Esta crisis tiene tanta mano izquierda y tiene tantas manos que parece que lo que con una lo da, con otra lo quita.
Hasta ahora nos habíamos acostumbrado a leer que las dificultades económicas, el desempleo y la inseguridad estaba reduciendo el número de divorcios en España por el simple procedimiento de añadir paciencia al que no tiene claro a dónde irá si se separa.
Pues bien: también parece que lo contrario es cierto.
Según cuentan algunos asesores, se están empezando a extender los divorcios preventivos, esos en los que los dos cónyuges siguen llevándose estupendamente, comparten vida diaria y no discuten más de lo común, pero con la salvedad de que han pasado por el juzgado a disolver su matrimonio y simulan, ante sede judicial, batallar por sus bienes.
¿Y cual es la razón? Pues que cuando hay una hipoteca y no se paga en tiempo y forma, el banco te puede quitar la casa. Pero cuando hay una hipoteca y un divorcio, la ley entiende que el cónyuge que se queda con la casa está especialmente desprotegido, y la casa pasa a ser inembargable al menos hasta que los hijos cumplan la mayoría de edad.
Si resulta, por ejemplo, que el marido es el titular de la vivienda y cierra su empresa, es más que probable que la vivienda se le asigne a su esposa y a los niños. En este caso, la esposa y los hijos no podrán ser desahuciados por el banco, ya que ni son titulares de la vivienda ni responsables de la deuda, con lo que la deuda del marido no puede perjudicar a los derechos de la esposa y menos aún a los de los menores.
En todo caso, y si el banco se empeña en mantener el embargo, podrá ejecutarlo, pero nunca podrá poner en la calle a sus ocupantes, con lo que los bancos, repentinamente, sienten unas enormes ganas de negociar cualquier cosa que se les proponga.
¿Y qué pasa mientras tanto con el esposo? Pues simple: que pasa, de una tacada, de ser marido a ser amante de la ocupante. Novio, rollete, o compañero sentimental.
¿Quién le va a prohibir a esa señora verse con quien quiera?
Qué país, oigan…
jajajjaja,muy bueno me gusta