, y en el problema del desempleo, por supuesto, pero ¿qué pasa con la vivienda?

Se han limitado al “y tú más”, para no romper con la tradición, y al final nos hemos ido sin medidas concretas que nos podamos llevar a la boca, medidas con las que las familias en problemas puedan buscar un rayo de luz a su futuro y las familias que mantienen un poder económico aceptable, a pesar de la que está cayendo, puedan plantearse la compra de nuevas viviendas.

El problema ya lo conocemos todos, está diagnosticado. Hubo una burbuja inmobiliaria que explotó, bien, ahora llega el momento, de una vez por todas, de buscar soluciones reales para que nos podamos empezar a plantear el futuro.

Necesitamos una ley hipotecaria transparente, que permita una relación de igual a igual entre las entidades financieras y los clientes, para que éstos puedan decidir sus prioridades. Habrá clientes que apuesten por la dación en pago y otros que prefieran un tipo de interés más bajo.

Se necesita, desde ya, una bolsa de viviendas para alquiler social, pero una bolsa que sea eficiente, que no se plantee desde el punto de vista teórico, sino desde una visión más pragmática, con el objetivo de que sirva de colchón para las familias que efectivamente están sufriendo la parte más dura de la crisis.

Y necesitamos, por supuesto, que las entidades que han sido nacionalizadas con el dinero de todos abran el grifo del crédito tanto a empresas como a familias. No se trata ya de una cuestión de voluntad sino de obligación moral. Niegan el crédito a los mismos que les sufragan las pérdidas, ¡demencial!

Cuidado con la dación en pago

La eterna balanza

La eterna balanza

Todos nos hemos llenado de júbilo al comprobar que la Iniciativa Legislativa Popular sobre la dación en pago será debatida en el Parlamento, después de 4 años de lucha, abriéndose una pequeña luz en el futuro más inmediato de la sociedad española, sobre todo, de la más desfavorecida que puede ahora plantearse un futuro más halagüeño.

Sin embargo, no podemos confiar todo en la dación en pago, y más si con ello nos estamos perjudicando a nosotros mismos. Hay que estar muy seguros de mantener esta figura jurídica para los hipotecados con verdaderos problemas económicos como consecuencia de la crisis y no generalizarla para todas las hipotecas.

Una dación en pago generalizada provocaría un incremento inmediato de los diferenciales aplicados por las entidades financiera, sí, más todavía, ya que tendrían que repercutir en el cliente la mayor asunción de riesgo que les supone la aceptación de la dación en pago.

No podemos olvidar que durante los años de burbuja inmobiliaria todos nos beneficiamos de tipos de interés ínfimos, sobre todo en comparación con los del resto del mundo, a la hora de hipotecarnos, por la sencilla razón de que la entidad financiera no corría riesgos ante una eventual devaluación del precio de la vivienda.

Si acepta la dación en pago, el riesgo pasaría a ser de la entidad financiera, ya que el cliente se podría deshacer de la deuda entregando la vivienda en un contexto, por ejemplo, de precios a la baja. Ello haría que todas las hipotecas se encarecieran, y puede que no fuera tan buena noticia.

Una dación en pago limitada, para familias con graves problemas económicos y siempre para la primera vivienda de la unidad familiar podría ser una solución intermedia, que evitaría el gran número de desahucios que seguimos sufriendo en nuestra sociedad y a la vez no encarecería demasiado las hipotecas.

Lo que sí debemos de tener en cuenta es que cualquier logro tiene unas consecuencias inmediatas en las relaciones financieras con las entidades, por lo que debemos de saber muy bien lo que pedimos antes de llenarnos la boca con nuestras peticiones. ¿Queremos dación en pago o tipos de interés bajos?

¿Hasta cuando seguirá cayendo el precio de la vivienda?

