Según la Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Elena Salgado, el déficit público del conjunto de las administraciones españolas alcanzará este año el 9,5 % del PIB, casi el doble del 5,8 % previsto en un principio.
Para quien no entienda muy bien estas cifras, trataré de dar una explicación simple: la suma de lo que van a gastar el Estado Central, las autonomías, diputaciones, ayuntamientos y demás fauna administrativa, será superior a sus ingresos en una cantidad equivalente al 9,5 % de todo lo que se produce en el país. O sea, ¡y ojo!: que no es que gasten un 9,5 % más de lo que ingresan vía impuestos, sino que el tamaño del agujero de este año es de un 9,5 % de todo lo que producimos. Conviene hacer esta puntualización para que no nos engañen. No es que ingresen diez y gasten once. Es que ingresan diez y gastan veintitres.
No hace falta tener tres masters y un doctorado en economía para saber que eso es una puñetera ruina, pero quizás sí convenga seguir el hilo que lleva este desastre hasta nuestro bolsillo:
Las administraciones públicas tiene un déficit bestial. Ese agujero hay que taparlo con algo. Para taparlo, se va a emitir deuda pública (letras del tesoro, bonos, etc), o se va a acudir a pedir prestado al exterior. Como el Estado va a engullir una parte muy sustancial (enorme) del crédito disponible, habrá menos dinero en el mercado para el sector privado (que somos nosotros) y ese dinero será más caro en cuanto llegue el efecto oleaje a pie de calle. Con menos dinero para el sector privado, se podrá invertir menos. Cuando el dinero cueste más caro, veremos que los diferenciales de los bancos y los tipos base como el Euribor subirán, porque los bancos no tendrán efectivo para prestar o tendrán que conseguirlo más caro en el exterior debido a la presión que ejerce sobre ellos la deuda pública.
O sea: que el déficit público se convierte a medio plazo en encarecimiento del dinero y endurecimiento de las condiciones hipotecarias.
¿Cuando? Cuando vayan venciendo las emisiones anteriores.
Conclusión: nos podemos ir preparando.
La verdad es que me pillas con un poco de ignorancia para opinar al respecto. En todo caso yo parto de la base de que el Estado no tiene por qué ser rentable como una empresa. Sí que estoy de acuerdo en que el déficit público sea el menor posible, pero me resulta curioso cuando se dice que ha habido superávit en las cuentas estatales. ¿Para cuándo el reparto de dividendos, me pregunto?
Estoy de acuerdo, yo tampoco tengo muchos conocimientos sobre el tema, pero creo que en el post queda bastante claro. Pero lo que sí creo es lo mismo que tú, Herce, y ya he visto que en algún momento se ha comentado: que el Estado no está aquí para ganar dinero, sino para gestionar el nuestro con vistas a proporcionarnos determinados servicios. Aunque desde luego, las cifras que nos detalla el autor son bastante escandalosas; ¿sabe alguien la cantidad de dinero que se va en gastos de representación y pozos sin fondo que no controla nadie?
No sólo eso. También se va mucho dinero público en las actividades de gestión pública como tal. No hay jefe de funcionarios que no esté coartado por las presiones de sus subordinados. Siempre quieren hacer menos y tienen a su favor el amparo de la Administración.
Ladríllez, viendo la que está cayendo, yo ya estoy buscando refugio.
Enlazando esta entrada con la anterior, me parece vergonzoso y vergonzante que estos políticos suban los impuestos indirectos y dejen intactos los directos para tapar los agujeros que la bajada de dichos impuestos directos ha provocado.
El otro día, Elena Salgado, sociata de las peores (de las vendidas a agarrarse a la silla), decía que subir los impuestos directos “tendría un efecto mínimo en la recaudación”, y que por eso no.
Y yo, que soy idiota, veo el vaso medio lleno y digo: Si tiene ese efecto mínimo, pues que los suban. Total, no se van a quejar los ricos.
