Archivo del Autor: Edmart Rusan

El agujero negro de las hipotecas multidivisa

El mundo cambiante de las divisas

El mundo cambiante de las divisas

Durante muchos años las hipotecas multidivisa parecían la panacea, el becerro de oro, la mejor forma de pagar menos por lo que todo el mundo pagaba más, la forma de demostrar a la sociedad que éramos los más inteligentes, los que mejor aprovechábamos las oportunidades que se nos abrían en el mercado financiero.

Sin embargo, ya entonces había voces que hablaban de los peligros de estas hipotecas, basadas, principalmente, en el tipo de cambio de divisas, el cuál es ciertamente cambiante en función de las condiciones económicas del entorno. Según todos los expertos, no era conveniente endeudarse en una moneda diferente a aquella en la que se obtenían los ingresos.

Pero durante muchos años se trató de una decisión eficiente. Con el Euro claramente apreciado con respecto al Yen, y con el Banco Central de Japón manteniendo el tipo de interés a valores mínimos, al disponer de una hipoteca multidivisa referenciada al Yen japonés permitía pagar mucho menos en la cuota hipotecaria mensual.

Una situación que cambió de manera radical con el terremoto, posterior tsunami, y siguiente desatre nuclear acaecido en tierras japonesas hace unos meses. En ese momento todos los japoneses emigrados al extranjero comenzaron a comprar Yenes para mandar remesas a sus familiares atrapados en el archipiélago, con lo que provocaron una apreciación artificial de la moneda y el desastre absoluto de todas las familias con hipotecas multidivisas.

Ahora, para comprar los mismos Yenes hay que utilizar más Euros, y ello hace que el valor de las cuotas hipotecarias se haya disparado, absorbiendo todo el posible beneficio que se pudiera haber obtenido durante los meses anteriores e incrementando las dificultades acumuladas por las familias en estos momentos complejos.

Una vez más se demuestra que los chollos no existen, y que las inversiones o decisiones económicas fuera del cauce habitual sólo son recomendables para aquellas personas que disponen del capital o de los ingresos suficientes como para absorber un cambio en las condiciones generales del mercado que convierten el chollo en pesadilla, y que una familia sujeta a un sueldo o a unos ingresos limitados no puede soportar de manera continuada.

Por fin cerramos Euríbor a la baja

¡Por fin! El Euríbor a la baja

¡Por fin! El Euríbor a la baja

Por primera vez en muchos meses el Euríbor ha cerrado su cotización de un mes por debajo de la cotización del mes del año anterior, lo que supone una reducción en el tipo de interés a aplicar en las hipotecas de todos aquellos contratos hipotecarios que revisen su tipo en función del Euríbor de febrero.

Así, el febrero de 2011 el Euríbor cerró en el 1,714%, mientras que tras su última jornada de cotización en el día de ayer, 29 de febrero, el principal índice de referencia de las hipotecas españolas fijó su cierre mensual en el 1,678%, es decir, algo más de 0,3 puntos porcentuales a la baja.

Ello supondrá una reducción de unos 20-30 euros en las cuotas hipotecarias de las familias que tengan que revisar en función del Euríbor de febrero, algo que no parece excesivo, pero que sí determina un importante alivio para los muy golpeados bolsillos de las familias españolas en estos momentos de dificultad.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, ya que tenemos que recordar que esta reducción del tipo de interés será ficticia en muchos casos, ya que en la mayoría de los préstamos hipotecarios la cláusula suelo es la que determina el valor mínimo del tipo de interés a aplicar, y en todos los casos está por encima de la cotización actual del Euríbor, más el diferencial correspondiente.

El problema es que los hipotecados no pueden beneficiarse ahora de la reducción del tipo de interés de sus hipotecas en toda su dimensión, cuando sí sufrieron las consecuencias de los incrementos, porque la cláusula techo, la que debería de proteger de los incrementos, queda fijada en todos los contratos en valores artificialmente altos que impiden una justicia meridiana y la igualdad de fuerzas entre hipotecados y entidades financieras.

Por ello, hasta que no se modifique la legislación hipotecaria de forma que la cláusula techo pueda ser alcanzada de la misma forma que la cláusula suelo, seguiremos viviendo una situación de desequilibrio negociador claro en el que los grandes perjudicados son las familias que sufren cuando el Euríbor sube, pero que no se ven beneficiados cuando el Euríbor baja.

