Archivo por años: 2014

Los pisos no van a subir en 2014. Razones (IV). Batacazo demográfico

Lo que dejaron a medias...

Lo que dejaron a medias...

Cuando hablo de batacazo demográfico soy plenamente consciente de que se trata de un concepto que puede estar muy claro en unos sitios y no tan claro en otros. Siempre habrá más demanda de vivienda en el Paseo de la Castellana que en mis queridas tierras cepedanas o del Bierzo, pero lo cierto es que el c0ncepto demográfico, en conjunto, afecta y mucho a las expectativas que se puedan crear sobre el precio de la vivienda.

La primera pregunta que cabe hacerse es qué pasa con las viviendas que ocupaban los que se dedicaban a la construcción de viviendas. Parece una broma, pero es un hecho que los muchos cientos de miles de obreros, a menudo foráneos, que posibilitaron el boom de la construcción hace una década, vivían en alguna parte. A medida que el sector de la construcción se fue debilitando, no sólo quedaron vacíos los pisos recién construidos, sino también los pisos que ocupaban los albañiles que se tuvieron que marchar. El efecto vacío fue, por tanto, doble. Y no se aplica sólo a la construcción.

Esto, que podría parecer una anécdota, se convierte en un síntoma de algo mucho más grave cuando se echa un vistazo a los datos para ver que que desde 2012 se observa y cito el informa de Catalunya Caixa “un notable colapso en la creación de nuevas familias, con una media escasa de 59.800 hogares anuales entre 2012 y 2017, y con una marcada tendencia decreciente

Esto viene a significa que nuestro aumento de población ( España ha pasado de tener  41 millones de habitantes del año 2002 a más de 46,5 millones en 2013) no se ha convertido en una creación de nuevos hogares, que es lo que realmente necesita el mercado inmobiliario.

¿Razones? Muchas: Brusco descenso de la natalidad, retorno de inmigrantes a sus países de origen, emigración de españoles, o simplemente jóvenes que siguen con sus padres, han regresado con ellos, o viven en pisos compartidos sin emanciparse ni residir en una vivienda independiente.

Con esta debilidad latente de la demanda, y lo que he explicado en capítulos anteriores, es muy difícil que la demanda supere a la oferta empujando hacia arriba los precios en este año que comenzamos. Quizás todo lo contrario.

Y en algunas ciudades del interior, tremendamente dependientes de los flujos migratorios del medio rural, la subida no se producirá ni a medio ni a largo plazo. Mi pronóstico es que no subirán nunca, pero tampoco quiero pasarme.

¿Giro de 180 grados en los diferenciales?

La nueva milonga de la banca

La nueva milonga de la banca

Bankinter fue la entidad que inició las hostilidades a finales del año pasado lanzando su hipoteca con un diferencial del 1,95%, y parece que la cosa ha cuajado porque otras entidades están queriendo entrar en la refriega con el objetivo de captar a los pocos aventureros que se atreven a embarcarse en nuevas hipotecas.

De hecho, algunos analistas empiezan ya a hablar de que en este 2014 los diferenciales podrían empezar a bajar y colocarse en valores mucho más competitivos, algo que choca frontalmente con la realidad que nos encontramos en la mayoría de las hipotecas que siguen ofreciendo las entidades.

Sí es cierto que pudieran aparecer determinados productos hipotecarios con un diferencial bajo, tratando de captar la atención de los clientes, pero lo cierto es que al final el poder acceder a este tipo de productos será muy complicado por los requisitos excesivamente rigurosos que se necesitarán.

Por ejemplo, y sin irnos más lejos, la hipoteca Sin Más de Bankinter, con un diferencial al 1,95%, exige un elevado grado de vinculación a la vez que unos ingresos que superen los 3.000 euros mensuales, una cantidad de la que hoy en día pocas familias pueden presumir, habida cuenta de la caída generalizada de los salarios.

En definitiva, todo apunta a que se trata más de un ejercicio de marketing que de realidad efectiva, de esa que un ciudadano se encuentra cuando acude a su entidad financiera a solicitar una hipoteca.

Porque lo único cierto hasta ahora, y los hechos no lo están contradiciendo, es que sigue siendo muy difícil, casi imposible, lograr la concesión de una hipoteca y cuando se consigue ésta es a unos diferenciales muy elevados, a no ser, claro está que se apueste por una de la viviendas de los bancos.

Así que no hay que dejarse engañar por la publicidad revestida de estructura y formato de noticia, porque no deja de ser más que publicidad con el objetivo de que los consumidores entren en una entidad determinada, y una vez allí conseguir que se apueste por un producto que interese más a la entidad. Es la misma estrategia que utilizan las grandes superficies de alimentación, tres o cuatro productos a un precio muy competitivo, para que luego el cliente acabe comprando otras cosas. ¡Está todo ya inventado!

Los pisos no van a subir en 2014. Razones (III). Desesperación por vender

Gente esperando a que baje un piso

Gente esperando a que baje un piso

Que no, que los pisos no suben. Que la jugada esa de compre hoy, y compre ahora, porque dentro de veinte minutos pagará el doble, sólo funciona con los billetes de algunas aerolíneas de bajo coste, y sólo si no borras las cookies o no vas a buscar a otro sitio, como el ordenador de una biblioteca.

Con la vivienda, es mejor no caer en ese canto de sirena, porque los precios no van a subir en 2014 y, nos cuenten lo que nos cuente, no estamos ahora ante la gran y única oportunidad de nuestra vida. Si somos caprichosos y queremos un piso determinado, pase. Si lo que queremos es un sitio para vivir, mejor esperar un poco porque de momento, no suben los inmuebles.

¿Y cómo podría ser de otro modo con los descuentos que plica el Sareb, nuestro bienamado banco maloso?

El descuento en el valor de los activos inmobiliarios que han sido transferidos a la Sareb  llega a nada menos que el 54,3% en vivienda y el 63% en obra comenzada. Esto provocará que en los próximos trimestres salgan al mercado viviendas con unos precios reducidos, y que además hay que vender cuanto antes, porque la cosa apremia.

A esto, hay que añadirle la profecía autocumplida que se genera en la calle viendo la preocupación de los que tienen necesidad de vender y no venden:  las compras de vivienda se aplazan por la expectativa deflacionista, con una componente añadida que es la muerte del mito. Parece una broma, pero el hecho de que se haya demostrado falsa la frase “los pisos no bajan nunca”, inclina también los precios a la baja por la defección, y desafección, de todos los seguidores de esta frase, casi mantra religioso.

Por tanto, añadimos una razón más para no prever subidas en 2014: expectativas bajistas combinadas con desánimo por parte de los vendedores.

¿Y las hipotecas? Bien, gracias. Durmiendo las dejé.