Cada día me dan más asco esta gente que se hace llamar “de izquierdas” (y que conste que yo lo soy). No me extraña el descalabro en europa… y lo que les queda.
El PSOE de izquierdas tiene poco (y de obrero ni te cuento) pero lo que sí le sobra es caradura. Lo peor es que las declaraciones de Zapatero y de algunos ministros sólo sirven para llenar algunos titulares que al día siguiente son papel mojado.
Esto se arreglaba con poner un resumen de los titulares de periódico publicados a lo largo de la legislatura en los colegios electorales las próximas elecciones. Tendría que ser obligatorio parar a echarlo un vistazo antes de tomar la papeleta y meterla en la urna.
Ya se sabe que al PSOE se le cayó del nombre la O de Obrero hace mucho tiempo.
Creo recordar que el PP dejó las arcas llenas. Está pasando lo de siempre: el PP genera riqueza y el PSOE genera pobreza, lo que en tiempos de crisis económica resulta devastador.
Siguiente el refrán, yo ya he puesto las barbas a remojar. ¿Y vosotros?
Pobre PP, que le toca salvar la economía privatizando las empresas públicas para el disfrute (y jubilación) de sus amigotes .Lego llega los “rojos azulados” que provocan la crisis mundial y se lo gastan todo en proyectos sociales para los “piojosos”. Cambiad el discurso ya. PP y PSOE son lo mismo. Ni uno es tan bueno, ni el otro es tan malo. Y si estuviera el PP, UPyD, IU o el BOTI-JO, las arcas estarían igual de vacías.
Pues estoy de acuerdo contigo, Señor Romero, PP y PSOE son lo mismo. Lo que pasa es que hay una diferencia fundamental entre ambos: uno está en el Gobierno y el otro en la oposición. Es decir, uno está expuesto a las críticas por lo que hace o deja de hacer, mientras que el otro pasea por el cómodo camino de hacer oposición y tener ideas geniales que nunca van a ser aceptadas por el contrario.
Lo de ideas geniales no sé con qué está relacionado, pero desde luego no tendrá que ver con las medidas en materia de economía que está proponiendo el PP. Si en algo se parece el comportamiento de los dos partidos mayoritarios es en su falta de ideas para enfrentarse a la crisis.
El agujero crece y crece, y al paso que vamos va a ser más grande que el de la capa de ozono. Es curioso cómo se corrigen algunos parámetros porque la Administración peca de pesimista o de optimista en sus previsiones iniciales. En este caso, han debido ver la botella medio llena, cuando sólo tenía un culín.
Hoy leía en un periódico a alguien que proponía menos subvenciones para los parados y más créditos para los emprendedores como medida efectiva para acabar con la crisis. Lo cierto es que algo habrá que hacer, porque cada día desayunamos con peores noticias.
Pues no leí la noticia, Penélope, pero me suena a la CEOE, los empresarios. No recuerdo ahora cómo se llama el que la preside, pero suele soltar lindezas así y también es normal, defiende lo suyo, pero podía cortarse un poquito con la que está cayendo. Lo peor fue cuando leí que Fernández Toxo, de CC.OO pedía que se eliminaran los 2.500 por nacimiento. Soy mujer y me ofende eso -aunque sí es cierto que podían dárselo a las mujeres de menores rentas, no a todas-, pero que lo diga un sindicalista me parece el colmo.
Pues a mí no me parece tan mal lo que ha propuesto la CEOE. En España, sobre todo en algunas zonas, hay mucha cultura de “subvención” y con eso me refiero a gente que se toma la búsqueda de empleo con mucha tranquilidad por estar recibiendo una especie de sueldo.
Estoy de acuerdo, Ruth, con que en España existe eso que llamas “cultura de la subvención”. No hace falta más que recordar aquel escándalo del lino. Y también es verdad que hay muchos parados que se dedican a cobrar y no buscan trabajo hasta que ven que se les está acabando la prestación. Pero, ¿y los que ya no cobran prestación y no encuentran trabajo? De esos también hay, y conozco varios/as.