Sigue ahorrando, amig@

Sigue ahorrando, amig@

Los expertos inmobiliarios y económicos siguen afanándose por hacernos pensar que la vivienda tiene que seguir bajando, a pesar de que algunos propietarios ya se están tirando de los pelos por los precios ridículos que obtienen de sus pisos, pero la verdad es que los datos no hacen sino dar la razón a estos analistas.

Esta semana hemos conocido los datos que publica de manera mensual la web pisos.com, que, como un agente activo en el sector, deben de ser tenidos en cuenta a la hora de analizar en la situación real que nos encontramos en lo que se refiere al precio de la vivienda en nuestro país. Concretamente, los datos de enero reflejan una caída del 10,59% en el precio de la vivienda usada en tasa interanual, es decir en comparación con los datos de enero de 2012.

En términos absolutos, el precio medio en España por metro cuadrado se situó en los 1.877 euros, contra los 2099 de hace ahora un año. Por otro lado, en la comparación intermensual nos encontramos con que en el mes de diciembre el precio medio del metro cuadrado de vivienda usada fue de 1.887 euros, es decir, que en el transcurso de un mes la vivienda se ha abaratado en un 0,55%.

Unas caídas que deberían de agudizarse en los próximos meses ante la subida del IVA para vivienda, que ha pasado del 4 al 10%, ya que los compradores de vivienda intentarán repercutir esta subida de tipo impositivo al precio de la vivienda, para acabar pagando lo mismo, con lo que se avecinan meses de negociaciones muy duras en contra de los vendedores de viviendas.

En lo que se refiere al desglose por Comunidades Autónomas tenemos que el País Vasco se presenta como la región más cara, con un precio medio de 3.390 euros por metro cuadrado, seguida de Madrid (2.356 euros/metro cuadrado) y las Islas Baleares, con 2.196. En el otro extremo, la Comunidad con los pisos más baratos fue Castilla-La Mancha, con 1.099 euros por metro cuadrado.

En definitiva, la tendencia parece claramente marcada, con unos precios a la baja sin solución de continuidad, y que nos llevarán a unas viviendas a precio de “saldo” de aquí a finales de 2013, buenas noticias para los compradores pero no tan buenas para los vendedores, que no siempre son promotoras y bancos.

Llegamos al suelo del Euríbor

Si los bancos quisieran...

Por fin parece que hemos llegado al suelo del Euríbor y que, a no ser que el Banco Central Europeo decida rebajar aún más los tipos de interés para la zona Euro, el 0,549 de tasa media mensual con la que se cerró el mes de diciembre será lo más bajo que veamos por estos lares.

A falta de confirmación oficial del Banco de España, el Euríbor cerrará enero de 2013 en el 0,575%, en tasa media mensual, lo cuál es un valor realmente interesante y claramente bajo, pero que supera ligeramente al cierre del mes inmediatamente anterior.

Sin embargo, en comparación con enero de 2012, que es la comparación que realmente interesa a los hipotecados, tenemos algo más de 1,3 puntos porcentuales a la baja, con lo que las cuotas mensuales de todas las familias que tengan que revisar el tipo de interés de sus hipotecas en función del cierre de enero se reducirán de manera significativa, siempre y cuando, claro está, que no cuenten con una cláusula suelo en el articulado de sus contratos.

En lo que se refiere al futuro más inmediato lo cierto es que la incertidumbre es la norma. Nadie sabe lo que la crisis nos va a deparar en estos próximos meses, porque si algo nos ha demostrado esta recesión mundial es que cualquier pronóstico se va al garete en cuanto la realidad sale a su encuentro.

Algunos analistas hablan de una nueva bajada de tipos del BCE, con lo que el Euríbor podría volver a iniciar una senda a la baja. Mientras que otros expertos empiezan a ver ciertos “brotes verdes” para finales de este año con lo que es probable que el máximo organismo financiero europeo mantenga los tipos a la espera de subirlos a mediados de 2014.

