Ya sabéis que suelo ser amigo de meterme en los conceptos, y creo que toda esta movida de la dación en pago necesita que se aclaren las bases del asunto.
En un mundo normal, cuando quiebra un banco, sus accionistas pierden el dinero, y los que tenían sus ahorros depositados en ese banco lo palman todo, por haber elegido mal sus inversiones o la entidad en la que depositar su dinero. Como lo de los ahorros pareció muy duro, se creó una póliza de seguros obligatoria, según la cual, pasara lo que pasase, los ahorradores tenían garantizados sus primeros cien mil euros, que saldrían de esa póliza, pagada a escote por los bancos. Ya tenemos, por tanto, a un grupo al que no le importa un carajo lo que pase: los ahorradores con menos de cien mil euros. Ocurra lo que ocurra, ellos no pierden su pasta. Un incentivo dudoso, vale, pero es lo que hay.
Luego, observemos que se habla de un mundo normal, pero el caso es que en España no ha quebrado prácticamente ningún banco, por lo que no hay accionistas que jorobar. En España, lo que ha quebrado han sido las cajas. ¿Y quienes son los accionistas de las cajas de ahorros? Todos los españoles, ya que estamos hablando de entidades de derecho público.
Llegados a este punto, tenemos que el Estado rescata con dinero público a unas entidades que al fin y al cabo son públicas.
La dación en pago, si se acepta con carácter retroactivo, es un mecanismo según el cual quien contrató una hipoteca y no la puede pagar, traslada las pérdidas al banco. Si haces eso con el BBVA o con el Santander, estás jorobando a sus accionistas, que son mayoritariamente gente corriente que tiene unas cuantas acciones de estas entidades (Emilio Botín, por ejemplo, no llega al 1 %).
Pero resulta, ¡oh cielos!, que estos bancos tiene pocas hipotecas problemáticas y precisamente por eso se han salvado de la quema, y que la mayor parte del marrón está en manos de las cajas rescatadas. Por tanto, la dación en pago supone trasladar las pérdidas de los hipotecados a todos los españoles, que somos los titulares de esos catafalcos conocidos como Cajas de ahorros.
¿Y a esto cómo se le llama? Subvención. La dación en pago es una subvención que piden los que no pueden pagar su hipoteca y que se supone que se la tenemos que pagar todos los españoles.
Por tanto, por mi parte, soy partidario de buscar una solución que no ponga una eterna soga al cuello a los hipotecados, pero de pagar su parte además de la mía, ¡ni hablar!
Ya va siendo hora de que sepamos de qué van las cosas.
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En un mundo normal, cuando quiebra un banco, se le da todo el dinero público que necesite para que sus directivos y afiliados de alto copete puedan seguir cobrando sus astronómicos sueldos. Véase el caso BANKIA. Ah, ¿Qué no es normal? Pues es lo que se ha hecho en España…
Por otro lado, para incentivar el ingreso de dinero en los bancos y como medid a de protección para ese dinero, se crearon los fondos de garantía de depósitos, que garantizan hasta 100.000 euros. ¿Que a los que han metido su dinero no les importa? Yo tengo un coche con seguro a todo riesgo y sí que lo mimo bastante (a pesar de que lo tengo garantizado). Por cierto ¿sabías que por el rescate a la banca privada se ha gastado el fondo de garantía de depósito y que estamos al borde de un corralito? ¿Y sabías que los bancos no tienen hipotecas malas porque para eso se ha creado el llamado banco malo? ¿Sabes quién paga las pérdidas del banco malo? ¡Cáspitas, se paga del bote común! ¡Y los bancos salvados de la quema y sin responsabilidades! ¿Y no deberían haberlas tenido por no haber dado a la gente otras opciones que no fueran contratar unas hipotecas abusivas con unas cláusulas presuntamente ilegales? ¡Ah, no, que estamos en un mundo normal!