Amigos, hay que reconocerlo: el problema ya no es tanto si sube o baja la hipoteca, que también, sino de dónde va a salir el dinero para pagarla, porque el curro se pone difícil y no parece, a primera vista, que la recuperación económica, cuando llegue, vaya a redundar en nuestro país en una mejora sustancial de las cifras de desempleo.
Como unos somos jóvenes y otros desmemoriados, y como ambas categorías no se excluyen entre sí, me gustaría hacer hoy un repaso por los distintos intentos regulatorios del mercado laboral en España. No pretendo tener la verdad, por supuesto, pero os aseguro que seré sincero.
La primera, pues, en la frente: dejando a un lado las limitaciones políticas, el Fuero de los Trabajadores del franquismo era la bendita panacea. Consagró el empleo fijo, dificultó el despido, consagró las ordenazas laborales por gremios y ramas productivas y, a menos que apuñalases a la madre del patrón, podías contar con jubilarte en la misma empresa donde entraste a los dieciséis años como chaval de los cafés. Las subidas salariales fueron constantes y sostenidas (por eso se pasó de ir en burro al Seat 600), el déficit público era de risa (menos del 0,5 % del PIB ) y el precio de la vivienda equivalía al salario de 11 años de UN trabajador.
Partiendo de este panorama, en 1984 (con Felipe González) se aprobó la primera reforma laboral, con la idea de que el mercado era demasiado poco flexible, lo que entorpecía la creación de puestos de trabajo en los momentos de bonanza, auqneu se impidiese su destrucción en las crisis. Si era tan difícil despedir a un trabajador, las empresas procuraban estirar su plantilla al máximo, pero no la incrementaban y eso trataba de evitar esta reforma, ideada para que España pudiese dar el gran salto. Su punto estrella fue la creación de contratos de trabajo sin duración determinada, los indefinidos, y se intentó promoverlos dándoles ventajas fiscales y de cotización.
Esta reforma funcionó bastante bien, porque hasta finales de los ochenta se crearon muchos cientos de miles de puestos de trabajo. La cosa no fue perfecta del todo, porque se creó una fisura grave entre los trabajadores: la diferencia entre los fijos, contratados en el franquismo, que tenían todos los derechos, y los recién contratados, que no tenían casi ninguno, de modo que los sindicatos peleban casi en excluiva por los primeros, que eran los que realmente iban a estar allí de modo permanente.
Poco a poco la tempopralidad creció y a principios de los noventa, uno de cada tres trabajadores tenía ya contrato temporal. Esto perjudicó no sólo a los trabajadores, sino a toda nuestra economía en su conjunto, pues las empresas dejaron de invertir en formación de los trabajadores, lo que redundó en menos productividad y menos competitividad. Cuando el contrato es temporal lo que se invierte en enseñar a jacer algo a un trabajador es dinero perdido en cuanto el trabajador se marcha.
Por otra parte, y esto fue culpa de los sindicatos, esta división en dos grupos de trabajadores con muy distintos derechos, supuso que los que estaban fijos tenían mucho mayor poder de negociación, porque siempre serían los últimos en ser despedidos, ya que ante cualquier eventualidad los que caerían primero serían los otros. Por eso, presionaron duramente al alza de salarios que se compensaban de inmediato con recortes entre los que tenían contrato temporal.
En 1994 se aprobó una nueva reforma laboral que creó nuevos tipos de contratos para los más jóvenes, que tenían grandes dificultades para acceder al mercado laboral, y se autorizaron las empresas de trabajo temporal, las famosas ETT cuyo negocio consiste en lo que todos sabemos. Como no se consiguió gran cosa y se seguía destruyendo empleo, en 1997 (con Aznar) se aprobó otra reforma que trató de flexibilizar más aún el mercado de trabajo, manteniendo las dos castas, ya que en España siguen sin existir leyes que sean aplicables a todos los trabajadores.
Lo que tenemos actualmente es que la tasa de temporalidad no sólo no decrece, sino que sigue aumentando, lo que perjudica tanto a empresas como a trabajadores.
¿Y hasta cuando? Hasta cuando se cumpla el artículo ese de la Constitución, ese tan tonto de que todos somos iguales antes le ley.
Hay, además, otro aspecto, y es lo barato que a las empresas de este país les sale despedir a un trabajador, incluso cuando el despido no es procedente. En otros países de Europa no lo tienen tan fácil. En fin, que la reforma laboral no sólo es necesaria, sino urgente.
La reforma laboral es más necesaria que nunca y, además de lo que siempre decimos, debería terminar con las desigualdades entre los trabajadores contratados hace siglos y los que se han contratado a posteriori.