En cualquier caso, todo son elucubraciones que no están basadas en ningún hecho cierto, ya que la realidad de hoy no será la misma que la realidad de dentro de unos meses. Lo único seguro es que las cuotas se modificarán a la baja o se mantendrán estables, en el peor de los casos, y que las nuevas hipotecas siguen estando prohibitivas.

Los bancos avalan con hipotecas

A la rica hipoteca, oiga

A la rica hipoteca, oiga

Una vez más se demuestra que el mundo real no tiene nada que ver con la banca, y viceversa. Las entidades financieras españolas viven en su propio universo paralelo y poco o nada quieren saber de lo que está pasando en el día a día de los ciudadanos, protegiéndose en la obtención de sus propios beneficios y apuntando a su propia recuperación.

Vamos por partes. En un escenario en el que las entidades financieras están siendo rescatadas de manera permanente por parte de los gobiernos europeos, éstas siguen dando beneficios a sus accionistas, menos que antes, es verdad, pero beneficios al fin y al cabo, y ahora resulta que se están aprovechando de sus clientes para obtener liquidez.

Te cuento, resulta que las entidades financieras están presentando las hipotecas privadas, la de las familias, como aval ante el BCE para obtener liquidez. Es decir, mientras que por un lado niegan las hipotecas por activa y por pasiva, y cuando las conceden lo hacen a tipos de interés claramente prohibitivos, por otro están presentando un activo claramente seguro ante las autoridades financieras europeas para obtener beneficio propio.

Y es que en un mundo en el que la morosidad no hace sino incrementarse de manera permanente encontrarse con un activo financiero con un 3,4% de morosidad (según el dato de septiembre de 2012, último disponible) es una bicoca que el BCE sabe apreciar y la banca española utilizar.

Sin embargo, los ciudadanos pedimos desde el pleno derecho que las autoridades españolas impongan un cierto nivel de exigencias a las entidades financieras para que todo el beneficio que obtienen de la buena voluntad de los ciudadanos, buena voluntad que tiene que ver con aceptar los abusos habituales que se están produciendo, sea revertido en la propia sociedad.

Por ejemplo, se debería de fijar por ley un máximo para los diferenciales que se aplican en las hipotecas, de manera que el tipo de interés que acabe por afectar al ciudadano hipotecado sea menor. De esta manera se facilitaría el acceso de los ciudadanos a la financiación hipotecaria, porque la baja morosidad de estos préstamos justificaría claramente unos diferenciales mucho menores.

Las migajas del pobre

Cada vez somos más pobres, pero hay menos viviendas

Cada vez somos más pobres, pero hay menos viviendas

Hoy mismo, jueves, día 17 de enero, se firmará el Fondo Social de Viviendas, un convenio firmado por la Asociación Española de la Banca (AEB), la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) y el Gobierno, en virtud del cuál se cederán un total de 6.000 inmuebles por parte de las entidades financieras destinadas a las familias que han sido víctimas de un desahucio y que se encuentran en riesgo de exclusión social.

Las entidades han hecho públicas sus aportaciones y destaca la de Bankia que aportará 1.000 viviendas, seguida de BBVA, con 899, CaixaBank 850 y el Grupo Santander que cederá un total de 590 inmuebles. En menor medida tenemos a Banco Mare Nostrum, con 180 inmuebles, Ibercaja, con 105, Banco Ceiss, con 100, Kutxabank, con 150, Catalunya Bank, 355, Unicaja, 98, Liberbank, 96, Caja 3, 20, Caixa Pollençá, 1, y Caixa Ontinyent, que aportará 14 viviendas.

El problema, una vez más, con este gobierno, es que las condiciones de acceso para las familias serán muy restrictivas, de forma que el colectivo de ciudadanos que se podrán beneficiar de este fondo de viviendas será muy limitado. Según las fuentes del gobierno esta iniciativa está dirigida a familias numerosas, familias monoparentales con dos hijos a cargo, familias con un menor de tres años, aquellas con un miembro en situación de dependencia (con discapacidad del 33%), en las que el deudor hipotecario esté en desempleo y sin prestación y las familias en las que haya víctimas de violencia de género.

