Archivo del Autor: Ladríllez

Acerca de Ladríllez

Javier Pérez Fernández (Zamora, 1970) Director durante 10 años de la revista universitaria dela Universidad de León, ha participado en casi todos los foros asociativos y juveniles de la ciudad. Escribe desde los 14 años en periódicos y revistas, especialmente Bedunia, como satírico, y en el diarioLA CRÓNICA-EL MUNDO, donde realizó un suplemento dominical sobre historia militar leonesa. Profesionalmente, se especializó en marketing y economía agraria. Trabaja como comercial de publicidad para medios de comunicación y dirige una casa de turismo rural en la montaña leonesa. En cuanto a trayectoria literaria, empezó por el verso satírico, estudió métrica y composición clásica y es autor de más de mil poemas, aunque jamás se consideró poeta. Más constante ha sido su dedicación al columnismo de prensa, medio en el que ha publicado más de ochocientos artículos en los últimos veinte años. Como autor de relatos cortos, ha tratado de conciliar la temática escabrosa con el estilo irónico, lo que le ha valido más reconocimientos que amistades. En total tiene escritos más de doscientos relatos y ha recibido casi una veintena de premios en este campo. Pero el género donde considera que mejor se desenvuelve es el de la novela. Escribió su primera obra de más de doscientas páginas a los dieciocho años, aunque afirma que sólo permitiría su difusión bajo amenaza a punta de pistola. Desde entonces, ha escrito una enorme epopeya espacial de más de dos mil folios, y cinco novelas, una de las cuales,la Crin de Damocles, le valió el premio Azorín 2006. La espina de la amapola, Ed. Planeta 2008. El Gris. Ediciones B. 2010 -La crin de Damocles, Ed. Planeta 2006. Premio Azorín de novela. -Viento Divino. Caja Murcia. Instituto Castillo Puche. -Antología poética Antonia Pérez Alegre. Fundación Espejo 2005. -Apagar el sol. Ayuntamiento de Toledo. Premio narrativa femenina 2005 -Historias para catar. Tropo Editores 2007 -Diversas antologías y colecciones de cuentos.

Hipoteca, diferencial y grifo cerrado

Vista aérea de nuestra economía financiera

Vista aérea de nuestra economía financiera

Yo es que ya no sé en que mundo vivimos: se supone que los bancos son entidades que recogen el dinero de los ahorradores y se lo prestan a aquellos que pretenden hacer una inversión, pero ahora resulta que el grifo se ha cerrado y los bancos no prestan. Vale. Y si no prestan, ¿a qué se dedican?

La respuesta, creo, es que se dedican a cobrarnos comisiones por servicios que han convertido en casi imprescindibles a fuerza de burocracia y a otra cosa: a prestar, pero no a nosotros.

Los diferenciales de las hipotecas no han hecho más que crecer en los últimos meses. Antes era posible encontrar fácilmente una hipoteca con un tipo de interés, del Euribor más medio punto. Luego ese medio punto subió a seis décimas, siete, ocho, y ayer mismo, en una operación que conozco por razones familiares, le pidieron a una persona Euribor más dos puntos.

Me diréis lo mismo que yo le dije a esa persona: que se puede encontrar más barato. Y es verdad. Pero en los sitios en los que te lo dan un poco más barato te lo encarecen con comisiones diversas, obligaciones de seguros y tres abanicos de hojas de palmera para abanicar al sursum corda. Si no lo pagas por un lado lo pagas por otro: el encarecimiento de las hipotecas que se conceden está siendo descomunal y no tiene visos de detenerse.

La razón, quizás, está en que ya no interesamos al banco como clientes. Y no exagero. Pensadlo: ¿por qué nos va a prestar a nosotros el banco a un tipo del 2 % si puede prestarle al Estado al 3 o al 4% y con la garantía absoluta de que se lo devolverán?

¿Por qué nos van a dar a nosotros una hipoteca cuando ese dinero se puede meter en Bonos del Estado, en Bonos, Obligaciones y Letras del Tesoro que pagan mayor interés y tienen menos riesgo?

Para mí, está claro. No nos prestan porque mientras haya entidades públicas dispuestas a seguir endeudándose, somos clientes de segunda que creamos riesgos, pagamos mal, podemos aumentar su parque de pisos invendibles y además dejamos menos a ganar.