Los precios seguirán a la baja, pero no todos

Como los pimientos del padrón, unos bajan y otros no

Como los pimientos del padrón, unos bajan y otros no

Todos los expertos inmobiliarios coinciden en afirmar que los precios de las viviendas seguirán a la baja en los próximos meses en líneas generales, con lo que podría ser conveniente seguir esperando antes de lanzarse a la compra, pero, mucho ojo, porque no todas las viviendas se encuentran en esta tesitura.

Según los analistas más prestigiosos determinadas zonas de las grandes ciudades, principalmente las zonas del centro, se encuentran ya muy cerca de certificar el fin del ajuste y comenzar a recuperar la pujanza de precios, como consecuencia de que son zonas con una alta demanda efectiva.

Sin embargo, la periferia, donde durante los años de burbuja inmobiliaria se construyó de manera indiscriminada se puede seguir produciendo un descenso importante de precios, que puede llegar a superar el 10%, con lo que es conveniente seguir esperando antes de decantarse por la compra.

Las señas más claras de que se está llegando al fin del ajuste en las zonas urbanas más demandadas es que ya se empieza a observar movimiento de construcción en estos lugares. Y es que según los expertos la crisis inmobiliaria ha pasado “de puntillas” por estos lugares, que han soportado mejor la caída de precios.

En definitiva, todo está relacionado con el viejo axioma de la cultura española que siempre habló que comprar un piso en el centro era mejor opción, porque nunca devaluaba su valor, y ahora, con la que está cayendo, lo estamos comprobando a ciencia cierta.

Ahora bien, el problema está, evidentemente, en calibrar cuantas personas pueden realmente permitirse los precios de las viviendas en el centro de las ciudades, realmente prohibitivos, y los que ocasionaron la expansión indiscriminada de construcciones en los alrededores de las mismas.

Unas viviendas, las de la periferia, que ni siquiera se beneficiarán de las políticas incentivadoras del Gobierno, ya que los inversores que no buscan una vivienda habitual y que podían apostar por la compra en estos momentos, preferirán, en todo caso, viviendas que no se devalúen de una manera tan rápida, con lo que se decidirán, siempre que tengan oportunidad, por una vivienda céntrica.

Ahora la banca acepta la dación en pago, aunque a medias

Dación de pago sí, pero a nuestra manera

Dación de pago sí, pero a nuestra manera

Justo cuando Luis de Guindos, Ministro de Economía, ha anunciado que mañana viernes puede haber novedades en cuanto a la legislación hipotecaria, con la incorporación de la dación en pago como una figura fundamental en el entramado jurídico de las hipotecas de este país, la patronal bancaria da su brazo a torcer y comienza a hablar de esta posibilidad.

Porque hasta ahora en todas sus declaraciones al respecto habían mostrado su profundo desacuerdo con la dación en pago, considerando que ocasionaría graves perjuicios para el sector financiero, y, por tanto, para la economía en general. Sin embargo, el Presidente de la Asociación Española de Banca, el Sr. Martín, dijo ayer que los bancos y cajas verían con buenos ojos la aplicación de la dación en pago en las hipotecas.

Pero no te vayas a poner demasiado contento, porque sus palabras llevaban trampa ya que el requisito exigido por la patronal bancaria es que la implementación de la dación en pago se haga al arbitrio de las propias entidades financieras, es decir, que la apliquen cuando les de la gana, o sea, que al final es como si no hubiera dicho nada.

Según las propias palabras del Sr. Martín, las entidades financieras llevan ya un tiempo aplicando la dación en pago de esta forma, es decir, cuando ellas lo consideran oportuno, que vendría a ser en aquellos momentos en los que el inmueble no ha perdido gran parte de su valor.

Por suerte, todo apunta a que el gobierno legislará en las próximas semanas en favor de la aplicación de la dación en pago en términos objetivos, los cuáles vendrán determinados por los ingresos económicos de las familias hipotecadas, de forma que se fijará un umbral de ingresos por debajo del cuál se podrá aplicar la dación en pago sin que actúe el arbitrio de la entidad financiera.

Ahora bien, se trata de una medida que empezará a funcionar para las hipotecas que se firmen a partir de ahora, con lo que no acaba de resolver el drama de miles de familias que, sin poder pagar sus hipotecas, se ven abocadas a perder la vivienda a la vez que mantienen la deuda con el banco.