Pero eso no es todo, porque aparte de este condicionamiento, llamémoslo social, también existe una restricción económica. De manera que la unidad familiar debe de tener unos ingresos tres veces inferior al Indicador Público de Rentas (IPREM), lo que situaría los ingresos familiares en unos 1.597 euros mensuales, la carga hipotecaria debe de haber crecido al menos 1,5 veces desde el año 2008 y la cuota hipotecaria mensual debe de superar el 50% de los ingresos familiares. ¡Casi ná!

Una vez superados estos condicionamientos la familia tendrá derecho a acceder a una vivienda de este Fondo Social en la que tendrá que abonar un alquiler que oscilará entre los 150 y los 400 euros, durante un período de 2 años, prorrogable uno más. Y el límite máximo de la renta, en todo caso, será el 30% de la renta neta familiar.

En definitiva, se trata de una iniciativa interesante, que queda en agua de borrajas como consecuencia de las dificultades de acceso pero que al menos servirá de tabla de salvación para muchas familias. Es triste, pero ¡mejor esto que nada!

Los pisos caerán aún más

La vivienda sigue al rojo vivo

La vivienda sigue al rojo vivo

La verdad es que ya no sé que decirte, ya no sé si decirte que se trata de una buena o de una mala noticia. Vamos por partes. En principio, es una buena noticia porque al caer los pisos estos serán más asequibles para las familias dispuestas a comprar una vivienda. Ahora bien, ¿qué ocurre con aquellas familias que necesiten desprenderse de la suya?

Quiero decir. Durante los años de burbuja inmobiliaria cualquier familia de clase media podía hacerse con una vivienda en propiedad gracias a las hipotecas regaladas que ofrecían los bancos por doquier, y son esas familias, en la mayoría de los casos, las que quieren vender ahora sus viviendas encontrándose con que el precio ha caído de manera importante y con que, lejos de recuperarse, va a caer aún más.

Y eso es, precisamente, lo que nos dice la agencia Fitch, que tras analizar el estado del sector inmobiliario en nuestro país ha llegado a la conclusión de que el precio de la vivienda sólo ha caído un 25% desde que comenzara la crisis, lo cuál parece insuficiente para las necesidades del sector que todavía sigue realmente sobrevalorado, según los cálculos realizados por esta agencia.

Por los datos que maneja la caída de las ventas inmobiliarias se han situado en un 70%, y para poder compensar dicha caída se necesitaría un descenso del precio de la vivienda cercana al 40%, lo que nos ofrece ese 15% pendiente para estos próximos años.

Sin duda, la presencia del “Banco Malo” servirá para que el precio de la vivienda caiga de manera más pronunciada ya que hasta ahora las entidades financieras mantenían el precio de los pisos artificialmente altos con el objetivo de no reflejar en sus balances las pérdidas acumuladas como consecuencia de su exposición excesiva al ladrillo.

Algunos expertos auguran que con ello podríamos empezar a ver la luz al final del túnel y encontrarnos con una situación más positiva a la hora de iniciar la senda de la recuperación definitiva de la crisis, con un sector inmobiliario más reducido, por supuesto, pero menos expuesto a los rigores de la financiación excesivo.

El futuro del Euríbor

Una carga para toda la vida

Una carga para toda la vida

Todos sabemos que estamos viviendo un cuento de hadas con el Euríbor, un cuento que, como todos, está condenado a terminar aunque mucho me temo que nada tendrá que ver con el tradicional “y comerán perdices”, más bien con el “acabarán condenados al infierno”, que me acabo de inventar con motivo de este post.

Y es que a poco que hagamos una aproximación al futuro más inmediato que nos espera nos encontramos con unos diferenciales realmente elevados para todas las hipotecas firmadas a partir de 2010, ya que en esos momentos y a pesar de que el tipo de interés estaba realmente por los suelos y las entidades financieras podían hacerse con dinero barato, para compensar las pérdidas generales que estaban sufriendo las pocas hipotecas que se concedieron tenían unos diferenciales prohibitivos.