El ciudadano de a pie, para conseguir un duro, ya no está compitiendo sólo con otro ciudadano un poco más solvente que él, sino con el propio Estado que es, a través de su deuda, el que marca el interés que nos acabarán cobrando.

Por eso se cierran los grifos. Por eso estamos tan secos

Desgravaciones por alquilar una vivienda hipotecada

Yo busco despacho...

Yo busco despacho...

Una de las maneras más socorridas que existen de pagar una hipoteca, sobre todo cuando nos hemos tenido que trasladar, nos hemos separado o por alguna otra circunstancia no podemos habitar el piso que hemos comprado, es alquilarlo.

Fuera los miedos habituales a que el inquilino no pague, sea un descendiente de las hordas bárbaras o surja cualquier otro contratiempo, el mayor temor al que se enfrentan los caseros potenciales es Hacienda, porque el ingreso procedente del alquiler hay que declararlo como rendimiento.

A esos que no se deciden a alquilar por miedo al Fisco, debo decirles que si te la pueden armar con contrato, sin él ya es jugar a la lotería. Y además, ojo, hay un montón de posibles desgravaciones que se pueden aprovechar en el caso de la vivienda y que no se utilizan en muchas ocsiones por desconocimiento. Aquí van algunas:

– Los intereses pagados por las cuotas de la hipoteca son desgravables. Ya sabéis, la famosa desgravación que van a quitar ahora. Gracias, Gobierno. Sois geniales.

– Los gastos de mantenimiento de la vivienda y los gastos extraordinarios de la comunidad. Las derramas son desgravables.

-Las cuotas de la comunidad y el IBI.

-El 10% de las mejoras y reformas necesarias, aunque con unas condiciones específicas, como la mejora energética.

-Descuentos sobre lo ingresado por el alquiuler de entre un 5 y un 55 % por desgaste, envejecimiento y depreciación de la vivienda.

-Cierttas bonificaciones según la edad del inquilino. Esto hay que mirarlo en cada comunidad autónoma, proque algunas bonifican más el alquiler a jóvenes. Puede llegar al total de lo cobrado, con lo que no tenemos que pagar NADA a Hcienda por lo ingresado en concepto de alquiler.

– Reducción general del 50% del rendimiento en alquileres de viviendas.

Y unas cuantas mñas que me dejo pro ahí. O sea que no hay disculpa. Al menos disculpa fiscal.

 

Los vicios ocultos

Los gnomos que abren las grietas

Los gnomos que abren las grietas

¿Su piso fuma?, ¿su chalé sale por las noches?, ¿su apartamento va de copas a locales dudosos? Denúncielo, porque según las últimas sentencias se puede exigir responsabilidad a promotores y arquitectos en los casos de vicios ocultos.

Ahora en serio, que si no vais a acabar pensando que he bebido algo malo:

Hasta hace unos años, nadie se responsabilizaba de los defectos que aparecían en los inmuebles una vez que estos habían sido entregados a sus compradores. La doctrina del “sosténte mientras cobramos” se imponía casi siempre y el comprador era el que tenía que lidiar con las grietas, las humedades, los repises, las ventanas mal encajadas y las puertas que no cerraban.

Ahora, en cambio, se exige a promotoras y arquitectos que contraten un seguro de responsabilidad civil para le evicción de daños ocultos, pro lo que las viviendas se entregan con garantía de al menos cinco años, aunque puede pactarse un plazo mayor.

En este sentido, cabe destacar una reciente sentencia en la que se condenó a los promotores y arquitectos no sólo a reparar todos los daños, sino también a hacerse cargo de todos los gastos de alojamiento y almacenamiento de muebles de los propietarios durante el tiempo que durasen las reparaciones.

Como dato curioso, y para que lo tengáis en cuenta, el Tribunal Supremo rechazó la pretensión de los compradores de que se cumpliese la memoria de calidades estipulada en el contrato, pues los compradores habían tenido ocasión de demandar esto antes de escriturar los pisos y no lo hicieron. O sea que si veis quelas calidades no son las pactadas, denunciad ANTES de escriturar, porque después ya no vale, ya que las calidades de los materiales no son vicios ocultos, sino mermas evidentes, y el que las acepta es porque quiere.

Por todo esto yo siempre he preferido los pisos de setenta años para arriba: no es que tengan menos defectos: es que ya se ven todos.