Por mucho que nos empeñemos seguimos en caída libre

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

Esto no lo arregla ni el Espíritu Santo

A pesar de los pesares y por mucho que nos empeñemos, lo cierto es que ésto no lo arregla ni el PP ni el PSOE, ni el espíritu santo, con perdón de la blasfemia, porque el saldo hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas sigue en caída libre y sin que se le pueda encontrar límite.

En 2011 se ha producido una caída del 6% con respecto al año 2010, y con apenas 1,009 billones de euros en créditos hipotecarios nos hemos situado en las cifras de 2006, justo antes de que nos adentráramos en la marabunta de la actual crisis hipotecaria, económica, financiera, social, …, de todo lo que tú quieras.

Un descenso tan brutal del saldo hipotecario viene a significar de una manera clara que no se están concediendo nuevos créditos, ya que se trata de una medición que nos ofrece el saldo neto de los préstamos hipotecarios, es decir, que si se produce un descenso es porque la velocidad de concesión de nuevos préstamos no es suficiente para cubrir las amortizaciones o los embargos que se producen.

Ello no es sino un fiel reflejo de la realidad que todos intuimos, en la que las entidades financieras no están por la labor de conceder préstamos hipotecario a las familias ante el riesgo de morosidad como consecuencia de la alta inestabilidad laboral.

Es cierto, sin embargo, que el elevado endeudamiento privado, en su mayoría como consecuencia de los préstamos hipotecarios, fue una de las causas fundamentales del agravamiento de la crisis de la burbuja inmobiliaria, con lo que no es del todo malo que se vaya reduciendo, aunque, eso sí, no a ritmos del 6%.

Habrá que aguardar a ver si las medidas aprobadas por el Gobierno en su reforma financiera comienzan a surtir efecto, pero los analistas ya se han apresurado a recordarnos que nada empezará a funcionar hasta que, al menos, se cumplan los tests de estrés ante el Banco Central Europeo, que darán una medida exacta de la solvencia de las entidades financieras.

A partir de ese momento se podría empezar a pensar en un inicio de la recuperación económica, en función del crédito, aunque todo dependerá del comportamiento de la economía real.

Nueva trama de fraude con tarjetas de crédito

Mucho ojo a quien damos nuestra tarjeta de crédito

Mucho ojo a quien damos nuestra tarjeta de crédito

Está claro que la crisis agudiza el ingenio y a medida que seguimos avanzando en la caída libre que nos está llevando a lo más profundo de nuestra propia existencia económica, aparecen nuevas modalidades de fraude y estrategias de obtención de dinero de cualquier forma posible.

La última que ha desvelado la Agencia Tributaria es la utilización de su logotipo en una serie de correos electrónicos enviados a un buen número de contribuyentes en los que se les informa que ha habido un error a su favor en la última declaración de impuestos y que, por tanto, recibirán un reintegro en los próximos meses.

Para poder acelerar la recepción de ese reintegro, se solicita el rellenar unas fichas con los datos personales del contribuyente, entre los cuáles se encuentran los datos de la tarjeta de crédito, que el contribuyente debe de rellenar ya que es en esa misma tarjeta de crédito donde se realizará el reintegro del exceso cobrado.

Posteriormente se utilizan estos datos para realizar compras fraudulentas a través de Internet, para después vender los artículos comprados y obtener beneficio de la venta, sin haber invertido absolutamente nada, más allá de la idea del fraude realizado.

Sin embargo, no se trata de un fraude novedoso, ya que se viene repitiendo de manera asidua en los últimos años, y ya la Agencia Tributaria ha detectado movimientos similares en diferentes ejercicios, aprovechando siempre los períodos posteriores a la declaración de la renta.

No podemos olvidar que ninguna entidad financiera, ni mucho menos ninguna Administración pública solicitarán jamás los datos de la tarjeta de crédito a través de un correo electrónico, por las inseguridades que ello genera, así que se debe de desconfiar de cualquier petición de este tipo, provenga de donde provenga.

Las autoridades policiales han solicitado colaboración al ciudadano, de manera que pongan en su conocimiento cualquier tipo de acercamiento que se produzca con este objetivo, de manera que con ello se pueda conseguir parar estas tramas y estas bandas.