La tasa de temporalidad en España hace años que es la más elevada de la Unión Europea. Debería buscarse una fórmula que permitiera la convivencia entre una economía competitiva y un mercado laboral saneado.
Desafortunadamente, quedarnos sin hacer nada es algo que no nos podemos permitir en un momento delicado como en el que nos encontramos. Hay que tomar medidas de inmediato, medidas serias y convincentes, si no queremos quedarnos a la cola de Europa en todo.
¿Y quién se atreve a pagar el coste político de semejantes medidas?
Lo que es necesario, y mucho más que una reforma laboral, es reformar la mentalidad de trabajadores y empresarios, para que ambas partes se consideren un todo y no dos partes continuamente enfrentadas.
El día que empresarios y trabajadores se impliquen de verdad en un proyecto común, será el día del cambio. Mientras tanto, se trata de que gane el mejor.
Otacidnis, estás describiendo nada menos que los rpincipios laborales del Movimiento. Y además, seguroq ue sin saberlo
🙂
Esto no son únicamente los principios laborales del Movimiento; son palabras llenas de sentido común. Probablemente el Movimiento proponía unos principios estupendos sólo para que sonara bonito, y luego hacía lo que les venía bien a los ricos y a los afines al régimen. Al resto, explotación laboral, sueldos míseros y represión.
Mi padre trabajó toda su vida en la SEAT, y en tiempos de Franco no sólo metía más horas que nadie (sábados incluidos) por una miseria, sino que tenía que callarse su opinión sobre mucha de las cosas que pensaba. Me río yo de ese proyecto común.
La idea que sí es del régimen es la del sindicato vertical, al que pertenecen obreros y patronos por entenderse que tienen los mismos fines.
A mí siempre me sonó a milonga, la verdad…
Al contrario: en España es de los sitios donde más cara sale el despido. Entérate de eso pro ahí y verás…
En muchos aspectos de la vida…..no se trata de apretar las tuercas al otro, al saberse en una posición ventajosa respecto a la otra parte, hay un momento en el que hay que aplicar la “ética”, una palabra creo que mal comprendida en muchos sectores de la sociedad, que cree en el progreso hasta la eternidad de uno mismo sin pensar en los demas y a costa de otros…..empezando por los bancos los cuales deberian estar mas gravados fiscalmente que todos los demas, ya que cada español que tiene una hipoteca podría estar pagando impuestos indirectos a traves de sus intereses bancarios por dicho gravamen, y desahogar al ciudadano de a pie en otros aspectos fiscales.
La ética es múltiple, me temo. ¿Se refiere usted a la ética católica?
Porque podemos hablar de la calvinista…
O de la judía…
Ahí está el problema.
Pero todas tienen una dirección y sentido parecido…..sabemos de lo que hablamos sobre todo en España, en europa y en occidente…..
Eso se lo debemos al “izquierdista” de González. Aunque me pese, en la dictadura franquista estábamos mejor protegidos, pese a que el sindicato fuera vertical. La gente hacía las cosas por miedo, pero a veces no funcionamos si no nos controlan.
Que sea una dictadura no quita que se le puedan reconocer cosas positivas. Igual que le debemos a Primo de Ribera las grandes infraestructuras de este país y que nos defendiera de la oligarquía petrolera (bueno, lo intento). De todas maneras, ahora seguimos en una dictadura.
Está claro que ha habido reformas laborales cuando el mercado lo ha necesitado, o lo que es lo mismo, cuando la economía comenzaba a resentirse. Ahora hace tiempo que hemos cruzado los límites de toda lógica, pero todo sigue igual. Se reúnen a hablar y no llegan a acuerdos. Y todos seguimos viviendo nuestro penoso día a día, sin movilizarnos y sin que nadie haga nada al respecto.
Por ahora lo que tenemos es miedo, miedo a quedarnos sin trabajo y, en consecuencia, no poder pagar la hipoteca. En esas circunstancias, ¿quién se moviliza? Nadie.
Mientras el trabajador no le vea de verdad las orejas al lobo, no esperéis movilizaciones. Y ese momento no ha llegado.
Cuando se las vea se las verá por dentro. Me temo.
Tienes toda la razón, Currito. Yo he sido representante sidical durante tres años. Muchos trabajadores venían al Comité de Empresa a protestar por diferentes motivos: horas extras no remuneradas, sueldos que no subían desde hacía años, compañeros despedidos… Echaban pestes de la empresa, pero cuando hacíamos una asamblea para proponer movilizaciones y había que votarlas, entre más de cien empleados sólo se levantaban dos o tres manos, y con miedo. Así, ¿cómo se van a conseguir mejoras?