 

Subrogación y tasación

Sociedad tasadora

Sociedad tasadora

Mi banco ya no me quiere. No me mira como antes. O a lo mejor soy yo el que he perdido la química, la física, la poética y la lírica y me quiero ir a otro banco. La crisis de los cuarenta años de hipoteca, no sé…

En todos estos casos, me acojo a una subrogación de mi hipoteca con otra entidad, pero entonces es cuando aparecen los gastos de cancelación, las zancadillas y demás agresiones propias de cualquier divorcio. La más habitual es la tasación para la subrogación y esa, qué sorpresa, me la ponen en el nuevo banco, donde yo esperaba queme diesen todas las facilidades.

Lo primero que hay que saber es que esta tasación no siempre es obligatoria, que podemos elegir nosotros a la sociedad tasadora siempre que se cumplan unas pocas condiciones, y que vale la pena el intento, porque aunque no hablamos de miles de euros si podemos ahorranos una cantidad en el entorno de los doscientos cincuenta o trescientos euros.

En general, es obligatoria volver a tasar el piso, en estos supuestos:

-Cuando la deuda pendiente sea superior a 300.000 euros.

-Cuando es menor de esos 300.000 euros, pero supera el 80% del valor del informe de tasación.

-Si la hipoteca se firmó hace más de dos años. Esto es de chiste, porque lo que significa es que hay que volver a tasar siempre.

-Cuando se ha incumplido alguna cuota o nos hemos retrasado en algún pago.

-Cuando además de irnos a otro banco pedimos que nos amplíen el plazo.

Por lo demás, insisto: podemos elegir entre las homologadas, así que mejor echar un vistazo para que no nos arreen la más cara.

 

Reconquistar los centros urbanos

 

Casco histórico...

Casco histórico...

Y ahora van y dicen que las rehabilitaciones de viviendas en los centros urbanos es la salida más viable a la crisis de la construcción, motor y corazón de esta economía de yeso, cemento, lápiz tras la oreja y tagarnina entre los labios.

Razón no les falta en que los cascos históricos de casi todas nuestras ciudades están hechos una verdadera porquería, pero pensar que ahí puede estar el remedio al parón inmobiliario es como decir que lo mejor para luchar contra la enfermedad es una oleada de salud.

La pregunta real, por supuesto, es otra: ¿Por qué se iban a rehabilitar ahora esos barrios cuando no se hizo antes? A eso ya no responden. Y puedo preguntar otra pregunta aún peor: ¿Por qué se cayeron los barrios históricos en el abandono que ahora vemos? Para eso tengo algunas respuestas que me gustaría comentar con vosotros:

-Por los alquileres antiguos y una ley que protegía al inquilino ninguneando al propietario, de modo que en los cascos antiguos se enquistaron las rentas bajas, la población envejecida y los pequeños trapicheos de las subrogaciones, convirtiendo las zonas céntricas en marginales.

-Por la rapacidad de los ayuntamientos, que han concedido licencias de hostelería sin control, haciendo que estos barrios sean ruidosos, incómodos e inhabitables para el trabajador común.

-Por la sobreprotección de algunas zonas, que ha alejado a la economía viva de ellas a fuerza de peatonalizaciones, restricciones y demás, muy buenas para los paseantes jubilados, pero muy malas para la actividad económica.

Por todo esto y por más. Y mientras no desaparezcan las causas no habrá razones para esperar que estas zonas se rehabiliten. Quizás sea más fácil reciclar el sector que los centros de las ciudades.

He terminado el artículo y he conseguido no mencionar la palabra ghetto. Soy la leche 🙂

 

Ejecuciones de pisos

Ejecuciones...

Ejecuciones...

Lo siento, pero no he conseguido enconrtrar una foto en la que estén fusilando un inmueble. Ni siquiera un local comercial, así que os tenési que conformar con la tapia de un cementerio, símbolo siniestro donde los haya.

Carguen, apunten, fuego.

A lo que estamos: la tercera parte de todas las ventas de viviendas registradas este año son ejecuciones bancarias. Todo el rollo sobre el despegue del número de transacciones se reduce al final a este truco macabro. O sea, que cuando nos cuentan que se han vendido tantos o cuantos pisos, hay que tener en cuenta que un tercio de esa cifra se debe a embargos, daciones en pago y otros procedimientos por los que el piso cambia de manos… pero para ir a parar a las manos del banco. Por supuesto, los genios que contabilizan simplemente el número de pisos escriturados no caen en la cuenta, o no quieren caer, de que también están en esa lista los pisos que caen en las garras de los ejecutores.