Por ello, en cuanto el Euríbor suba a un valor “normal”, que entendemos que sería el que ronda el 2,5-3%, si le aplicamos el diferencial medio de 2,5 que se ha venido aplicando en todas las nuevas hipotecas nos estaríamos situando en un tipo de interés del 5% que trasladado en cuota supone un golpe más que duro para las ya deterioradas economías domésticas españolas.

En este escenario, ya poco importa que las familias comiencen a recuperar algo su estabilidad económica, ya que incluso en una situación de trabajo estable se tendrán que enfrentar a un incremento artificial de sus cuotas hipotecarias, absorbiendo ésta toda la mejora económica que se pudiera estar planteando en el ámbito familiar.

Por tanto, aunque pareciera que los que han obtenido una hipoteca en estos años de crisis son afortunados ante la sequía general de financiación que se ha venido observando, lo cierto es que son los grandes perjudicados por la misma, ya que en cuanto el Euríbor recupere su tono quedarán ahogados y asfixiados por una situación insostenible.

Y lo peor es que se trata de una situación que se va a producir sin que podamos hacer nada para remediarlo, ya que en cuanto la situación económica remonte lo más mínimo, el primer indicador que experimentará un incremento será el Euríbor, arrastrado por la subida de los tipos de interés por parte del BCE.

El Euríbor seguirá bajando en 2013

El hombre al que todo el mundo escucha

El hombre al que todo el mundo escucha

Las palabras de Mario Draghi no dejan lugar a dudas y abren claramente la puerta a la posibilidad de que durante el próximo año 2013 se produzcan nuevos descensos del tipo de interés dentro de la zona Euro para intentar paliar, dentro de lo posible, la situación del crecimiento económico de los países que la conforman.

La situación realmente alarmante en la que se encuentra Alemania ha hecho que el Banco Central Europeo no sólo no se plantee recuperar posiciones en lo que al tipo de interés se refiere, sino que ya deje entrever nuevas bajadas, con el objetivo claro de que los mercados perciban el mensaje y comiencen a tomar posiciones favorecedoras para la Unión Europea.

Estas bajadas del tipo de interés de la zona Euro para 2013 provocarán que el Euríbor siga con su tendencia a la baja durante el próximo año, beneficiando tanto a los que ya tienen suscrita una hipoteca como a aquellas familias que se estén planteando esta posibilidad.

Bien es cierto, sin embargo, que este beneficio es altamente relativo, ya que nos encontramos con la cláusula suelo para las familias que ya tienen una hipoteca contratada, y con el artificial crecimiento de los diferenciales aplicados por las entidades financieras en sus hipotecas, para las que quieran contratar un nuevo préstamo hipotecario.

En cualquier caso, es cierto que ninguna familia hipotecada pagará en 2013 más que en 2012, con lo que, en el peor de los casos se encontrará con una cuota mensual congelada, que no es una ventaja desechable teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos en estos momentos.

Se habla de que pudiéramos encontrarnos, incluso, en un escenario de un tipo de interés al 0%, aunque esta medida sólo se daría en caso de que la situación económica en la zona Euro nos llevara al borde del precipicio, del que todavía estamos un tanto alejados, a pesar de lo que pudiera parecer.

En definitiva, 2013 será un año relativamente bueno para las hipotecas, y si se produce una cierta recuperación del sector financiero, también para los préstamos y créditos en general, ya que con tipos de interés por los suelos la financiación debería también recuperarse.

El año de la asfixia crediticia

Sin créditos no hay vida, económica se entiende

Sin créditos no hay vida

Muchos se las prometían muy felices con la llegada del PP al poder y su fama de grandes gestores, algo que ha quedado desmentido de manera casi absoluta al ver como no sólo no han conseguido reflotar la economía española sino que, más bien al contrario, la están hundiendo cada vez más por culpa de sus medidas de austeridad absoluta.