Por otro lado, hay que recordar, que nadie lo olvide, que la gran mayoría de las tarjetas de crédito cuentan con un seguro asociado que cubre este tipo de situaciones.

Por fin bajarán los precios

Ahora sí se empezarán a vender pisos

Ahora sí se empezarán a vender pisos

Llevamos cuatro años, más o menos lo que está dando en durar la actual crisis financiera, inmobiliaria, económica, y de todo lo que te quieras o puedas imaginar, soñando con que se produzca finalmente un descenso de precios que nunca llega a confirmarse, pero parece que, por fin la espera ha llegado a su fin y parece que los pisos comenzarán a bajar, de verdad.

Porque hasta ahora lo único que hemos tenido es una bajada ficticia, sin que se haya producido un descenso real que pueda hacer pensar en que hayamos tocado fondo, con lo que todos los avezados compradores con posibilidades de hacerse con una vivienda han querido esperar hasta que los precios siguieran bajando, con total razón.

Pues bien, ahora el gobierno obligará a las entidades financieras a actualizar su contabilidad de manera que valoren los inmuebles y los solares por el precio actual y no por el que tenían antes de comenzar la crisis, de manera que se producirá una importante bajada de precios.

Los bancos y cajas tratarán de deshacerse rápidamente ante la importante pérdida que supondría para sus intereses y su prestigio internacional el mantenerse con inmuebles claramente depreciados, con lo que buscarán darles salida a la mayor velocidad posible, lo que supondrá una caída de precios generalizada.

Una caída que las propias entidades financieras han evitado todo este tiempo con su política de mantener sus viviendas sobrevaloradas y de obligar a sus clientes a comprar éstas y no las que tenían apalabradas con las agencias inmobiliarias, si querían financiación.

Por fin, parece que los bancos empezarán a tomar parte de su medicina y a sufrir las consecuencias de su actitud durante todos los años de bonanza, durante los cuáles no hicieron nada por apoyar a sus clientes o ayudarles en los momentos de dificultad, más bien al contrario, obligándoles a sufrir las consecuencias de sus actos.

Parece mentira, todo hay que decirlo, que haya tenido que ser un gobierno de centro-derecha el que se haya atrevido finalmente a meter mano a los bancos, mientras que el gobierno de centro-izquierda socialista nunca hizo nada por remediar la situación.

Al rico préstamo, oiga

Tenemos los créditos de todos los colores

Tenemos los créditos de todos los colores

¿Quién dijo que la financiación en nuestra economía estaba congelada? Debe de ser que todas las familias y todas las empresas que acuden a pedir un préstamo a las entidades financieras están haciendo algo mal, porque si a ellos se les niega de manera sistemática, ahora resulta que se ha iniciado una campaña desde el BBVA para ofrecer prétamos de garantía personal a sus clientes más solventes, de hasta 25.000 euros.

Pero no te creas que los conceden cuando los clientes acuden a la sucursal a solicitarlo, nada de eso, porque lo que hacen es ponerse en contacto con los propios clientes de manera directa y ofrecerles esta posibilidad sin que ni tan siquiera se hayan interesado por ello.

Entonces basta el mero consentimiento telefónico del cliente para que el BBVA ingrese la nada desdeñable cifra de 25.000 euros en sus cuentas que quedan a la libre disposición de los clientes sin que tengan que dar mayores explicaciones al banco, más allá de devolver el capital y el importante tipo de interés del 14,92% (ajustable en función de la vinculación).

Además, a pesar de su consentimiento no existe ninguna obligación para utilizarlo. Se establece un período en el que el cliente puede “tirar” de este dinero o dejarlo sin más en la cuenta. Concretamente, la fecha límite es el 30 de noviembre. Si llegado ese día, el cliente no ha utilizado el dinero ingresado, el BBVA recuperaría el capital sin que se genere ninguna deuda.

Como ves se trata de una oferta que es muy difícil de rechazar ya que es una inyección de liquidez importante, de 25.000 euros, que el cliente puede mantener como colchón por si en algún momento se encuentra con dificultades económicas reales que tiene que afrontar.

Ante las insistentes preguntas de las asociaciones de consumidores sobre la incoherencia que supone la congelación general del crédito con este tipo de políticas expansivas de crédito, las entidades financieras se defienden sobre la base de que se trata de cantidades relativamente pequeñas y que son ofrecidas a clientes que ya han demostrado su solvencia con la propia entidad.