La estadística es lo que tiene: que nos dicen que a principios de este año se transmitieron 41.000 viviendas, y se anunció a bombo y platillo que eso suponía casi un 20 % más que el año anterior, lo que demostraba que el sector inmobiliario e hipotecario estaba alzando el vuelo, cantando el aleluya y secándose el pelo para salir de baile.

Luego, analizado en detalle, el dato nos indica en realidad que se ha vendido un 10 % menos de viviendas que el año anterior pero se ha disparado el número de embargos, daciones y ejecuciones hipotecarias.

¿Cómo lo veis?, ¿por qué no explican este tipo de cosas?

¿Puede ser cierto, como dicen algunos, que el hecho de que los bancos empiecen a aceptar daciones significa que tienen esperanza de vender esas viviendas?, ¿o no será, por contra, que quieren amarrar lo que puedan antes de que el descalabro sea completo?

Por mi parte, no veo clara la mejoría por ningún lado. Ni siquiera en los carteles de se vende pegados en las ventanas. No sólo no disminuyen, sino que cada vez amarillean más…

Quizás de miedo.

 

EL GRIS, donde el bien y el mal se confunden.

Porque dormir es privilegio de los puros, los ingenuos y los muertos.

Porque dormir es privilegio de los puros, los ingenuos y los muertos.

Como ya sabéis, además de economista soy escritor. En realidad soy sobre todo escritor y lo de economista es lo que le digo a mi madre para que duerma mejor y la parte que os hago sufrir a vosotros de vez en cuando.

Hoy, en vez de hipotecas, voy a hablaros de mi novela, porque hay que aprovechar estos foros para publicitarse y porque me apetece, la verdad, contaros estas cosas. Después de año y pico dialogando con vosotros me sentiría mal si ocultara el nacimiento de este hijo. Os dejo con la reseña que me hicieron de la novela:

Una de los signos más comunes de la literatura actual, y también uno de sus peores defectos, reside en que los personajes suelen estar claramente definidos desde el punto de vista moral: hay personajes positivos que hacen el bien y personajes negativos que envidian, odian y cometen actos de violencia hasta granjearse la enemistad del lector. El lector, parece, quiere tener muy claro con quien debe empatizar y a quien debe detestar, y aunque los personajes tengan a veces detalles o “ramalazos”  contrarios a su esencia, regresan siempre a su papel.

Sin embargo, en esta novela no es así, y sólo por eso merece mención aparte: en El Gris, hasta el título hace referencia a la idea de que en el mundo real nada es completamente blanco o completamente negro. Sigue leyendo

Vivienda y catastrazo

También pagan IBI, por si no lo sabíais...

También pagan IBI, por si no lo sabíais...

¿Queréis una buena noticia?

 Los ayuntamientos están en la puñetera ruina, implorando de rodillas que el Estado les permita seguir endeudándose para poder hacer frente a los gastos corrientes. Algunos no tienen ya ni para nóminas, y están pagando los sueldos con los ingresos correspondientes al año que viene o pidiendo prestado a entidades privadas a cambio de no se sabe muy bien qué favores.

Y sí, habéis leído bien: esa es la buena noticia, comparada con la otra.

Porque la mala es que la ley obliga a los ayuntamientos a actualizar los datos catastrales cada diez años, y en muchas ciudades se acerca ya ese momento en el que se revisará el valor catastral de los inmuebles. Ese valor es la base sobre la que se calcula el temido IBI, un coste más de la vivienda que a veces no tenemos en cuenta pero que nos abre en dos cuando llega de repente con sus trescientos o cuatrocientos euros de sablazo sorpresivo. Los caseros lo conocen muy bien y lo prorratean en los precios de los alquileres, así que nadie se libra de su impacto.

Ahora, si queréis, unís las dos noticias y me contáis cómo veis la próxima revisión del valor catastral y qué va a suponer para nuestros bolsillos. Lo más que nos queda es rezar para que en la localidad en la que vivimos falten muchos años para esta revisión, o mejor aún, que falten muy pocos meses, o semanas incluso, a ver si con suerte la proximidad de las elecciones hace que los políticos se corten un poco y no se desmanden.