Una austeridad que está recortando a marchas forzadas la renta disponible de las familias españolas y con ello se está provocando la contracción del consumo y de la inversión, entrando en un círculo vicioso del que no parece fácil salir ya que se trata de vasos comunicantes que acaban de retroalimentarse hasta el infinito.

A ello tenemos que añadir la incapacidad de obtener financiación de los bancos y cajas por parte de las empresas y los ciudadanos. Las sucesivas reformas financieras que han obligado a éstas a incrementar sus provisiones y la falta de una fuerza coercitiva real sobre el dinero prestado a estas entidades, está provocando que los bancos y cajas se estén dedicando a sanear sus balances antes de plantearse la posible concesión de nuevos préstamos y créditos.

Ello está repercutiendo directamente en la economía productiva, en la economía del día a día, ya que si las empresas no tienen acceso a financiación no tienen capacidad para iniciar nuevos proyectos, ello provoca que se resienta el empleo, al resentirse el empleo se resiente el consumo y los ingresos de la Hacienda Pública, que ingresa menos por cotizaciones y gasta más por prestaciones, y todo ello provoca que la producción se resienta aún más.

La única salida posible es que el Gobierno obligue a las entidades financieras a abrir el grifo del crédito o bien que se plantee la posibilidad de orquestar un entidad crediticia de carácter estatal, por ejemplo dotando de mayor capacidad al ICO, que en lugar de trabajar a través de las entidades financieras podría hacerlo de manera autónoma, y con ello conseguir romper el círculo vicioso en el que nos hemos introducido sin solución de continuidad aparente, con un futuro más que negro a poco que echemos un vistazo a los datos económicos.

Nos quedamos sin palabras con el Euríbor

Y seguimos con el Euríbor a cuestas

Y seguimos con el Euríbor a cuestas

La verdad es que uno ya no sabe lo que pensar a propósito del Euríbor, mes a mes nos llevamos las manos a la cabeza ante la caída libre en la que se encuentra y en el mes inmediatamente posterior nos damos cuenta de que lo del mes anterior no era nada porque aún está más bajo. Una caída que, sin embargo, no acaba de beneficiar a los consumidores.

Y es que el problema, como casi siempre, es que la bajada de precios queda absorbida de una manera misteriosa mientras que cualquier subida es repercutida de manera casi inmediata a los consumidores. Así nos encontramos con que las nuevas hipotecas concedidas siguen teniendo un tipo de interés muy elevado y que las revisiones mensuales de tipo de interés de hipotecas ya concedidas no hacen bajar la cuota tanto como deberían.

Lo segundo se debe a la fatídica cláusula suelo que sigue haciendo estragos en los bolsillos de los consumidores que tras frotarse las manos al ver los valores tan ínfimos del Euríbor se golpean contra un muro cuando descubren que todo era un espejismo pasajero porque su cuota no bajará tanto como habían pensado. Unas cláusulas suelo de las que se viene hablando largo y tendido durante los últimos años pero que nunca terminan de desaparecer.

En cuanto a las nuevas hipotecas, el problema radica en el hecho de que nos encontramos con unas entidades financieras que están ampliando de una manera excepcional sus márgenes y sus comisiones, de manera que al final el tipo de interés resultante que tiene que abonar el nuevo hipotecado por su préstamo es muy superior al que marca el mercado.

En este sentido nos encontramos, una vez más, con que la banca siempre gana y el consumidor siempre pierde, siendo al final el país el gran perjudicado. Porque con un Euríbor tan bajo la financiación debería de fluir de manera sencilla repercutiendo en una mejora de las condiciones económicas generales del país. Pero nada más lejos de la realidad, ya que el crédito sigue bloqueado y con ello cualquier intención de recuperación económica que se pudiera empezar a plantear.