En definitiva, los bancos siguen concediendo créditos, pero de manera mucho más selectiva.

El Euríbor sigue a la baja

Cae el Euríbor, y caemos los hipotecados

Cae el Euríbor, y caemos los hipotecados

El Euríbor sigue manteniendo la senda marcada desde el Banco Central Europeo con una cotización a la baja, que ya en enero le ha llevado a cerrar en el 1,837%, en tasa media mensual, y en febrero a comenzar en el 1,738%, también en media mensual y a fecha 3 de febrero.

Con esta cotización de febrero, todo apunta a que a final de mes podríamos encontrarnos con un Euríbor por debajo del 1,7%, cerca del 1,65%, con lo que toda revisión hipotecaria que tuviera que realizarse en función del cierre mensual del Euríbor del mes de febrero se realizaría a la baja, al menos en teoría.

Y digo en teoría porque no podemos dejar pasar las cláusulas suelo que provocan que el tipo de interés hipotecario no baje de un determinado valor, de manera que de poco, o nada, sirve el hecho de que el Euríbor esté cotizando en valores tan bajos, porque el tipo de interés no bajará del valor marcado en el articulado contractual de la hipoteca.

Así, si la hipoteca tiene fijada una cláusula suelo de, por ejemplo, un 3%, y si pensamos que existe un diferencial de un punto porcentual, con el cierre de enero del Euríbor nos deberíamos de encontrar con un tipo de interés dle 2,837%. Sin embargo, en virtud de la cláusula suelo el tipo de interés no baja del 3%.

Con ello se constata que las cláusulas suelo están restando poder adquisitivo a las familias, condenándolas a tener que pagar más por sus hipotecas, y a no poder beneficiarse de las bajadas del Euríbor, como vienen denunciando de manera recurrente todas las asociaciones de consumidores que se dedican a analizar el mercado hipotecario.

El único razonamiento que podría llevar a aceptar como justa una figura como la cláusula suelo sería la aplicación de una cláusula techo en proporción, y no desmesurada como se ha venido aplicando en todas las hipotecas hasta ahora. De esta forma, si se aplica una cláusula suelo del 3%, fácilmente alcanzable, y una cláusula techo por encima del 10%, totalmente imposible de alcanzar, el abuso de las entidades financieras es más que evidente.

Por ello, ya va siendo hora de que se modifique la legislación hipotecaria para que las familias hipotecadas puedan tener una garantía real sobre el tipo de interés que pagan en sus hipotecas.

Y tú más…

Como niños en el patio del colegio

Como niños en el patio del colegio

Como si de un patio de colegio se tratara, esta semana hemos asistido a un cruce de declaraciones entre los dos agentes principales en la financiación de este país, como son Emilio Botín, Presidente del Banco Santander, principal banco español, con permiso del BBVA, claro está, y Jesús Terciado, Presidente del CEPYME, la asociación que recoge a los pequeños y medianos empresarios.

Empezó Botín, que en un acto corporativo, de esos en los que los empresarios, de cualquier sector, se dicen a sí mismos, lo guapos e inteligentes que son, diciendo aquello de que la falta de financiación no es culpa de las entidades financieras, pobrecillas ellas, sino que es de las empresas que no son solventes. Según su argumento, los bancos quieren dar créditos, pero el problema es que las empresas no los pueden devolver.

Inmediatamente después, como no podía ser de otra forma, Jesús Terciado salió al quite de estas palabras, y echó toda la culpa de la falta de financiación a las entidades de crédito. Aceptando que las empresas no son solventes, pero no desde el punto de vista objetivo, sino desde el punto de vista de los bancos.

En palabras de Terciado, las entidades financieras españolas han endurecido de manera extrema las condiciones de acceso a la financiación, exigiendo unos requisitos de solvencia inalcanzables, no ya sólo ahora, en estos momentos de dificultad, sino también en los años de bonanza, lo cuál hace imposible acceder al crédito.

¿Quién tiene razón?

Pues supongo que ambos. Las entidades financieras tienen razón al exigir a las empresas mayor solvencia, porque no pueden caer en nuevas situaciones de morosidad que dificulte su posición ante las autoridades europeas, y también tienen razón las empresas al quejarse de un incremento en las exigencias de solvencia de manera exagerada y sin justificación.