¿Cómo lo veis?, ¿se nota tanto como digo el IBI o es un gasto que comparado con otros no es para tanto?, ¿qué clase de palo pegan por este concepto en los lugares donde vivís?

Compartamos un poco de información, por favor.

¿Sabemos algo en realidad sobre cómo evolucionan las hipotecas?

A veces las brujas nos cazan a nosotros...

A veces las brujas nos cazan a nosotros...

A veces creo que no, que estamos a oscuras, o que nosotros mismos nos nublamos el pensamiento a fuerza de estar atentos a las noticias, los gráficos y la evolución del Euríbor. Hay gente, incluso, que cree que la constante información desorienta, y ese puede ser nuestro caso. Por eso en este blog tratamos de hablar de todo un poco aunque nuestro tema principal sea el hipotecario.

Sobre este asunto, se realizó hace unos años un curioso experimento: se  mostraba a dos grupos de personas una imagen desdibujada de una boca de incendios, siempre lo bastante borrosa como para que no fuese reconocible.  En el primer grupo, iban aumentando poco a poco la resolución de la imagen en diez pasos. En el segundo, lo hacían más deprisa, en cinco pasos, de tal modo que sólo se les mostraban las imágenes pares de las que veía el primer grupo.

Cuando se llega al punto en que ambos grupos han visto la misma imagen, por ejemplo cuando el primero va por la sexta imagen y el segundo por la tercera, resulta que es mucho más probable que los miembros del segundo grupo, que han visto menos fotos, identifiquen lo que están viendo. Pero no un poco más probable, sino mucho más probable.

De esto parece deducirse que cuanta más información  tenemos, menos conocemos las cosas, porque las hipótesis que vamos formulando por el camino nos restan capacidad de análisis de la siguiente información. El problema es que tratamos nuestras ideas preconcebidas, o nuestras hipótesis y conclusiones preeliminares como si fueran bienes, y nos cuesta deshacernos de ellas, por lo que se van convirtiendo poco a poco en un lastre.

Quizás esto sea también el origen de la gran crisis hipotecaria que padecemos y del batacazo bancario que al precedió: demasiada gente estaba  aferrada a sus ideas preconcebidas sobre que “los pisos no bajan nuncca”, y se informaba demasiado a menudo sobre las alzas constantes en los precios como para darse cuenta de lo que tenía que llegar irremediablemente.

En estos momentos, quizás vayamos por el mismo camino. O sea que ojo. Información, toda, pero sin perder la perspectiva y manteniendo una mínima higiene mental. De lo contrario acabnaremos creyendo que el coste de una hipoteca es sólo lo que nos cobra el banco. Y hay otros. Muchos otros.

La hipoteca china y el gran Yuyu

Qué tiempos aquellos en que nos comparaban con los ricos...

Qué tiempos aquellos en que nos comparaban con los ricos...

Dicen que China está revuelta porque un trabajador de ese país tiene que ahorrar el salario de catorce años para poder comprarse una vivienda, mientras que en otros países la media es de seis o siete.

Dejando aparte la malsana envidia que producen esos países donde la vivienda se compra con el sueldo de seis años, uno no puede dejar de preguntarse, ante semejantes datos, a qué altura empezamos a quedar aquí, cuando un piso medio cuesta alrededor de 180.000 euros y una salario medios ronda los 1400 euros. La cuenta, a ojo, y para los términos medios, son diez años y medio. Y las hipotecas, cada vez más largas, como sabéis, pero esa es otra.

Ahora, si me lo permitís, os diré por qué estamos peor que ellos y luego, si queréis, lo debatimos en los comentarios.

Catorce años es más que diez y medio, de acuerdo, ¿pero no os dais cuenta de que aquello es una dictadura y aún así este tema supone una amenaza para la paz social? El hecho, al menos el que yo deduzco, es que ellos están peor que nosotros, pero nosotros somos mucho más mansos y conformistas que ellos, o vivimos en una dictadura mucho más férrea que la china aunque no queramos darnos cuenta.

A veces este tipo de comparaciones ayuda a abrir los ojos. El otro día, pro ejemplo, me enteré de que una gran empresa quería poner un call center para llamadas a larga distancia en mi ciudad. Todo el mundo lo celebraba, pero yo me pregunté: si pueden elegir Marruecos, Colombia, Ecuador o tu pueblo, y eligen tu pueblo, ¿de veras crees que es como para celebrarlo?