Proponiendo medidas realistas y objetivas con la actual situación económica y sin olvidar el contexto social en que nos encontramos (globalizacion, economías de escala…)
Si lo único que se proponen son movilizaciones como medida de chantaje y presión para intentar obtener el resultado que le conviene a una sola de las dos partes… no me extraña.
Sra. Eva, porqué no me contesta a la siguiente pregunta:
“Si los sindicatos son tan necesarios y aportan verdadero valor a sus afiliados… ¿Porqué hemos de financiarlos el conjunto de las sociedad, y específicamente las empresas? ¿Por qué los afiliados no reconocen tal valor hasta el punto de estar dispuestos a pagar cuotas más elevadas que permitan a los sindicatos subsistir sin aportaciones públicas?”
¿Pero qué porcentaje de afiliación sindical hay?, ¿un 5%?
No lo sé seguro, pero creo que los sindicatros tienen menos afiliados en España que federación de mus.
🙂
Claro que sólo levantaban la mano dos o tres personas, Eva, porque lo fácil es que al día siguiente se quedaran sin trabajo. Y ahora mismo, con la situación laboral existente, seguro que es peor. En mi empresa, una multinacional, una de mis compañeras habló de la necesidad de crear un sindicato: A los dos días la despidieron.
Si no hay implicación por ambas partes, perjudicamos la productividad y nuestra competitividad se debilita. En consecuencia, nuestra posición dentro del mercado global puede quedar desplazada, dejándonos aún más indefensos frente a la crisis. Si eso sucede, no se cuando vamos a empezar a ver esos brotes verdes que tantas ilusiones ópticas han generado.
Porque antes pensaban un poquito en el futuro, y ahora el futuro es mañana. El mes que viene ya es ciencia ficción.
El Franquismo tuvo sus puntos negros, que no viene al caso recordar, pero la estabilidad laboral que se alcanzó no tiene ni punto de comparación con lo que sufrimos ahora, especialmente los jóvenes, las madres y los mayores de 45 años.
Soy joven y tampoco recuerdo mucho (cumplo las dos condiciones) pero leyendo el artículo me da la impresión de que, con cada nueva reforma laboral, hemos ido perdiendo derechos y calidad en el trabajo. A ver si la reforma que se haga ahora, si es que se ponen de acuerdo, nos devuelve algo de todo lo perdido.
el franquismo era una dictadura conservadora paternalista.
Dicho eso, dicho todo.
Y confesional. Añade eso para bien o para mal…
Mi pareja trabaja como freelance para un medio de comunicación muy prestigioso desde hace la friolera de 20 años y sabe que si algún día dejan de encargarle trabajo no tendrá NADA. Es muy injusto el tema de los autónomos; ellos sí que necesitan una reforma laboral urgentemente.
Eso es cierto. Tengo un amigo autónomo y me dice que a estas alturas del año ha facturado un tercio de todo lo facturado el año pasado.
El caso es que él puede considerarse con suerte, porque hay mucha gente que directamente ha tenido que cerrar. Pero sí que es cierto que si cierra se queda en calzones.
Y ya que es freelance, ¿por qué nose busca algún cliente de reserva, pro si acaso?
Me ocurre lo mismo, Carlitos. Trabajo para una conocida agencia de comunicación como freelance desde hace 12 años. Además de tener muchos menos derechos en comparación con compañeros en plantilla, a los freelance han decidido rebajarnos el sueldo. Si quieres bien, y si no te vas. Los que tenemos el asunto en los juzgados ya estamos buscando otro trabajo porque si tenemos que esperar a una reforma que nos beneficie vamos aviados.
El despido es barato, pero los empresarios pequeños tampoco lo tenemos nada fácill. Intentamos fomentar el empleo y dar unas condiciones justas, pero en épocas como esta se complica todo y no podemos ni cobrar nosotros para pagar a los trabajadores. Es una situación muy complicada.
Coincido totalmente con lo que dices, Nacho, pero los empresarios parece que somos ogros y que no nos podemos quejar. No todos somos grandes empresarios y nos cuesta el alma seguir adelante en este entorno de crisis. Sin embargo, los empleados, cuando están fijos, parece que sólo están a cobrar al sueldo y a escaquearse del trabajo si pueden. Ya sé que no es muy popular lo que estoy diciendo, pero estaría bien que pudiéramos cambiarnos de lugar durante unos días. Así ellos verían lo que nos cuesta llevar adelante una pequeña empresa.
Hya una mayoría de gente que quiere empleo sin empleadores.
Viene a ser lo mismoq ue hacer dieta sin pasar hambre…
Y hay quien se lo cree.