Hace tiempo que comenté yo el caso de un pueblo del norte de España en el que tengo familia, y donde el alcalde y demás gerifaltes del ayuntamiento hacen lo que les la da la real gana con el dinero (principalmente, embolsárselo). Todo el pueblo lo sabe y el comentario de la mayoría es: yo haría lo mismo si pudiera. Y que luego se llevan el 80% de los votos. ¿Le puede extrañar a alguien, entonces, que el dinero público desaparezca y no haya suficiente con nuestros impuestos para evitar esa descomunal deuda?
Esa pregunta me hacía yo hace años pensando en Marbella y ahora me la hago pensando en mi Valencia. ¿Cómo es posible que la gente tenga tan extendido el síndrome de Estocolmo y aplauda como fanáticos a sus ladrones? Voy a ver Canal 9 a ver si me lo explican. 🙂
Con permiso, señores, y con el máximo respeto que les debo:
Ser de izquierdas, como ser de derechas, son dos formas de hemiplejia moral.
Si ni siquiera en un foro como este somos capaces de dejar de ser partidistas para pensar por nosotros mismos, entonces es mejor que venga un dictador cuanto antes, de cualquier ideología, para que al menos no sigamos emputeciendo el concepto de democracia.
Si en vez de siglas manejásemos conceptos quizás podríamos llegar a algo, entre todos, o cada cual pro su lado.
No me obliguen a pensar, por fravor, que eso es imposible porque las siglas están al alcance de cualquiera pero los conceptos no.
No nos obliguemos a pensar en Ortega y en terrorífica definición de masa.
Gracias y prometo no reincidir.
En país donde los bandoleros son héroes nacionales tiene que pasar necesariamente lo que pasa.
No hay otra.
“España es el país de los chorizos”, me dijo una vez un amigo inspector de policía. Añado que es el “país de los chorizos sin vergüenza”, y es que es cierto, lo dicen las cifras de delincuencia, y también lo dicen los escándalos que hemos visto todos con la disparatada urbanización de parques naturales, o incluso ríos, si me descuidas. Las cifras dicen que España ostenta históricamente un alto puesto en ciertos delitos, no en cuanto a la delincuencia “mayor”, con sangre por medio, sino en referencia a la delincuencia de baja estofa, la de pequeños robos y raterías. Es triste decir esto, pero lo que dices me lo recuerda, Heathcliff. Ante estos hechos, te doy la razón, qué vamos a esperar donde además los bandoleros son los héroes nacionales.
Está claro que el poder corrompe. En España, los máximos focos de corrupción proceden de grandes ayuntamientos, pero yo me pregunto cuántas pequeñas corporaciones municipales tendrán cuentas que ocultar por culpa de caciques locales de pacotilla.
Pues yo creo que la corrupción es previa.
Tengo visto que cada cual riba lo que puede, y, por tanto, el que puede mucho, roba mucho.
Y el que puede menos, pues se lleva a casa los bolis y los folios del trabajo…
Y también hay gente que no roba. Algunos saben entender la política como un oficio de servicio público. Es verdad que son los menos. Yo soy tan escéptica como vosotros. Pero concedamos al menos el beneficio de la duda a esos pocos.
Para tapar sus agujeros el primer paso ha sido subir los impuestos, a pesar de que se prometió que no se haría. ¿Cuál será el segundo? Miedo me da este Gobierno que no sólo no sabe gestionar la crisis sino que se suma a los factores que la provocan.
¿Por qué siempre se culpa al Gobierno (a cualquiera) por gobernar? No sé si las medidas que toma ZP son las más adecuadas, pero creo que algo tiene hacer. Se le lleva achacando mucho tiempo que no toma medidas contra la crisis, y cuando hace algo, se le acusa de hacerlo mal.