Algo va aún peor de lo que pensábamos, me temo.

 

El gran agujero de los alquileres de pisos

Mejor no tocar....

Mejor no tocar....

Todos lo sabíamos ya, o al menos lo intuíamos, pero ahora tenemos alguna razón más para creerlo: según la asociación de técnicos de Hacienda, aproximadamente el 55% de los alquileres de pisos en España no se declaran, lo que supone unos 3000 millones de euros.

El dato lo han obtenido cruzando los datos de Hacienda con los del Ministerio de la Vivienda, así que lo que menos se explica uno es por qué lo publican y no le acaban de meter mano.

La respuesta, quizás, esté en que saben que aflorar toda esa economía sumergida tendría seguramente consecuencias muy graves y prefieren hacer la vista gorda, como en casi todo, ya que estamos en el país donde las leyes se publican con mero carácter folclórico.

El peligro de destapar este fraude, tan sencillo de detectar desde que la ley obliga, por ejemplo, a que las compañías eléctricas declaren los consumos de cada vivienda, tiene básicamente dos frentes:

El miedo a que una mayor presión fiscal sobre los alquileres redundara en un encarecimiento automático de estos, en un momento en el que las economías familiares no están para muchas alegrías y la popularidad del gobierno menos aún. En ese sentido, me parece que llevan razón: si los propietarios tienen que pagar ochocientos euros al año, por poner una cantidad, no dudan ni un segundo en subir el alquiler lo que haga falta para trasladar ese coste al inquilino, como pasó con la subvención.

-La consciencia de que muchos propietarios de viviendas alquiladas no son especuladores o terratenientes, sino gente que ha cambiado de vivienda por razones de trabajo y que pagan la hipoteca con el alquiler, o pensionistas que complementan su pensión alquilando la vivienda antigua, después de mudarse a una más pequeña. En cualquiera de los dos casos, apretar el pistón podría suponer un problema político, económico y social demasiado grave.

¿Vosotros cómo lo veis?, ¿pedimos que cada cual pague lo suyo o miramos para otro lado?

 

 

La hipoteca y el factor demográfico

El caso es parchear...

El caso es parchear...

Está claro: sobran pisos porque no se venden los que hay, y también, hay que decirlo, porque algunos que estaban siendo ocupados por inmigrantes van quedando vacíos a medida que algunos extranjeros regresan a sus paises ante la mala situación que padecemos. A esto se le llama un movimiento procíclico: en los buenos tiempos hacen falta más viviendas, y en los malos se desocupan las antiguas y quedan sin vender las recién construidas.

Creo que ya he dicho alguna vez que la salvación del sector inmobiliario sólo puede venir por el aumento de la natalidad o el aumento de los divorcios. Bromeo, por supuesto, pero procuro decir algo de verdad también en las bromas: el hecho es que el tamaño de la unidad familiar y su progresiva desintegración ha tenido mucho que ver con el auge inmobiliario y de las hipotecas que hemos “disfrutado” los años anteriores.

Cuando una familia se convierte en dos, por un divorcio, se necesitan dos pisos en vez de uno. Cuando la gente prefiere vivir sola a compartir piso, se necesitan más viviendas. Todo eso es tan obvio como que el sector de la construcción podría reflotarse por el simple método de ayudar a los jóvenes a emanciparse.

Si hubiese verdaderas ayudas para que los jóvenes salieran de casa de sus padres, o se consiguiese de algún modo que en España no viviera la gente con sus padres hasta los treinta años, tendríamos media crisis solucionada.

Pero en un país donde el paro juvenil es el 40 % y el nivel educativo sigues desplomándose sin que nadie sepa dónde puede acabar, es muy difícil que las generaciones más jóvenes entren en el mercado laboral, y si no entran en el mercado laboral, no se emancipan, no demandan la viviendas que deberían demandar, no cotizan ala seguridad social y no tienen hijos que sirvan de reemplazo en el futuro.

¿Os dais cuenta de qué clase de desastre estamos describiendo?

A veces las raíces de una crisis como esta son mucho más profundas que cuatro pufos bancarios y un exceso de alegría a la hora de gastar.