🙂
Realmente triste, pero tienes toda la razón amigo Rural.
No veo un problema la flexibilidad laboral, si todos actuamos de la misma manera. En EE.UU., por ejemplo, el mercado laboral se mueve con la misma velocidad con la que se mueve el dinero. Puede que un trabajador se quede sin empleo, pero es relativamente fácil que encuentre uno de nuevo en un corto periodo de tiempo.
Que la economía fuera ejemplar en tiempos del “Tito Paco” no significa que fuera gracias a la reforma laboral de turno, sino más bien a un control opresor sobre la población. No vayamos ahora a defender las cifras económicas de una época en la cual el país estaba bajo un régimen dictatorial. Por favor, señores, seamos serios.
Pues yo separo las cosas:
Que sea una diuctadura, no quita que el trabajador estuviese protegido.
Que Hitler fues eun hijoputa no quita que levantase el país (no se aguantan seis años con un país de mierda como el que encontró al ganar las elecciones)
Que Stalin matar a 20 millones de personas no quita que sacara a Rusia de la Edad Mddia (hay que joderse loq ue era aquello con los zares…)
La verdad es la verdad: cuando estás en el hospital, ahorras en comida y electricidad. No quiero ir al hospital, pero lo reconozco.
Pues no separe usted tantas cosas, que si Hitler levantó el país fue porque utilizó mano de obra judía en condiciones de esclavitud. Un poco de respeto, por favor.
El exterminio de los judíos comienza en diciembre de 1941, y Hitler llega al poder en enero de 1933.
Leer da miopía, pero a veces se saben cosas. (Siguiendo con el razonamiento)
Claro, me había olvidado. Si es que a ese tío (A.H.) deberían haberle dado el Nobel de Economía; y a Franco, el de la Paz.
Hitler no tenía ni puta idea de economía (era pintor) y el Nobel de la paz, como sabes, se lo han dado a cualquiera… ´
Ya que hablas de premios Nobel, Hitler fue candidato una vez (1939, para más descojono…), y Stalin dos( 1945 y 1948). O sea que mira tú lo que hay…
De hecho, a Churchill le dieron el de Literatura.
Mejor no hablemos de Premios Nobel…
🙂
Hay dictaduras que protegen al trabajador como parte de su estrategia. De hecho, ninguna dictadura se sostiene largo tiempo sin un amplio apoyo social.
Cada dictador, según su talante, busca ese apoyo social en una capa distinta. El franquismo por ejemplo se apoyó mucho en la pequeña burguesía y el campesinado propietario. Fidel sigue en Cuba proque lo apoya el mundo rural, etc., etc…
No veo qué tiene que ver lo uno con lo otro, Javier
China es lo que es por un régimen opresivo y dictatorial, pero no nos decimos eso cuando camos a comprar zapatillas a 1 €. En la práctica, las economías se mueven por lo que consiguen y mucho menos por el modo en que lo consiguen.
¿O acaso cree alguien que China podría fabricar a los precios quelo hace en un régimen democrático y con derechos?
Rural, no sé adónde quieres ir a parar con este debate, pero creo que estás mezclando cosas irreconciliables. Imagino que no abogas por una dictadura en la que, claro, no hay parados porque ni siquiera existen estadísticas para recogerlos. Y no olvidemos que la propaganda hitleriana era muy poderosa, así que tampoco te quedes con todo lo que lees, que no siempre algo es cierto por estar impreso.
A lo que me opongo es precisamente a mezclar cosas. No trago tópicos ni packs.
Se debe tender, creo yo, a analizar lo bueno de todo el mundo para ver si s epuede imitar quitando lo malo.
Por ejemplo, el demonio inventó la desobediencia a la autoridad… ¿soy acaso satánico por decir eso?
La temporalidad es una lacra social y laboral. Nuestra economía no es sólida, o eso parece, porque de lo contrario el trabajo precario tendería a desaparecer y sin embargo no lo está haciendo. El Gobierno tendría que apostar por la investigación y el I+D para fomentar un trabajo de calidad, serio y con más garantías de continuidad que el actual.
La temporalidad es una lacra, peor el trabajo d epor vida tampoco es normal.
En lo otro, de acuierdo totalmente.
La temporalidad exige dinamismo, y eso es muy duro.
Para temporalidad, la de mi empresa. Llevo dos años a contratos de tres meses y cada seis firmo el contrato con una filial distinta. Una semana antes de firmar estoy que tiemblo porque no sé si seguiré o no seguiré. Tal y como están las cosas, es imposible encontrar un trabajo similar en mi sector, así que tengo que tragar con horas extras, pedidos extraordinarios, etc. Desde luego que es una lacra, Carlitos.