¿De verdad pensáis que este Gobierno no hace nada bien o es que nadie está dispuesto a reconocerlo?
Si mencionas lo que hace bien estaré dispuesta a reconocerlo. Mientras tanto, no se trata de culparle por gobernar sino por gobernar mal. Está haciendo cosas mal y cuando alguien hace las cosas tan rematadamente mal hay que decirlo. Negarlo es borreguismo ideológico y partidista.
Creo que el Gobierno no ha estado aceptado en su política económica. No ha tenido nunca una dirección clara y parece que su única decisión es decir que lo peor de la crisis ya ha pasado. Repiten estas palabras como si fuera un “Abracadabra” y creen que así todo irá mejor. Se echan en falta medidas de calado, como la reforma laboral, la reforma de las Administraciones Públicas, la mejora de competencia en sectores clave. Hay tanto por hacer que lo que me parece increíble es que alguien se cuestione si el Gobierno está haciendo lo que puede. La respuesta es que no lo está haciendo.
Totalmente de acuerdo, Elena. Yo también pienso que faltan muchas cosas por hacer y me fastidia especialmente la frase: “Lo peor de la crisis ya ha pasado”. Es que no veo que sea cierto. En mi opinión, la reforma del mercado laboral es clave, pero no se aborda. No sé si es que no es un buen momento o más bien es desidia. Esperemos que sea lo primero.
O sea que el resultado de toda esta crisis va a ser llegar al mismo sitio (dando un gran rodeo) donde estábamos antes de que estallara: el petróleo por las nubes, los tipos de interés por las nubes, los precios por las nubes, la vivienda por las nubes…
Si esto es así, ¿entonces para qué demonios luchamos contra la crisis? ¿No sería mejor no hacer nada?
Es la pescadilla que se muerde la cola. Todo lo que dices es cierto, pero si el Estado no se endeudara y no estimulase de este modo la economía, sería muy difícil salir de la crisis. Como han dicho antes, el Estado no necesita ser tan rentable como una empresa privada.
Pero si el Estado no paga loq ue debe y se endeuda, entonces la quiebra es total.
Noi se puede curar una grupe con amputación de tráquea. No es serio.
Los datos hablan por sí solos. El Gobierno está desesperado, en crisis y en ruinas, lo que está arrastrando todo a su paso, con los ciudadanos como mayores perjudicados.
Ahora entiendo por qué en el borrador de la declaración de la Renta 2008 vi una casilla que decía que podía destinar lo que me devuelven al Tesoro Público.¡Ni hablar!
Están muy desesperados y lo que nos faltaba era que los bancos encarezcan el precio del dinero que nos van a prestar porque el Gobierno ha llegado primero.
Ayer dijeron que los bancos se mantendrán a flote, aunque han reducido su beneficio un 21%, que la morosidad ha bajado pero puede aumentar hasta el 8%, y que la economía no crecerá en positivo hasta 2011.
Es curioso ver cómo va aumentando lo que yo llamo “la fecha de la gran salvación”, es decir, el glorioso año en el que la crisis va a empezar a ser historia. Hace algún tiempo se hablaba del último semestre de 2009, para después comenzar a pensar, tímidamente, en el 2010. Ahora ya tenemos al 2011 en nuestra mente. Algo me dice que tendremos como meta el 2012 en cuanto se acabe este año.
Esto de augurar fechas, Victoria, es toda una quiniela. Coincido con lo que dices. A mí me ha hecho gracia Elena Salgado. Primero decía que ni por asomo llegaríamos a ser cinco millones de parados. Ahora dice que es pronto para hablar de esta cifra. Hay una pequeña diferencia en el matiz. Lamentablemente, pienso que pronto dirá: “Ya somos cinco millones de parados”. Así son las cosas cuando nos movemos en el ámbito de las previsiones y los vaticinios.