El problema es que en lugar de luchar por obtener un punto de acuerdo entre ambos sectores, se sigue produciendo una lucha de declaraciones sobre quien ostenta la responsabilidad de la situación que en poco, o nada, ayuda a la sociedad española y a la resolución de la situación de una manera efectiva.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Las grandes inmobiliarias se ponen nerviosas

Llegados a este punto no nos queda más que pensar que toda la crisis que hemos padecido, todos los sufrimientos que se nos han acumulado y todas las dificultades que están por venir, no nos han servido de nada, porque seguimos encallados en los mismos errores del pasado y parecemos dispuestos a volver a cometerlos.

Ahora que todos los analistas y expertos económicos coinciden, sin excepción, en culpar a la burbuja inmobiliaria de la actual crisis, poniendo el acento en la política de incentivos a la compraventa de viviendas ejecutada por el Partido Popular de José María Aznar, y que luego no supo atajar Zapatero en sus ocho años de gobierno, resulta que el G-14, el grupo que aúna a las principales inmobiliarias de este país, apuesta por recuperar los errores del pasado.

Angustiados, como están, por el tremendo stock de viviendas vacías que acumulan sin que parezca que pueda haber una solución en el corto-medio plazo, no han dudado en solicitar al gobierno la extensión de las medidas que promueven la compra de primeras viviendas, a las segundas viviendas.

De esta manera, el G-14 ha solicitado que se amplíe el IVA superreducido y la desgravación fiscal por compra de vivienda a las segundas residencias, con lo que podría tener una reducción del stock que acumula, no hay duda, pero, a la vez, provocaría que la especulación inmobiliaria regresara a nuestras vidas.

Y es que si aceptamos que los incentivos fiscales para la compra de vivienda pueden tener un sentido social y económico cuando se trata de una primera vivienda, esta faceta desaparece directamente cuando se trata de la segunda residencia, la cuál se compra, o bien por pura especulación, o bien por disponer de la capacidad económica suficiente como para no necesitar estas ayudas del gobierno.

Por ello, esperamos que el Gobierno de Rajoy haga oídos sordos a esta propuesta del G-14, y que prime la responsabilidad de gobierno antes que los favores debidos o las convicciones económicamente liberales y mal encauzadas, porque lo único que puede provocar es que en 10 años volvamos a tener que hablar de una nueva crisis económica.

Las hipotecas siguen en caída libre

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Durante toda esta crisis que todavía nos sigue asolando sólo hay una cosa de la que podemos estar 100% seguros, y esa no es otra más que cuando pensamos que la cosa no puede ir a peor, los datos vuelven a llevarnos la contraria y demostrarnos que todo puede ser aún peor.

Esta misma semana hemos conocido los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que certifican que el número de hipotecas constituidas durante este pasado mes de noviembre no llegó ni tan siquiera a las 30.000, apenas 28.113, lo que supone un descenso del 35,8% con respecto noviembre de 2010 y pone sobre la mesa la tremenda caída que seguimos sufriendo en la concesión de hipotecas.

Con estos datos del INE para el mes de noviembre tenemos el decimonoveno mes de caídas consecutivas, y aunque se mejoran ligeramente los datos de octubre, cuando se marcó el mínimo histórico de la serie, que se comenzó a analizar en el año 2003, todavía nos encontramos con datos en negativo en tasa interanual que demuestran que la recuperación está todavía muy lejos.

Evidentemente, todavía tendremos que esperar a que las acciones del nuevo gobierno en materia financiera y en materia inmobiliaria comiencen a surtir efecto, pero hasta entonces nos seguiremos encontrando con datos cada vez más desalentadores.

Además, el importe medio de las hipotecas también se redujo de manera drástica, situándose en los 109.662 euros, para un tipo de interés medio situado en el 4,50%, con un decremento del 4,5% para el importe y un crecimiento del 17,8% para el tipo de interés.

En definitiva, nos encontramos con que el importe medio de las hipotecas sigue cayendo, como consecuencia de la caída de precios de los inmuebles, a la vez que el tipo de interés medio aplicado en las pocas hipotecas que se conducen se sigue disparando, a la vez que las comisiones también se amplian de manera continuada.

Por tanto, seguiremos sufriendo la actitud de las entidades financieras en términos de no concesión de hipotecas, como han venido haciendo durante todos estos meses de atrás, lo cuál repercute directamente en el mercado inmobiliario, en particular, y en la economía, en general.